Los Saldaña se esfuerzan todos los días en preservar las tierras que les dejaron sus padres y abuelos en la zona cerril del pueblo de Tulyehualco, en la alcaldía Xochimilco.

En el terreno heredado sembraron 300 árboles frutales y otra parte la dedican al cultivo de amaranto y hortalizas; llevan a cabo esas labores con un enfoque en el cuidado al medio ambiente, organizados en la cooperativa Reforestar es Vivir.

En el futuro, la empresa familiar busca tener un mayor compromiso con la protección al medio ambiente: nosotros queremos que los árboles crezcan y con esto ayudemos un poco a retener el agua en los mantos acuíferos para que pueda regresar y el problema del calentamiento global se atenúe un poco, comenta Aldo Saldaña, sicólogo y tesorero de la compañía.

La labor en el campo es dura, pero los integrantes de esta cooperativa, quienes además cuentan con otros empleos, están decididos a no perder el patrimonio que les dejaron sus antecesores.

Estas son las tierras de nuestros padres y abuelos, ellos también trabajaron aquí; durante años de esto vivimos y de esto nos educamos, esto es lo que nos daba para comer todos los días, comenta Zaira Cortés, licenciada en enfermería, otra de las integrantes.

Una manera de no dejarlo perder es lo que estamos haciendo al sembrar los árboles y poner nuestro granito de arena en el cuidado de la zona cerril de Tulyehualco, comenta al pie del terreno volcánico donde resalta la tierra morena, fuente quizá de inspiración de Quirino Mendoza Cortés, el compositor de Cielito Lindo y oriundo de Tulyehualco, recuerda Zaira.

De sus padres aprendieron a sembrar y a cuidar los cultivos, así como a usar el agua para la agricultura.

Una de sus prioridades en estos momentos es lograr una mayor cosecha de lluvia con el fin de regar sus cultivos, para eso ya cuentan con una olla de captación de líquido pluvial.

Uno de sus mayores retos es concretar el sistema de riego por goteo en sus parcelas.

A la fecha, la cooperativa está a punto de recoger la primera cosecha de limones, comenta Gustavo Saldaña, representante legal de la misma y que además labora en un hospital, quien durante la visita a su terreno de cultivo mostró a La Jornada la forma en la que recoge el amaranto.

Explica que además siembran semillas de temporal, maíz, habas y calabaza, así como jitomate, tomate, chiles y flor de calabaza, que actualmente se destinan al consumo familiar, pero una parte también la venden en el mercado del pueblo.

Parte importante de su producción, agrega Gustavo, es el amaranto, planta que ya cultivaban sus ancestros y que ellos no piensan abandonar.

De esa manera, elaboran 35 productos de esa semilla, entre panqués y otras combinaciones con chocolate, como el enjambre de nuez, chocolate semiamargo con arándano y ciruelas rellenas.

La cooperativa distribuye algunos de sus productos como una alternativa natural, saludable y baja en azúcar, con lo cual buscan competir contra las golosinas de fabricación industrial.

De acuerdo con la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, el amaranto es el producto de origen vegetal más completo, es una de las fuentes más importante de proteínas, minerales y vitaminas naturales: A, B, C, B1, B2, B3, así como de ácido fólico, niacina, calcio, hierro y fósforo. Además, es uno de los alimentos con altísima presencia de aminoácidos como la lisina.

Los cooperativistas esperan que pronto las plantas frutales que han sembrado den manzanas, duraznos, guayabas y tejocotes.

Otros integrantes de Reforestar es Vivir son: Blanca Cortés, quien estudió conservación de alimentos. En la parte de producción participan Leopoldo Cortés y Livia Fragoso Galicia,

La cooperativa se constituyó legalmente en 2019 bajo la tutela del programa que apoya a sociedades cooperativas en la Ciudad de México, a cargo de la Secretaría de Trabajo y Fomento al Empleo.

En 2021, fue beneficiaria del subprograma de Fortalecimiento de Empresas Sociales. Con ambos apoyos recibieron 188 mil pesos, con los cuales cercaron sus cultivos con malla de alambre y habilitaron un sistema de captación pluvial para el riego del campo, también adquirieron maquinaria para el taller donde procesan y transforman el amaranto en diversos productos.