Alrededor de 50 hombres y mujeres desalojaron por la fuerza a 19 familias del inmueble ubicado en la calle Abraham González número 101, en la colonia Juárez, a quienes a gritos les advirtieron que tenían sólo 10 minutos para abandonar las viviendas mientras arrojaban sus pertenencias a la calle.

A las siete de la mañana, el grupo de desconocidos, a quienes los afectados se referían como los golpeadores o los cargadores, llegó con un supuesto actuario que de lejos mostró una supuesta orden judicial de desalojo, de la que, dijeron, no fueron notificados.

Una lona en la que se lee: Esta propiedad fue liberada por el Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México, con el logotipo del Poder Judicial local, fue colgada del barandal del primer piso.

Sin embargo, los golpeadores, algunos de ellos armados con marros, se quedaron en el inmueble, y en el transcurso del día entraban y salían varias personas, y se escuchaba que derribaban los muros de la vieja casona que luce deteriorada, no tiene techo en el primer piso ni ventanas y son visibles las afectaciones que dejó el incendio que ocurrió hace un par de años.

El inmueble tiene un sello de la alcaldía Cuauhtémoc con fecha del 29 de julio de 2024, en el que se lee: Este inmueble es considerado de alto riesgo, lo que a decir de los residentes fue colocado sin que se les hiciera alguna recomendación.

El de ayer fue el segundo desalojo, relataron quienes habitan el inmueble desde hace 20, 15 y 10 años que hace varias décadas fue escuela de electricidad.

Adrián Humberto Montero relató que hace 20 años habilitó un local de marcos en la planta baja por el que pagaba 6 mil pesos de renta al encargado de cuidar el edificio, quien falleció hace siete años.

Denuncia ante la FGJ

Montero presentó ayer una denuncia en la Fiscalía General de Justicia local por el delito de desalojo y robo, porque no encontró alrededor de 10 mil pesos que tenía en el negocio y herramienta como lijadoras, caladoras, martillos y compresoras, entre otras.

Es una irregularidad, se trató de un desalojo ilegal, violaron nuestros derechos, no nos avisaron y robaron nuestras cosas, denunció.

Itzel Maldonado, joven que se dedica a la venta de helados Betty Boop buscaba sus tres celulares, dinero, el televisor, ropa y siete cremas para la piel de su madre.

María Isabel Luna, trabajadora en una fábrica de galletas, salió de su trabajo para regresar a la casa en la que vivió desde hace 17 años al enterarse del desalojo, pero sólo encontró el bote sin los 60 mil pesos que ahí guardaba, además le robaron las botas y el uniforme que recientemente recibió.

Como habitualmente ocurre en este modus operandi de desalojo, los afectados buscaban agrupar sus pertenencias del montón de muebles arrojadas a la calle como vitrinas, estufas, refrigeradores, colchones, comedores, mesas, sillas, sillones, ropa, cobijas, lavadores, tanques de gas, trastes, cubetas y botes.

Los afectados colocaron lonas para proteger de la lluvia sus pertenencias y obstaculizaron el tránsito vehicular entre las calles Turín y Barcelona.