Será velado hoy en la AFA
Muchos jugadores lo consideran un maestro y sus rivales lo respetaban
Martes 7 de mayo de 2024, p. a11
En un departamento en el barrio de La Paternal, en Buenos Aires, Carlos Salvador Bilardo suele pasar sus días mirando partidos de futbol en la televisión. No sabe qué día es ni tampoco lo que pasa allá afuera en el mundo. El técnico campeón en México 1986 tararea algunas canciones mientras combina fichas de dominó con sus amigos. Desde mayo de 2018, cuando fue ingresado de emergencia al Instituto Fleni por un cuadro de confusión y problemas relacionados con el síndrome de Hakim-Adams, ya no contesta su teléfono. Su familia intenta protegerlo de cualquier disgusto que pueda afectarlo.
Ahora se está avivando un poco
, dice a La Jornada su hermano Jorge, sorprendido por los mensajes en su celular tras la muerte de César Luis Menotti. Carlos respetaba a César, porque fue un tipo que le dio orden y cambió la historia del futbol argentino. Seguramente hoy se enteró de su muerte. Más allá de sus ideas, que fueron diferentes, ambos hicieron algo muy grande por la selección
.
Cuando se dieron la mano por última vez, el 12 de marzo de 1983, quedaron en verse más tarde. Estaban parados en la puerta de una de las habitaciones del hotel Arenas, en Barcelona, donde Menotti concentraba con el Barcelona y hasta donde Bilardo llegó tras ser designado técnico de Argentina. Se prometieron que ninguno contaría nada de lo que allí hablaron, pero eso no sucedió.
Ese fue el comienzo de una grieta futbolera y después personal, en la que se encolumnaron detrás de ellos periodistas, jugadores y aficionados. Carlos sigue pensando lo mismo
, menciona Jorge Bilardo. “Ganar es ganar, no hay más. Si un conductor tiene un programa de radio o televisión y no alcanza el rating, lo echan. Es así”. Desde entonces, ya como rivales declarados, los ataques fueron de un lado y del otro. No hubo marcha atrás.
Nunca nos vamos a reconciliar. Pasaron cosas muy feas, como por ejemplo las críticas que no se deben hacer
, señalaba El Narigón, siempre a la espera de alguna respuesta. “Voy a decir lo que alguna vez dijo Ernesto Sábato: ‘hay cosas que no se discuten, se castigan’ y cada uno castiga de la manera que cree. Todos queremos ganar, pero a mí sí me importa la forma”, sostenía Menotti, campeón del mundo en 1978.
La Asociación de Futbol Argentina (AFA) informó que el velatorio de El Flaco será hoy en sus instalaciones, adonde sólo podrán concurrir familiares, amigos y personalidades destacadas de este deporte. Para mí, Menotti era un genio
, declaró ayer al diario Olé el entrenador del Manchester City, Pep Guardiola, con quien compartió no menos de 30 horas de conversación. Fue el más grande seductor del futbol argentino. Escucharlo era una cátedra. Siento una gran tristeza
.
El Flaco murió el domingo a sus 85 años. Pensaba este deporte y hablaba de él con la misma sensibilidad que podía hacerlo del tango o la literatura. En medio de la dictadura militar, sembró nuevas luces en el futuro de la Albiceleste y también en el de la selección mexicana, a la que comandó entre 1991 y 1992.
Nunca estamos preparados para despedir a quienes en vida nos marcaron y se convirtieron en parte de nosotros
, escribió el ex futbolista Luis García sobre una imagen inédita del rosarino al frente del Tricolor. Contigo el futbol y la vida eran más sencillos de comprender
.
Incontables jugadores lo concibieron como un maestro, otros rivales lo respetaban a pesar de sus diferencias, entre ellos Carlos Salvador Bilardo, para quien sólo queda despedirse detrás de la televisión.