Los cambios promovidos por la actual administración en el régimen fiscal de Pemex han permitido reducir paulatinamente la carga del impuesto sobre la renta (ISR) que traslada al gobierno federal, que bajó de 128 a 60 por ciento de sus utilidades en 2024, informó el director de la empresa productiva del Estado, Octavio Romero Oropeza.

Como efecto de esta determinación, destacó, logró un desendeudamiento neto de 30 mil millones de dólares, al pasar sus pasivos de 131 mil millones de dólares –al comenzar el sexenio– a 101 mil millones.

Expuso que el cambio en la política de exploración y reorientación de sus inversiones en la perforación de pozos le permitió incrementar las reservas probadas de crudo, que pasaron de 7 mil millones de barriles (de las más bajas en los últimos años) a 7 mil 500 millones de barriles. Esto fue posible por el aumento de nuevos campos petroleros incorporados, que pasaron de ocho en el sexenio pasado a 51 en esta administración.

Al presentar un informe general del estado que guarda Pemex, subrayó que con el reciente descubrimiento de ocho yacimientos se incorporan 60 nuevos pozos, de los cuales este gobierno comenzará a perforar 15, pero se heredará un potencial de 45. Informó que si bien en la actualidad la tasa de éxito comercial de los pozos perforados oscila en 30 por ciento, en los descubrimientos de Pemex alcanza 38.

El presidente Andrés Manuel López Obrador celebró el incremento de las reservas probadas de Pemex como herencia para las nuevas generaciones que permitirá mantener el control de precios, porque la transición energética aún tardará. Consideró que esto obedece a la reorientación en las inversiones para la exploración, lo que es fundamental, porque aún existe alta rentabilidad en la producción de petróleo, pues actualmente tiene un costo de extracción de 15 dólares frente a un precio de venta de 70, esto es, 55 dólares de utilidad.

En su balance, Romero Oropeza hizo un comparativo con las empresas privadas en diversos rubros: Pemex aporta 97 por ciento en la producción de petróleo y gas, frente a 3 por ciento de las firmas particulares; en cinco años y medio, “alcanzó una producción incremental de 562 mil barriles diarios, frente a 59 mil barriles diarios de aquellas (esto es, nueve veces más).

En paralelo, la empresa productiva del Estado ha tenido una sostenida recuperación en su presencia en el mercado interno de hidrocarburos, pues si en 2020 equivalía a 69 por ciento, en la actualidad alcanza 80, lo que significa que en este momento 75.5 por ciento de los ingresos de Pemex provienen del mercado interno, es decir, para la empresa del Estado las ventas internas son una fuente de ingresos no sólo estable, sino permanente, que contribuye al fortalecimiento financiero.

Respecto a la situación financiera, dijo, el incremento de las ventas se traduce en mayor aportación fiscal al gobierno federal: en el primer cuatrimestre de 2023 aportaba 23 mil 568 millones de pesos, y en el mismo periodo de 2024 fueron 123 mil 182 millones en impuestos.

El funcionario hizo énfasis en la reorientación de la carga fiscal de la actual administración, a fin de liberar a Pemex de un peso excesivo que tenía en el pago a Hacienda, que lo obligaba a acudir al endeudamiento para compensar.

Presentó la situación fiscal en dos variables: si en 2019 el pago de ISR representaba 128 por ciento de sus utilidades, en 2023 se redujo a 80, y en 2024 bajó aún más, para ubicarse en 60. Analizado en términos de la liquidación de derechos de utilidad compartida, Pemex pagaba 65 por ciento en 2019 y 30 en 2024.

Contrario a la percepción de que Pemex es una carga para el gobierno federal, indicó, entre 2019 y 2024 aportó a la hacienda pública 4 billones 21 mil millones de pesos, que contrastan con los 952 mil millones de transferencias federales a la empresa del Estado en ese periodo. Esto significa que en el balance general, aportó al gobierno federal 3 billones 69 mil millones de pesos.

Hizo un comparativo en el ejercicio presupuestal de los últimos tres sexenios: con una partida de 696 mil millones de pesos anuales en promedio, entre 2007 y 2012 se redujo la producción de petróleo, se cayeron las reservas probadas y se incrementó la deuda; entre 2013 y 2018, con un gasto de 683 mil millones de pesos, igualmente se desplomaron la producción y las reservas probadas, al tiempo que aumentó la deuda.

En este sexenio, con 589 mil millones de pesos de recursos anuales, se ampliaron la producción y las reservas probadas, al tiempo que disminuyeron los pasivos.