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Con 21 salvas honra el Ejército a la Presidenta
 
Periódico La Jornada
Jueves 21 de noviembre de 2024, p. 9

A las 10:15 horas comenzó el ensordecedor estruendo de las salvas en su honor. Con un rostro de inocultable satisfacción y una sonrisa, la jefa del Ejecutivo, Claudia Sheinbaum Pardo, miraba a la distancia la humareda que dejaba la explosión de pólvora de los cañones. Con el protocolo militar para honrar a la primera Presidenta y comandanta suprema de las fuerzas armadas con 21 salvas de honor, se realizaron los festejos del 114 aniversario de la Revolución Mexicana.

Una celebración con un ostensible énfasis de género. Al fin tiempo de mujeres, la presencia femenina en la festividad fue mayoritaria, las referencias históricas al papel de la mujer en la Revolución, de igual forma, tratando de ir más allá de la referencia tradicional de las Adelitas.

Las fuerzas armadas organizaron un festejo revolucionario con un ostensible sello femenino, no sólo con las soldadas vestidas como las mujeres de la Revolución, sino también con los contingentes con fuerte presencia de soldadas, marinas y guardias nacionales. Una forma de proyectar el incremento de la presencia de la mujer en las corporaciones militares.

Flanqueada por la cúpula castrense –el general secretario de la Defensa Nacional, Ricardo Trevilla, y el almirante secretario de Marina, Raymundo Morales–, la mandataria observó satisfecha la parada militar que arrancó con el tradicional pase de lista en un vehículo militar de los participantes.

Gran parte de los contingentes estuvieron ataviados con la indumentaria de los revolucionarios de los albores del siglo XX para evocar la gesta revolucionaria, con énfasis en la mujer. Carros militares con reivindicaciones a féminas como María Pistolas Arias o Carmen Serdán, entre otras que destacaron en tiempos de la Revolución.

Una revolución tan minusvaluada en el periodo neoliberal cuyas consecuencias perduran: antaño, el 20 de noviembre era una fiesta nacional, para convertirse ahora en moneda de cambio para un larguísimo fin de semana comercial, arrebatándole el carácter de día de obligatorio descanso a esa fecha.

En ese tenor, la Presidenta mencionó que pretende recuperarse su importancia en esta nueva era con el reconocimiento del mayor logro revolucionario en los tiempos de la Cuarta Transformación: estamos recuperando el sentido social de la Constitución, arengó apelando a la historia nacional.

La celebración no estuvo exenta de vicisitudes e imponderables sufridas principalmente por los caballos y sus jinetes. La nueva superficie lisa del Zócalo recién remodelado no era propicia para las cabriolas ecuestres, aunque las caídas no se reflejaron en el parte final del desfile que leyó el general Enrique Covarrubias, comandante de la parada militar, quien informó a Sheinbaum: sin novedad.

El cierre del evento tuvo otro toque propio de los nuevos tiempos: este arreglo floral simboliza la esperanza de un mejor México en sus manos, dijo una niña a la Presidenta para concluir la ceremonia.