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Alejandro Negrín, embajador
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ntrevistar a Alejandro Negrín es siempre un gusto y un aprendizaje. Guapo, amable, inteligente, dinámico, me encanta verlo sentado en el sofá de la sala porque lo vi desempeñarse de delegado cultural en Washington y todos lo admiraban por su incansable entusiasmo. A Alejandro lo remito siempre a su querida hermana Edith, crítica literaria y maestra universitaria, integrante destacada de UC Mexicanistas, grupo que tanto ha calado en las instancias culturales estadunidenses, ya sean universidades o centros de arte, en los que también influye la incansable Sara Poot Herrera, quien no cesa de divulgar todo lo mexicano en las universidades californianas.

Cada vez que regresa a México de una de sus misiones, procuro platicar con el embajador Alejandro Negrín, porque es una fiesta escuchar lo que ha logrado hacer por México en los países en los que nos representa.

–Empecemos de adelante para atrás, Elena. Ahorita tengo tres años en Vietnam de embajador de México. Soy muy afortunado de serlo ahí, porque para los diplomáticos, Vietnam es uno de los países, creo yo, más extraordinarios y atractivos del sistema internacional de nuestra Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE). Es bastante conocido que en el siglo XX, Vietnam, por un lado, era una colonia francesa, hasta 1954.

Luego de independizarse de Francia, Vietnam se dividió, y en el contexto de la guerra fría, Estados Unidos intervino masivamente en una guerra injusta. Finalmente, Vietnam vence a Estados Unidos en 1975; el país se reunificó y empezó la historia moderna de Vietnam, poco conocida en México.

–Sí, pero el astrofísico Guillermo Haro viajó allá y regresó muy conmovido por los esfuerzos de los vietnamitas y la presencia del notable Ho Chi Min, a quien consideró héroe.

–En 1986, Vietnam inició un periodo conocido como el Doi Moi, que significa renovación, el cual produjo el cambio del modelo económico. El país se abrió al libre comercio, a la inversión extranjera, e inició una etapa de crecimiento económico impresionante en las pasadas cuatro décadas de más de 7 por ciento anual, con un estado muy orientado a las infraestructuras y al combate de la pobreza. Vietnam es, probablemente, uno de los países más igualitarios del mundo y con menos índices de pobreza, con una visión muy incluyente del crecimiento humano y diferencias sociales cada vez menos marcadas, gracias a un modelo que combina inversión extranjera, inversión privada y participación del Estado en toda su infraestructura. El impulso a la economía digital hace un esfuerzo enorme en materia de educación. En Vietnam, prácticamente todo el país tiene acceso a la educación secundaria, y ahora mismo la mayor parte del país tiene acceso a Internet.

–En México somos muchos los que admiramos los progresos de Vietnam… Lo he visto mucho en el Poli…

–La prueba PISA es una prueba educativa internacional para estudiantes de secundaria, y Vietnam está en los estándares más elevados. Entonces, la población se ha transformado radicalmente y aspira a ser un país de ingreso medio alto para 2031, y logrará ser un país desarrollado en 2050. Otro aspecto de Vietnam, que es poco conocido y muy interesante para México, es su política exterior. Vietnam (así como México de Estados Unidos) es vecino de China y tiene una política llamada Los Cuatro No. Consiste, uno, en no permitir bases militares extranjeras en su territorio. Dos: no amenazar con el uso de la fuerza ni usarla en las relaciones internacionales y, por otro lado, tiene una estrategia de relaciones con los principales países del mundo al mismo nivel. Por ejemplo, para Vietnam, China y Estados Unidos tienen igual categoría, lo mismo que Rusia e India. Por tanto, la política de Vietnam es un buen ejemplo que México ha tomado muy en serio. En este 2025 se va a cumplir el 50 aniversario de las relaciones diplomáticas entre ambos países.

–Pero Vietnam antes estaba horriblemente dividido entre norte y sur.

