Puebla, Pue., La protesta de ejidatarios de la comunidad de Ignacio López Rayón del municipio de Santa Rita Tlahuapan, en la carretera México-Puebla, cumplió ayer cuatro días, luego de que anunciaron por la tarde que continuarán con el cierre parcial de la autopista mientras no lleguen a un acuerdo con el gobierno federal sobre el pago de sus tierras expropiadas hace 66 años para la construcción de la vía.

Sin embargo, anoche los campesinos y su abogado Jorge Portilla Alba, se reunieron con Tonatiuh Ramírez Guevara, titular de la Unidad de Gobierno de la Secretaría de Gobernación federal, y Javier Aquino Limón, secretario de Gobernación estatal en la residencia de gobierno Casa Aguayo. Hasta el cierre de esta edición ninguna de las partes había informado de algún avance.

El martes y el miércoles los labriegos bloquearon los dos sentidos de la vialidad, a la altura del kilómetro 70+400, lo que ocasionó filas de vehículos de más de 30 kilómetros, retrasos en citas médicas y vuelos de turistas, así como pérdidas económicas por las unidades de carga que trasportaban productos perecederos y permanecieron varadas.

El jueves en la mañana los afectados y sus representantes legales, Patricia Rodríguez Flores y Jorge Portilla Alba, accedieron a abrir el paso en la autopista en intervalos de dos horas para cerrarla nuevamente por el mismo lapso.

La decisión se tomó tras dialogar con David Gamboa Estévez, dirigente de la Asociación Nacional de Transportistas y sin mediación de alguna autoridad. Antes los representantes legales de los inconformes recibieron citatorios de la Fiscalía General del Estado para presentarse como indiciados por el delito de daño en propiedad ajena.

Ante ello, Jorge Portilla acusó al gobierno federal de querer intimidar y dividir al movimiento con las denuncias, para que los ejidatarios se queden sin asesoría en el reclamo del pago de sus tierras expropiadas.

El mismo jueves en la noche, los labriegos y sus abogados empezaron un diálogo con la Secretaría de Gobernación de Puebla en la que se acordó abrir un carril en ambos sentidos de la autopista, medida que se mantuvo este viernes.

Los inconformes explicaron que personas enfermas, adultos mayores y niños regresaron a la comunidad y sólo se quedaron en el campamento los más jóvenes; sostuvieron que este fin de semana continuarían el bloqueo hasta recibir sus indemnizaciones.

Loa cierres seguían intermitentes ayer, cada tres horas, en la autopista Arco Norte, a la altura de Calpulalpan, y la carretera federal México-Veracruz, en Apizaco, Tlaxcala.

En la México-Puebla se observó tránsito fluido y menos aforo de vehículos pese a la reducción de carriles, constató La Jornada de Oriente.