elatos de candor y desesperanza. Europa (1991), último segmento de una primera trilogía del danés Lars von Trier sobre una civilización en decadencia, a poco más de tres décadas de su estreno, ha cobrado actualidad sorprendente. No sólo se han acentuado en el viejo continente las amenazas de un extremismo ideológico presente en la cinta en forma de guerrilla clandestina de ultraderecha, sino que los dilemas morales que enfrenta su protagonista, el estadunidense Leopold Kessler (Jean-Marc Barr), agente controlador de trenes en la Alemania posnazi, subrayan las frustraciones inherentes a toda indefinición política. Lars von Trier precisa aquí la deriva pesimista que anticipaban ya El elemento del crimen (1984) y Epidemic (1987), primeros títulos de la trilogía, dos thrillers metafísicos en ámbitos distópicos donde sobresalían la destreza narrativa y las novedosas rupturas estilísticas del cineasta. Luego vendría una trilogía nueva, llamada del corazón de oro (Goldenheart Trilogy), de tono muy distinto, donde el tema central sería la expiación y el sacrificio, con los títulos Rompiendo las olas (1996), Los idiotas (1998, ilustración lúdica de los postulados de Dogma 95), y Bailando en la oscuridad (2000), Palma de Oro de Cannes ese año. Volteando la mirada hacia una Norteamérica en crisis de intolerancia y racismo, vendrá una trilogía que quedará inconclusa: Dogville (2003) y Manderlay (2005), con un proyecto pendiente, Washington, que nunca se filmó. Finalmente, la serie de propuestas entrelazadas incluiría una trilogía sobre la depresión con las cintas Anticristo (2009), Melancolía (2011) y Ninfomanía 1 y 2 (2013). Actuamente la Cineteca Nacional Xoco presenta una retrospectiva de Lars von Trier con 11 títulos, en muy buenas copias, que describen lo esencial de una trayectoria artística siempre visionaria y no pocas veces polémica.
Tomar la cámara de Hitchcock y plantarla en los terrenos de Tarkovski
, así define Lars von Trier su cometido artístico para Europa, una narración deliberadamente hipnotizante (con voz narrativa del bergmaniano Max von Sydow), que procura sumir a los espectadores en el delirio onírico de la experiencia de Leo Kessler, el sobrino estadunidense de un viejo empleado ferroviario, que a finales de 1945 consigue emplearlo a bordo del tren Zentropa para recorrer un territorio devastado por la guerra. A bordo de ese tren, el joven Leo (personaje a todas luces kafkiano) se verá envuelto, a pesar suyo, en las intrigas y conspiraciones terroristas del grupo llamado de hombres lobo
(werewolves), simpatizantes nazis que digieren con malestar y de modo patético su derrota reciente, sin otra vía de escape anímico que la planeación de atentados terroristas contra judíos sobreviventes y autoridades militares de ocupación. En tanto perfecto intruso extranjero, incapaz de comprender los traumatismos y rencores recalcitrantes de los alemanes humillados, Leo habrá de vivir una tormentosa relación amorosa con una mujer fatal, Katharina Hartmann (Barbara Sukowa como encarnación sensual del alma muerta de Europa), en lo que semeja el canto crepuscular de un cine negro que Lars von Trier practica como tributo doble al Carol Reed de El tercer hombre (1949) y al Hitchcock de Vértigo (1958).
En rigor, la influencia más directa es la de su propio compatriota, el clásico Carl Theodor Dreyer, como atestigua la participación en esta cinta del cinefotógrafo Henning Bendtsen, colaborador también del director de Ordet/La palabra (1955). Al rigor y fuerza expresionista de Dreyer, el director de Europa añade una propuesta plástica novedosa que incluye sobreimpresiones fantasiosas y juegos de color y blanco y negro, donde el primero irrumpe sobre el segundo como nota esencialmente dramática, ya sea tiñendo de rojo algún objeto clave o yuxtaponiendo a personajes muy vivos, de carnalidad sensual, con el entorno gris y apocalíptico que los avasalla. Leo Kessler atraviesa así el paisaje devastado de una Alemania sembrada de resentimiento y odios, en el que ilusoriamente cree haber descubierto el amor. La lección será tan ruda y amarga como en las fassbinderianas La ley del más fuerte o La tercera generación. ¿Quién negará que la Europa de Lars von Trier guarda hoy oscuras semejanzas con la Europa de un Viktor Orbán y sus amigos?
Europa se exhibe hoy en la sala 3 de la Cineteca Nacional Xoco a las 18:30 horas.
Retrospectiva Lars von Trier, hasta el 15 de septiembre. Programa y horarios: www.cinetecanacional.net