–Con el triunfo del Vietcong, en 1975, encabezado por el presidente Ho Chi Min, Vietnam se reunificó. Por supuesto, geográficamente distingues el norte del sur, pero políticamente es una sola nación. En el sur está Ciudad Ho Chi Min, base económica del país; en el norte, donde se asienta Hanoi, que es la capital, está la base política del Estado.

“Ya se oye poco francés en Vietnam. Tengo la impresión de que los jóvenes vietnamitas están orientados a aprender chino e inglés. Para México, este es también un año muy importante; queremos elevar el nivel de las relaciones diplomáticas a una llamada ‘alianza estratégica integral’, porque tenemos una relación económica que ha crecido muchísimo, además de una excelente relación política. La presidenta Claudia Sheinbaum se vio con el primer ministro de Vietnam en noviembre del año pasado, en Río de Janeiro, en el contexto de una reunión del Grupo de los 20. Queremos firmar una serie de acuerdos indispensables para que la relación bilateral siga avanzando. Queremos trabajar con el Instituto Nacional de Antropología e Historia, porque encontramos una réplica de cabeza olmeca abandonada en Vietnam, y a partir de ahí estamos en conversaciones con la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), que tiene un centro en la capital de China, en Pekín. Trabajamos con universidades vietnamitas en varios proyectos. El Fondo de Cultura Económica nos ayuda a desarrollar iniciativas con los departamentos de español en las universidades más importantes de Vietnam.”

–¿Y Hanoi?

–Estamos trabajando con la Universidad de Hanoi y con la de Ciencias Sociales y Humanidades Ho Chi Min. Eso es más o menos, en términos generales, el trabajo que llevo a cabo ahorita en Vietnam.

–¿Vienen muchos vietnamitas jóvenes a la UNAM?

–Hay una relación, por un lado, a nivel del Partido Comunista de Vietnam, muy cercano a las diferentes fuerzas políticas en México y es, quizás, uno de los núcleos que impulsa la relación con este gobierno. Tenemos becarios vietnamitas, pero necesitamos que vengan más. Algunos estudiantes del Instituto Politécnico Nacional han ido a Vietnam y están tan fascinados que participan en nuestros proyectos allá.

–Hace tiempo oí decir al doctor Eugenio Méndez Docurro, antiguo rector de nuestro Politécnico, que Vietnam atrae a jóvenes mexicanos con talento.

–Por la transformación que ha experimentado; Vietnam se ha vuelto un país muy atractivo también desde el punto de vista turístico, hay gran cantidad de mexicanos que vienen a conocerlo, alrededor de 15 mil al año. Por otro lado, los empresarios de aquí están empezando a descubrir un mercado de 100 millones de habitantes.

–¿Qué productos atraen su atención?

–Creamos una guía para los empresarios mexicanos de cómo hacer negocios en Vietnam, en la que identificamos aquellos sectores en los que México tiene grandes oportunidades de entrar al mercado vietnamita. Van desde productos farmacéuticos y alimenticios hasta metalmecánicos. Vietnam ofrece muchas oportunidades al empresariado mexicano.

–¿Hace cuánto eres embajador, Alejandro?

–Desde hace más de 35 años me he entregado a siete embajadas. He tenido también cargos directivos en la Secretaría de Relaciones Exteriores, así como la oportunidad de integrarme a cuatro ramas de especialización de la diplomacia: la multilateral; es decir, foros internacionales; la diplomacia bilateral, al estar en embajadas; el área de promoción económica, como consejero, y también, con mucho énfasis, al dirigir la promoción cultural, ya que fui agregado y director del Instituto Cultural de México en Estados Unidos. Encabecé el Instituto Cultural de México en Washington entre 2004 y 2007. Ahí pude ver los grandes aportes que hacen los migrantes mexicanos a la cultura y a la economía de Estados Unidos en todas las disciplinas.