Con el fin de revertir la sequía que afecta a varias regiones de México, representantes de pueblos originarios realizarán ceremonias ancestrales en cinco zonas arqueológicas del país para pedir a las deidades generadoras de vida que llueva.

Arraigados en sus tradiciones y cosmovisión, los actos culturales se realizarán el 3, 12, 15, 23 y 26 de mayo a las 12 horas en Cuiculco (Ciudad de México); El Tajín (Veracruz); Trincheras (Sonora); Las Yácatas (Michoacán), y Ek Balam (Yucatán), respectivamente.

Me da mucho gusto ver que mis hermanos indígenas están preocupados por este gran desequilibrio ambiental que nos tocó vivir, aunque se vienen tiempos de siembras. Sin embargo, hay que entender que la naturaleza nos está hablando en su código, explicó en conferencia Romualdo García de Luna, oriundo de Papantla, Veracruz.

“A través de su lenguaje nos dice: ‘estoy enferma’. No es que la naturaleza no quiera que llueva, sino que la hemos enfermado; le hemos implantado una gripa, mejor dicho un cáncer. Debemos estudiar dónde está el padecimiento para aplicar la inyección.

Pero una inyección de espiritualidad, aquella que está dentro de nosotros y que nos ha hecho llegar a este encuentro para profundizar en la importancia de hablar con nuestras deidades que son generadoras de vida, como el agua.

Desde el museo Cencalli: Casa del Maíz y la Cultura Alimentaria, ubicado en el Complejo Cultural Los Pinos, García de Luna, acompañado por otros integrantes de comunidades originarias, indicó que cada cultura (en cada entidad) tiene su deidad. “Tláloc es uno de ellos, y así se conoce en la lengua náhuatl. En la totonaca es Aktsini. Entre los mayas es Chaac. A esas deidades vamos a pedirles esa gotita que hace falta a los insectos, a la milpa, a la naturaleza.

“Las ceremonias estarán acompañadas por nuestros médicos tradicionales y ritualistas, especialistas en invocar y dialogar con los dioses. Lo haremos con cuidado, porque al hacer una ceremonia, tenemos que guardar 12 días, espiritual y físicamente, para que haya respuesta. Serán al medio día, debido a que es cuando nuestras deidades bajan a los lugares sagrados y hay una conexión entre el Sol y la Tierra y el inframundo.

En el ritual se colocan ofrendas, entre otros elementos como pan, mole, chocolate, café, debido a que los dioses danzan y comen con nosotros, ya que están a nuestro lado, no adelante o atrás. Meditamos, hay danza, sones, entre otros sonidos derivados del tambor, la flauta y el violín. Si tú cantas bonito al agua, ésta te va a responder, concluyó.

Al término de la charla con los medios, ejecutantes procedentes de localidades de Puebla realizaron La danza de los voladores.

Posteriormente, representantes de los pueblos mexikan, náayeri, wixárika, rarámui, kumiai, mayo, seri, guarijío, pa ipai y otomí llevaron a cabo una ceremonia frente a la milpa del Cencalli, y al cabo de un par horas llegó la respuesta simbólica a su petición: el Sistema de Aguas de la Ciudad de México reportó lluvias de ligeras a regulares en cinco alcaldías…