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Se enfría el comercio entre Estados Unidos y el gigante asiático
 
Periódico La Jornada
Miércoles 23 de abril de 2025, p. 19

Desde la incursión de Donald Trump en la política, la relación comercial de China con Estados Unidos se ha enfriado a tal grado que desde 2016 ha crecido menos de 5 por ciento y el gigante asiático ha pasado de ser su principal socio con cerca de 16 por ciento de su comercio global, al tercer puesto, con menos de 10 por ciento.

La situación ha empeorado por los recientes embates comerciales del presidente estadunidense, que ha impuesto aranceles hasta de 245 por ciento a algunos productos de origen chino, por lo que especialistas prevén que el comercio entre las dos principales economías del mundo seguirá deteriorándose.

De acuerdo con la Oficina del Censo del Departamento de Comercio de Estados Unidos, en 2016 –antes del primer mandato de Trump– el comercio entre Estados Unidos y China ascendía a 578 mil 14 millones de dólares y estaba en franco crecimiento, pues representaba alrededor de 16 por ciento del comercio global estadunidense.

A partir de entonces la participación del gigante asiático en el comercio global de Estados Unidos ha ido en picada. En 2024, según el organismo público estadunidense, se ubicó en 10.9 por ciento, y al cierre del primer bimestre de 2025 había caído a 9.8 por ciento, en medio de una serie de aranceles recíprocos entre ambas economías.

En este contexto, México ha ganado participación, al pasar de 14.5 del comercio global de Estados Unidos en 2016 a 16 por ciento en 2024. Según la Oficina del Censo, en ese lapso el comercio entre México y su vecino aumentó 60 por ciento, de 523 mil 729 a 839 mil 892 millones de dólares. Además, México se posicionó como el principal proveedor de Estados Unidos, lugar ocupado durante más de 20 años por China.

La guerra comercial entre Estados Unidos y China comenzó en 2018, cuando Trump impuso aranceles a las importaciones chinas alegando prácticas comerciales desleales, transferencia forzada de tecnología y preocupaciones sobre la seguridad nacional.

En ese entonces el magnate acusó al gobierno chino de robo de propiedad intelectual, manipulación cambiaria y subsidios injustos a empresas chinas. El conflicto se intensificó cuando ambos países impusieron aranceles mutuos a productos con valor de cientos de miles de millones de dólares.

El presidente Joe Biden preservó en gran medida la mayoría de los aranceles que Trump impuso a China. En octubre de 2022 Washington emitió nuevas y amplias restricciones a la venta de semiconductores y equipos de fabricación de chips de China. Estas restricciones se extendieron en octubre de 2023 y diciembre de 2024.

En 2025, ya con Trump de regreso, Estados Unidos intensificó su guerra comercial con China al imponerle aranceles significativos. En febrero aplicó una cuota del 10 por ciento relacionado con el fentanilo, seguido por una tarifa base de 10 por ciento y un arancel recíproco de 34 por ciento en abril, que luego escaló al 125 por ciento, alcanzando una tasa combinada hasta de 245 por ciento para ciertos productos, entre ellos vehículos eléctricos.

En respuesta, China impuso a productos estadunidenses aranceles de 34 por ciento que luego aumentaron a 125 por ciento a partir del 12 de abril, además de restringir la exportación de tierras raras y metales estratégicos como galio y antimonio, y la inclusión de empresas estadunidenses en listas de entidades no confiables.