El zapatismo y los zapatistas de Chiapas no son piezas de museo. Son tan actuales como cualquiera de nosotros, sostuvo la periodista Gloria Muñoz para enfatizar la vigencia de ese movimiento, y como recordatorio ante la cantidad de publicaciones, exposiciones, documentales y actos que han proliferado con motivo del 30 aniversario del levantamiento indígena en aquella entidad, cumplido el pasado primero de enero.

No es un movimiento cuyo lugar primordial sea el pasado; es una historia que se cuenta en verbo presente, una historia actual, y me atrevería a decir, en buena medida, una historia afortunada, toda vez que sigue siendo esperanza, y no nada más para las familias tsotsiles, choles, zoques, mames y tojolabales, subrayó.

No sólo es una lucha interna; nunca, desde el primer día, fue una lucha local; fue una lucha que desde el primer segundo nos conmovió a todo el país y, con pruebas en la mano, podemos decir que al mundo entero.

La también directora de la revista digital Desinformémonos y colaboradora de La Jornada participó en el estreno del documental Los motivos de la selva: A 30 años del levantamiento zapatista, del fotógrafo Antonio Turok y el poeta Eduardo Vázquez Martín, que tuvo lugar ayer en el contexto de la exposición homónima que se presenta en el Colegio de San Ildefonso.

Al lado de Antonio Turok, el fotógrafo José Ángel Rodríguez y el antropólogo tseltal Delmar Penka, celebró que el zapatismo siga teniendo un arraigo y una presencia tan marcados en estos momentos, como demuestran la exposición y el documental referidos.

Una anécdota que se sigue relatando

Consideró dicho video pieza fundamental, porque tiene muchas claves y es un buen resumen para entender lo que ha sido ese movimiento en estas tres décadas.

En específico, ponderó que se consigné la celebración del 30 aniversario zapatista que tuvo lugar en Dolores Hidalgo, espacio comunitario establecido en una ex finca que, a su decir, resume la historia, las causas, la actualidad y el futuro del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).

Era manejada al más cruel estilo porfirista: peones maltratados, violaciones, asesinatos, guardias blancas, toda esta historia que nos cuenta las primeras imágenes de esta exposición y que, insisto, son recientes. Son las imágenes que reflejan la realidad que dio pie al surgimiento del EZLN.

Delmar Penka coincidió en destacar la importancia de ese documental, porque “da cuenta de las cosas que se han logrado, de las que hace falta seguir trabajando, pero, también de aquellas que se siguen imaginando y reinventando constantemente.

Esto se enmarca en una búsqueda y una lucha de los pueblos originarios zapatistas, pero también de pueblos originarios que no necesariamente se reconocen como tal, pero que son simpatizantes de la lucha.

Para el también ensayista originario de Tenejapa, una de las virtudes del zapatismo es que no se puede desarraigar, ya que una vez que alguien nace en ese contexto o se reconoce en él, lo lleva por siempre (...) Eso también implica una especie de memoria de algo que pareciera lejano y, sin embargo, es muy presente: la anécdota del zapatismo y su presencia se sigue relatando.

Con duración de 40 minutos, el documental se integró a los otros seis trabajos audiovisuales y las 145 fotografías de la muestra Los motivos de la selva: A 30 años del levantamiento zapatista, que se presentan en el Colegio de San Ildefonso (Justo Sierra 16, Centro Histórico) hasta el 19 de mayo, exposición organizada por el colectivo fotográfico Bats’i Lab, de San Cristóbal de las Casas, Chiapas.