Jueves 22 de agosto de 2024, p. 17
Con un llamado a que la salud pública sea concebida como bien social, autoridades mexicanas y regionales inauguraron ayer la XI Conferencia Panamericana para la Armonización de la Reglamentación Farmacéutica.
En la sede de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), el secretario de Salud, Jorge Alcocer Varela, declaró que la comercialización es la mayor infamia
que ha afectado a los sistemas de salud, lo que quedó en evidencia en la pandemia de covid-19.
Ante ministros y viceministros de salud de todo el continente y representantes de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), señaló que en la pandemia de covid-19 se vivieron las terribles consecuencias de la mercantilización y corrupción de las estructuras sanitarias públicas, especialmente en el acceso a medicamentos e insumos de máxima necesidad
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Agregó que la fragmentación de los servicios de salud y la falta de autosuficiencia sanitaria son los principales retos que debe encarar la región ante eventuales nuevas crisis de salud pública.
Alejandro Svarch, titular de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), subrayó que se debe concebir a la salud como bien social, por lo que señaló que el Estado, la industria y el sector económico regional deben priorizar la atención de las verdaderas necesidades de salud de la región. Sin esta base, no podemos imaginar un acceso universal real a los medicamentos en la región
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Señaló que a raíz de la pandemia y sus retos, todos los países de la región tuvieron que cambiar sus marcos regulatorios para hacer frente a la emergencia.
Añadió que se requiere una armonización regulatoria que ayude a simplificar requisitos, reducir costos y disminuir tiempos para la supervisión y aprobación de la producción y uso de nuevos fármacos y vacunas.
En un videomensaje, la canciller Alicia Bárcena dijo que en los próximos tres días se analizarán estrategias para alcanzar la armonización regulatoria regional para permitir el acceso a medicamentos y vacunas.
Añadió que la pandemia hizo urgente la participación y cooperación para responder de forma conjunta y satisfactoria a la emergencia e hizo hincapié en que la colaboración regional, la integración de los países y la autosuficiencia sanitaria son esenciales ante potenciales emergencias sanitarias.