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La economía de América Latina
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Clanes y tribus matarán mayoría
A medio gas se reactivó la Liga Mx
a jueza Karla María Macías Lovera, titular del juzgado noveno de distrito en Irapuato, Guanajuato, determinó el jueves de la semana pasada que el gobierno mexicano incurrió en terrorismo de Estado en su política represiva contra grupos guerrilleros, particularmente en Guerrero, y ordenó a la Fiscalía General de la República (FGR) el ejercicio de acción penal contra las autoridades civiles y militares vinculadas a la barbarie perpetrada hace entre cuatro y cinco décadas.
Reforma judicial favorecerá a todos
ay brotes de candente presión política, interna y externa, en torno a la reforma al Poder Judicial de la Federación planteada por el Ejecutivo y Legislativo que tratan de adecuar ese poder a los tiempos que estamos viviendo. Los cambios tienen el objetivo de mejorar la impartición de justicia, que ha sido un lastre, y el combate a la corrupción.
uando el gobierno de la Cuarta Transformación tomó las riendas de la conducción económica del país, en ese momento México era la economía número 15 a nivel mundial y la nueva versión del Tratado de Libre Comercio de América del Norte entraba en operación bajo el nombre de T-MEC. Su contenido reflejaba las preocupaciones de los gobiernos de Estados Unidos y México: por la parte estadunidense, la alerta por el conflicto comercial con China que se tradujo en mayores condicionamientos para la industria automotriz –la cual fue el pivote de la integración económica durante el TLCAN– y, por la parte mexicana, la necesidad de establecer un marco soberano en el sector de la energía. Estos dos temas eran los de mayor relevancia desde el punto de vista geoestratégico. Así como el TLCAN había nacido y caminado durante 24 años con el beneplácito de los dogmas neoliberales compartidos, el T-MEC, por el contrario, era un acuerdo bajo sospecha por la parte hegemónica a causa de un socio que ya no lanzaba los tradicionales gestos amistosos hacia el mercado
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a sido una semana tensa en la relación México-Estados Unidos. Es la reforma judicial, pero también El Mayo, en medio de la transmisión del poder en México, y los días claves de la elección presidencial al norte de la frontera. Dos administraciones cerrando y el factor que recorre Norteamérica es la incertidumbre. Incertidumbre política, económica y social. Comentaba en mi artículo pasado la concentración inédita de efectivo en el fondo de inversión más importante del mundo, el de Warren Buffet. En estos días, otro factor que nos recuerda la aversión del mercado al riesgo político y las suspicacias frente al entorno: el precio del oro, tres veces mayor que hace apenas unos meses. No debemos olvidar que el capital, los mercados, asimilan mejor las malas noticias que aquellas que no conocen; asimilan mejor los golpes que la incertidumbre y hoy eso es lo que sobra en la atmósfera política. Hace apenas un mes, la elección del presidente de Estados Unidos estaba decidida. Joe Biden había tenido un debate de pesadilla y Donald Trump sobrevivió providencialmente a un intento de asesinato. La inmediata convención republicana fue la apoteosis de eso que se autodenomina MAGA Nation, por el acrónimo de Make America Great Again. Pero, hay que reconocerlo, Biden entendió que no podía ganar la partida de ajedrez y cambió de tablero. Cambió por completo el escenario político y hoy las encuestas nacionales promedian tres puntos de ventaja para Kamala Harris, quien desde su encumbramiento como candidata demócrata ha jugado a la perfección sus cartas, eligiendo magistralmente a su compañero de fórmula y haciendo de la convención demócrata eso para lo cual nuestros vecinos se pintan solos: un enorme, emotivo y rentable espectáculo.
omo recientemente reportó La Jornada de Oriente (20/8/23), el conglomerado canadiense Almaden Minerals y Almadex minerals (Almaden), que pretendía explotar yacimientos de oro y plata en el municipio de Ixtacamaxtitlán, en la sierra Norte de Puebla, interpuso finalmente en el Centro Internacional de Arreglos de Diferencias relativas a Inversiones (Ciadi) del Banco Mundial, su anunciada demanda contra México por 200 millones de dólares, por la cancelación de las concesiones que ordenó el gobierno mexicano el año pasado (https://tinyurl.com/2ynfr7xs).
e veras debemos agradecer al presidente Andrés Manuel López Obrador la publicación de su libro ¡Gracias! (México, 2024, Editorial Planeta). Es un libro grande, de 555 páginas, sin pretensiones literarias, escrito como testimonio personal y dedicado sencillamente a los jóvenes
, lo que indica que, como estadista que es, está pensando en el futuro, no de él: de la nación mexicana que pronto estará (nuestra generación va de paso) haciéndose cargo de continuar la obra encabezada por el autor de la obra.
