Nueva York. El secretario general de la Organización de Naciones Unidas (ONU), Antonio Guterres, manifestó su profunda tristeza y conmoción por la muerte de dos empleados en los bombardeos contra edificios de la ONU en Gaza, y pidió una investigación completa.

En respuesta, Israel acusó de decadencia moral a Guterres, al rechazar su condena a los últimos ataques contra la población palestina, en momentos en que continuaron los llamados de la comunidad internacional a Tel Aviv para que cese su feroz ofensiva.

La ubicación de todos los locales de la ONU es conocida por las partes en conflicto, que están obligadas por el derecho internacional a protegerlos y garantizar su inviolabilidad, aseveró el portavoz Farhan Haq. Israel negó la autoría del ataque.

Con anterioridad, Guterres manifestó su indignación por los nuevos bombardeos israelíes y pidió que se respete la tregua en Gaza y se restablezca un acceso sin restricciones de la ayuda humanitaria y la liberación incondicional del resto de los rehenes.

Israel respondió con indignación por la bancarrota moral de Guterres y porque ocupa el máximo cargo en la ONU; le reprochó que no se pronunciara sobre la acusación israelí de que Hamas se beneficia del traslado de bienes a Gaza para reconstruir su maquinaria bélica, o sobre la (agencia para los refugiados palestinos) Unrwa que, bajo su liderazgo, da empleo a terroristas y cuyas instalaciones son usadas para retener rehenes, de acuerdo con el portavoz israelí Oren Marmorstein.

China instó a Israel a renunciar a su obsesión por el uso de la fuerza y a cesar de inmediato las operaciones militares en Gaza, mientras Japón pidió un alto el fuego.

El presidente de Francia, Emmanuel Macron, calificó los nuevos bombardeos de dramático retroceso; la jefa de la diplomacia de la Unión Europea, Kaja Kallas, describió la situación en Gaza de inaceptable, y el mandatario de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, subrayó que Israel ha demostrado ser un Estado terrorista que se alimenta de sangre de inocentes.