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Fusionan danza y pintura para narrar el deterioro y la resistencia de la memoria
 
Periódico La Jornada
Jueves 8 de mayo de 2025, p. 4

La coreógrafa Bárbara Alvarado, en su obra Pérdida de la memoria, crea un espacio para la reflexión al explorar la complejidad de la experiencia humana y lo importante de reinventarse ante diversas situaciones hasta encontrar nuevos significados en la vida.

El Teatro Benito Juárez, desde hoy y hasta el domingo, será el escenario de la propuesta que fusiona danza, música y pintura, donde el cuerpo se convierte en pincel y el foro en un lienzo que narra el deterioro y la resistencia de la memoria.

En entrevista con La Jornada, Alvarado explica que su obra se inspira en varias cosas al mismo tiempo, incluyendo su experiencia personal después de sufrir una lesión en la rodilla que la obligó a replantear su vida y su carrera.

Me preguntaba quién soy si no puedo bailar, si no puedo hacer lo que amo. Me di cuenta de que el gran miedo que tenemos en la vida no es la muerte, sino dejar de significar algo para los demás. Esta reflexión la llevó a explorar la idea de la memoria y cómo se relaciona con nuestra identidad y nuestras experiencias.

Entre boleros, música de Chopin y de la legendaria XEW, la propuesta coreográfica presenta la historia de una pareja que lucha contra la pérdida de la memoria. Alvarado busca vislumbrar el proceso del Alzheimer y cómo afecta a las personas y sus relaciones.

Renacimiento y resignificación

La obra plantea preguntas y al mismo tiempo ilustra una fuerza real, que es la esencia vital, esta fuerza de vida por volver a despertar, volver a intentar la vida y volver a morir. Es un proceso natural de olvido y muerte, pero también de renacimiento y resignificación, comparte la creadora.

Se trata de una exposición viviente en la que la danza y la plástica se entrelazan para narrar la vida de una pintora con Alzheimer y su compañero de vida, quienes habitan un espacio poético entre el recuerdo y el olvido.

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El gran miedo que tenemos en la vida no es la muerte, sino dejar de significar algo para los demás, dijo Bárbara Alvarado a propósito de la pieza Pérdida de la memoria.Foto cortesía de la coreógrafa

La protagonista en su tina renace cada vez para volver con su pareja. Él, a través de sus pinturas, la llama una y otra vez, atrapándola en una memoria compartida. Somos en potencia muchas posibilidades y los procesos sicoemocionales o corporales nos hacen resignificar o cambiar, afirma Alvarado.

A decir de la coreógrafa, Pérdida de la memoria “es una apuesta sobre el proceso del Alzheimer, pero nosotros tenemos procesos similares en la vida y no nos damos cuenta; vamos muriendo y renaciendo en nuestros significados, en nuestras memorias y en nuestra búsqueda de experiencias, y eso es necesario para resignificarnos.

Las personas con Alzheimer empiezan a olvidar las cosas y lo que necesitan es desconectarse del mundo, porque ese mundo no arroja un puente de vuelta que retroalimente al ser. Estamos inmersos en el tener, en el aparentar, en el mostrar, pero no en el cultivo del ser, de la expresión, esa es la realidad, y es responsabilidad de todos volver a significar la existencia humana.

Alvarado explica que la obra es un recordatorio de que la vida es un proceso de crecimiento y cambio. Debemos estar dispuestos a enfrentar nuestros miedos y encontrar nuevas formas de ser y hacer.

Bajo la dirección de Bárbara Alvarado, la compañía Aletheia Cuerpo Escénico de México presenta Pérdida de la memoria en el Teatro Benito Juárez (Villalongín 15, colonia Cuauhtémoc) desde hoy y hasta el domingo, con funciones jueves y viernes a las 20 horas, sábado a las 19 horas y domingo a las 18 horas.