Washington y Nueva York., Trabajadores en una planta de Volkswagen en Chattanooga, Tennessee, votaron abrumadoramente en favor de agremiarse con el sindicato automotor nacional UAW, un triunfo sin precedente en el sur de Estados Unidos, el cual ha sido terreno político hostil para el sindicalismo.

El presidente del UAW, Shawn Fain, hablando con los trabajadores poco después de la votación recordó que muchos de los expertos y analistas habían advertido que el sindicato no podría ganar en el sur de Estados Unidos, donde el mismo gremio había sufrido multiples derrotas en el pasado. Ustedes movieron la montaña. Nos mantuvimos unidos en solidaridad y nos levantamos a favor de la justicia. Esta noche celebramos este momento histórico para nuestra nación y para nuestro sindicato. Sigamos adelante para ganar más por la clase trabajadora de esta nación.

Volkswagen, en un boletín de prensa después del voto, informó que 2 mil 628 de sus trabajadores votaron a favor de sindicalizarse, con 985 votando en contra. La planta en Tennessee era la única no sindicalizada de Volkswagen en el mundo, hasta ahora.

El sindicato no perdió tiempo sólo en festejar su triunfo al declarar que había mucho más que hacer. El gobernador de Tennessee, Bill Lee, se había opuesto públicamente a la sindicalización y junto con otros cinco gobernadores de estados sureños –quienes han invitado a la inversión privada tanto nacional como extranjera al ofrecer un clima de negocios atractivo que incluye la mínima presencia de sindicatos– se habían proclamado en oposición a este y cualquier otro esfuerzo prosindical en la región. Más aún, el próximo paso para estos trabajadores es negociar un primer contrato colectivo. La lucha real es la lucha por nuestro contrato, afirmó Fain a los trabajadores.

El triunfo en Chattanooga esta semana es sólo un primer paso en el esfuerzo del UAW de organizar otras plantas industriales automotrices en el sur del país. A mediados de mayo, trabajadores en una planta de Mercedes-Benz en Vance, Alabama, votarán sobre si desean agremiarse con el UAW. Ahí, como antes en la planta en Tenesí, el sindicato había sufrido una derrota hace unos años.

Estos nuevos esfuerzos de sindicalización ahora son parte de lo que algunos expertos llaman una resurección del movimiento sindical estadunidense, y Fain ha sido clave en esto desde que llegó como nuevo líder del UAW el año pasado, sustituyendo a una cúpula corrupta que sólo estaba administrando un sindicato cada vez más reducido, Fain ahora se ha vuelto entre las figuras más reconocidas en Estados Unidos, famoso por atreverse a impulsar una estrategia ofensiva, organizando huelgas y ganando. El año pasado, encabezó un paro contra las tres empresas automotrices más grandes del país –Ford, General Motors y Stellantis– y triunfando con contratos con incrementos en salarios y beneficios.

Organizar a trabajadores en las plantas de Toyota, Honda, Nissan, Hyundai y Tesla en el sur, donde los trabajadores ganan mucho menos en salarios y beneficios que sus contrapartes en las tres empresas principales, es clave para la nueva estrategia del UAW, y con ello, el futuro inmediato del movimiento laboral estadunidense.