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Trump: robar a los pobres // Más riqueza a los potentados // Remesas vs trasnacionales

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▲ Un manifestante sostiene una bandera mexicana durante las protestas del pasado 12 de junio en Pasadena, California, en respuesta a las redadas de migrantes.Foto Afp
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lgunos sectores de la vida política nacional (en la Secretaría de Relaciones Exteriores y, por añadidura, en la embajada de México en Washington) mantienen la versión, junto con una sonrisa, de que es buena noticia que los legisladores estadunidenses del Partido Republicano hayan tenido la cortesía de reducir la tasa impositiva (primero de 5 por ciento, más delante de 3.5 y ahora de uno) a cobrar por las remesas que los paisanos puntualmente hacen llegar a sus familias. Parece que en Palacio y la cancillería se mueven con la clásica teoría de lo perdido lo que aparezca, porque con Trump no se puede negociar.

Pero no. Ni lejanamente puede ser catalogada como buena noticia, porque, de entrada, esa decisión unilateral viola flagrantemente el acuerdo que México y Estados Unidos firmaron 31 años atrás (1994) para evitar la doble tributación, el mismo que el energúmeno de la Casa Blanca, junto con sus borreguitos republicanos en el Legislativo, simple y llanamente se pasa ahora por el arco del triunfo, como tantos otros acuerdos bilaterales e incluso multilaterales, siempre bajo el precepto imperial de que los gringos deciden y los demás acatan, por no decir se chingan.

Además, tal determinación golpea el ingreso de millones de familias mexicanas receptoras de remesas, distribuidas a lo largo y ancho de la República, con énfasis en Michoacán, Jalisco, Guanajuato, Chiapas, Ciudad de México, estado de México, Oaxaca y Puebla. De acuerdo con el banco central, en el primer trimestre del año los paisanos enviaron 14 mil 254 millones de dólares y de ese monto 63.2 por ciento se dirigió a las entidades que se citan. Entonces, a las tarifas e impuestos que ya cubren por remitir dinero a su gente, los inmigrantes ahora deberán pagar uno por ciento adicional, si no es que a última hora el imperio decide cambiar la jugada.

La Jornada (Alejandro Alegría) lo resume así: gravar las remesas afectaría a millones de migrantes que envían recursos a sus países de origen, como México. Analistas del Grupo Financiero BBVA comentaron que el gravamen sería injusto, regresivo y contrario a los acuerdos internacionales, aunque tendría efectos limitados y no afectaría de forma significativa la balanza de pagos, pero sí las finanzas de las familias receptoras, las más importantes en esta movida unilateral. En abril las remesas sumaron 4 mil 761 millones de dólares, monto que observó una caída de 12 por ciento, la más pronunciada desde septiembre de 2012. Si bien la iniciativa (gringa) no se ha aprobado, el descenso reportado en el cuarto mes del año se explica por la incertidumbre causada por la política comercial de Trump, así como por el débil dinamismo económico.

Ante este panorama, la presidenta Sheinbaum ha sido insistente: No queremos que haya impuesto; seguimos trabajando para que no se aplique ningún gravamen a las remesas que envían nuestros paisanos a sus familias en México. Esa reducción es importante no sólo para nuestro país, pero nosotros somos los únicos que hemos estado hablando con congresistas y también con nuestros paisanos y sus organizaciones. Además, hay un convenio bilateral (firmado en 1994); seguimos trabajando para que sea cero, que no haya impuesto.

Pero lo que el imperio quita a los más necesitados, se los devuelve (copeteado, diría Vicente Fox) a los más ricos entre los ricos: El grupo de las siete mayores economías del mundo (G-7, el imperio y sus gatos europeos y asiáticos) acordó eximir a las empresas trasnacionales de Estados Unidos del impuesto mínimo global, un triunfo para Donald Trump, quien presionó fuertemente por este compromiso. El acuerdo permitirá que las empresas estadunidenses sólo sean gravadas en su país de origen, tanto por las ganancias nacionales como por las extranjeras, dijo el G-7 en un comunicado. En enero, mediante una orden ejecutiva, Trump declaró que el acuerdo global sobre el impuesto mínimo de sociedades impulsado por la OCDE no era aplicable en su país, retirándose del histórico acuerdo de 2021 negociado por la administración Biden con casi 140 países ( La Jornada). Y quien no esté de acuerdo, pues que se joda.

Las rebanadas del pastel

Trump se mantiene firme para obtener el Premio Nobel de la Paz (según dice): Bombardearía de nuevo a Irán; debe volver al orden o enfrentará las peores consecuencias. Por si fuera poco, no toleraré que se siga procesando al genocida Benjamin Netanyahu (Bibi, para él) por cargos de corrupción. ¿Cómo es posible que sea forzado a quedarse en una corte todo el día?, se queja, si puede aprovechar ese tiempo para masacrar palestinos.

X: @cafevega