n la mañanera del 9 de agosto, el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que no hay carpetazo
al desastre ambiental ocasionado el 6 de agosto de 2014 por el derrame de sustancias tóxicas provenientes de la mina Buenavista del Cobre, propiedad del magnate Germán Larrea, el segundo hombre más rico de México. Ese fatídico día la citada mina derramó unos 40 mil metros cúbicos de solución de sulfato de cobre acidulado al arroyo Tinajas, que alimenta al río Bacanuchi, a su vez afluente del río Sonora. Provocó así el peor desastre ambiental en la historia de la industria minera del país.
s una buena noticia que Andrés Manuel López Obrador (AMLO) haya retomado la política exterior mexicana de no injerencia en los asuntos internos de cualquier país, específicamente ahora con la República de Venezuela ante el intervencionismo descarado por parte de Estados Unidos, acompañado de un coro de países latinoamericanos con gobiernos de derecha que le hacen de segundas y terceras voces.
l último tramo del actual gobierno está llevando al país a una situación extrema. No es ninguna sorpresa, pues el proceso está en curso desde hace seis años. Un breve recuento de los hechos indica que el plan A del gobierno, de abril de 2022, y enfocado en esencia a la reforma electoral, no resultó como se esperaba ya que no prosperó en el Congreso. En el plan B, de noviembre de ese mismo año, la cuestión se abordó mediante un paquete de reformas a las leyes secundarias y la modificación del sistema electoral. En la Cámara de Diputados las medidas propuestas se aprobaron con cambios y el presidente señaló que habrían de hacerse modificaciones y en febrero de 2023 el plan B se aprobó en la Cámara de Senadores. En mayo de ese mismo año la Suprema Corte de Justicia de la Nación declaró inconstitucional la primera parte del plan B con lo que se impulsó el plan C, anunciado en marzo de 2023. En él se planteó explícitamente que en las elecciones federales de 2024 el partido Morena ganara la Presidencia y consiguiera las dos terceras partes de la Cámara de Diputados y del Senado para asegurar, al final del sexenio, los pretendidos cambios políticos y legales, con las consiguientes reformas a la Constitución.
omo tantas perplejidades que depara este futuro demandante y continuo al que nos hemos volcado, la humanidad viene estableciendo en décadas recientes una relación inusitada, sin antecedente en la historia, con los animales domésticos, en particular perros y gatos. Sí, para los antiguos egipcios, el gato era un dios, y a los perros de Jack London sólo les falta hablar, algo que sí pueden los de Mijail Bulgákov, Franz Kafka, John Berger y Paul Auster, o los gatos maravillosos de la narrativa japonesa. Pero lo de hoy es otra cosa. De alguna manera, las mascotas
(ya se debate el término) devinieron dependientes de nosotros en casi todo.
elatos de candor y desesperanza. Europa (1991), último segmento de una primera trilogía del danés Lars von Trier sobre una civilización en decadencia, a poco más de tres décadas de su estreno, ha cobrado actualidad sorprendente. No sólo se han acentuado en el viejo continente las amenazas de un extremismo ideológico presente en la cinta en forma de guerrilla clandestina de ultraderecha, sino que los dilemas morales que enfrenta su protagonista, el estadunidense Leopold Kessler (Jean-Marc Barr), agente controlador de trenes en la Alemania posnazi, subrayan las frustraciones inherentes a toda indefinición política. Lars von Trier precisa aquí la deriva pesimista que anticipaban ya El elemento del crimen (1984) y Epidemic (1987), primeros títulos de la trilogía, dos thrillers metafísicos en ámbitos distópicos donde sobresalían la destreza narrativa y las novedosas rupturas estilísticas del cineasta. Luego vendría una trilogía nueva, llamada del corazón de oro (Goldenheart Trilogy), de tono muy distinto, donde el tema central sería la expiación y el sacrificio, con los títulos Rompiendo las olas (1996), Los idiotas (1998, ilustración lúdica de los postulados de Dogma 95), y Bailando en la oscuridad (2000), Palma de Oro de Cannes ese año. Volteando la mirada hacia una Norteamérica en crisis de intolerancia y racismo, vendrá una trilogía que quedará inconclusa: Dogville (2003) y Manderlay (2005), con un proyecto pendiente, Washington, que nunca se filmó. Finalmente, la serie de propuestas entrelazadas incluiría una trilogía sobre la depresión con las cintas Anticristo (2009), Melancolía (2011) y Ninfomanía 1 y 2 (2013). Actuamente la Cineteca Nacional Xoco presenta una retrospectiva de Lars von Trier con 11 títulos, en muy buenas copias, que describen lo esencial de una trayectoria artística siempre visionaria y no pocas veces polémica.