La más reciente edición del libro El jazz en México (Fondo de Cultura Económica), subtitulado Tengo otros datos, de Alain Derbez, en esta ocasión fue presentada en Jazzatlán Capital, un espacio dedicado a este género, lo que posibilitó la asistencia de jazzistas para enterarse de cómo va la historia de la que son protagonistas, expresó el escritor, investigador y músico.

Para Derbez hay que luchar mucho respecto de la importancia que le puede dar el músico a leer sobre sí mismo en investigaciones que se hacen. Si hay poca costumbre de leer para algunos, cada vez hay generaciones más informadas probablemente que tienen ganas de saber, sobre todo, dónde se ubica el músico, el jazzista en México como ser social. Cuál es su papel en la comunidad. Son preguntas que trato de que contesten mis entrevistados”.

En cada presentación el autor trata de ofrecer algo diferente. Ahora, por ejemplo, retomó el primer episodio de su pasado programa televisivo ¿Jazzabías o hasta ahorita? –pasa en Tv UNAM– sobre un músico mexicano de Tamaulipas, Ramiro González, con su trío, que recupera las partituras de las melodías llevadas en 1884 a Lousiana por una banda militar de músicos mexicanos. Sería un primer contacto de éstos con sus contrapartes afroamericanos, que posteriormente serían grandes representantes de la génesis del jazz a principios del siglo XX. González les hace nuevos arreglos y unas verdaderas maravillas con los valses y la música de ese entonces.

El jazz en México ofrece, pues, la posibilidad de la memoria. En una posible discusión de si el jazz existe o no en México, Derbez observa que su libro es “lo suficientemente gordo –unas 800 páginas– para que la próxima persona que te diga una serie de lugares comunes como ‘a partir de nosotros comenzó todo esto’, con todos los antecedentes aquí reunidos le pegas en la nuca y se acabó”.

En el caso de esta edición, la cuarta, incluida una electrónica, la memoria llega hasta 2022/23. Cada vez el libro tiene más datos, más información, hacia adelante y hacia atrás. Ya que hay muchas personas y cada vez más lugares, es difícil pensar en contar con toda la información. Tiene nuevos capítulos, mientras que hay correcciones, aunque Derbez también ha eliminado secciones: Tuve que quitar como 200 páginas, incluido el índice onomástico. Antonio Malacara ha hecho ya una cantidad de libros en los que se maneja una discografía muy amplia, entonces, ya no tiene caso que haga un recuento.

Historiador de formación, aunque no en el sentido clásico: “Trato de utilizar todas las posibilidades, incluso la narrativa literaria, para poder plasmar lo que quiero decir. Hay mucho trabajo hemerográfico, y de la poca bibliografía que pude encontrar, de libros que no necesariamente hablan de jazz, sin embargo, te pueden dar algunas claves. Hay una investigación discográfica, evidentemente.

“En todas las ediciones trato más bien de hacer una historia de México desde el lado del jazz. En qué medida el jazz ha estado presente en cada uno de los periodos y cómo ha tenido subterráneamente de todos modos una permanencia muchas veces y de pronto vuelve a aparecer en los años 20 del siglo pasado. La primera película mexicana anunciada como sonora fue Santa (1932) y tiene jazz, por lo menos lo que se entendía como tal.

“Al investigar sobre la historia de la radio en México, te encontrarás con personas que tocaban en la XEB como Ernesto El Pelón Riestra que tenían en su orquesta a futuros grandes jazzistas como Mario Ruiz Armengol. En fin este tipo de cosas las investigas con base en la lectura. Sí hay una bibliografía, pero se tiene que buscar. Ahora, al haber libros de otros colegas, puedes apoyarte mucho en ellos. También recupero entrevistas de mis días como reportero en Unomásuno, entrevistas que sigo haciendo en mi programa en Radio Educación. Tengo una buena cantidad de posibilidades que recupero e incorporo”.

Derbez presentará El jazz en México mañana en la librería del Fondo de Cultura Económica en Madrid, ocasión que aprovechará para tocar el saxofón. El martes 26 dará a conocer otro libro, La libertad es el tema (Editorial Mar Adentro), en el Instituto Cultural de México en España, luego en Barcelona y Córdoba.