Este verano, el Lunario del Auditorio Nacional se transformará en un espacio encantado, donde la magia de la ópera cautivará a los niños con las obras La flauta mágica, de Wolfgang Amadeus Mozart, y La cenicienta, de Gioachino Rossini, con funciones programadas los días 28 de julio, 4 y 11 agosto.

Con dirección de escena de Rodrigo Caravantes, música de Andrés Sarre y voz de Cassandra Zoé Velasco, las adaptaciones comisionadas a la asociación ProÓpera incluirán cantantes en vivo, ilustraciones de manga, además de art nouveau y decó.

Las producciones forman parte del ciclo Lunario Niños, cuya finalidad es ofrecer propuestas originales e innovadoras al público infantil. Sin embargo, los directores tienen la prioridad de generar nuevas audiencias y presentar iniciativas cuidadosamente diseñadas para introducir al espectador al fascinante mundo de la ópera, explicó Cassandra Zoé Velasco en conferencia de prensa.

El proceso de audiciones fue arduo: seleccionamos cantantes muy jóvenes, pero experimentados; su talento y desarrollo continúan en ascenso.

El universo fantástico creado por Mozart en La flauta mágica, su última ópera, será reinterpretado en un nuevo montaje que se inspira en elementos de las animaciones y los cómics japoneses, realizados por el caricaturista mexicano Raúl Valdés, colaborador de las producciones de Batman y el Hombre Araña para las reconocidas firmas DC Studios y Marvel.

El elenco reúne al tenor Ricardo Estrada (Tamino), la soprano Arisbe de la Barrera (Pamina/Papagena), el bajo Carlos Adrián Hernández (Papageno), la soprano Ana Rosalía Ramos (Reina de la Noche), el bajo Ricardo Ceballos (Sarastro) y el pianista Amaury Ríos.

En la puesta en escena se incorpora a un personaje especial en el escenario: la niña concertino, interpretada por la actriz Mariana Estrada, quien narrará las escenas con el fin de que los pequeños espectadores se sumerjan en el universo fantástico planteado por Mozart.

Rodrigo Caravantes puntualizó: ofrecemos un contexto muy singular con la inserción de imágenes de manga japonesa, lo que fomenta una trama más atractiva para los niños y jóvenes, pues estos gráficos parece que tienen un puente de entendimiento con ellos.

En tanto, La cenicienta se presenta con una estética inspirada en dos corrientes artísticas más recientes: el art nouveau, que se desarrolló a finales del siglo XIX e inicios del XX, y el art decó, que cobró auge entre 1920 y 1930, también en México; el primero, caracterizado por su inspiración en la naturaleza y lo orgánico, y el segundo, en lo geométrico y lo funcional.

Participan el tenor Édgar Villalva Arreola (príncipe Ramiro), los barítonos Carlos Suárez (Dandini), Abel Pérez (Don Magnífico), las sopranos Mariana Ruvalcaba (Clorinda) y Diana Mata (Tisbe).

Cassandra Zoé Velasco señaló que “la especialidad Rossini era poner muchísimos colores a la voz; su idea era pensar en el cantante como instrumento, un violín, un piano, el que fuera, así que en la escenificación verán a los cantantes haciendo pirotécnica vocal.

La fortaleza de un cantante que interpreta a este compositor debe ser el virtuosismo; requiere mucha velocidad, gran variedad de notas agudas a graves y un despliegue vocal muy grande, muy poderoso, que puede resultar interesante para aquellos que se acercan por primera vez a este género y no saben qué es un cantante de ópera. Además, es ópera bufa; entonces, todo es muy chistoso.

Rodrigo Caravantes añadió: estamos preparados para cualquier reacción de los niños; sabemos que algunos tendrán la inquietud de subir al escenario o de dejarse llevar por sus emociones contra los antagonistas. Al final se trata de que experimenten la extraordinaria magia de la ópera.

La flauta mágica ofrecerá una función este domingo a las 13 y 17 horas, mientras La cenicienta tendrá lugar los días 4 y 11 de agosto a la misma hora en el Lunario del Auditorio Nacional (Reforma 50, colonia Bosque de Chapultepec),

Los boletos, que oscilan entre 700 a mil 450 pesos, se pueden adquirir en el sistema Ticketmaster y en las taquillas del inmueble.