alentín Gómez Farías, considerado el padre del liberalismo mexicano, nació en Guadalajara el 14 de febrero de 1781. Hijo de una familia española, ingresó al Seminario Tridentino de esa ciudad en 1795. Posteriormente obtuvo el grado de bachiller en filosofía en la Real Universidad de Guadalajara en 1800 y cinco años después el de medicina en esa misma universidad.
En la Ciudad de México ingresó al Real Tribunal de Protomedicato, donde obtuvo el título de médico. En el convulso 1808 ejerció en la capital su profesión. En Aguascalientes vivió los difíciles años de la guerra insurgente. Se casó en esa ciudad con Josefa López de Nava en 1817.
En todos esos años la medicina ocupó su tiempo. Se ganó el reconocimiento por su labor social en favor de la gente. Inició su carrera política en 1820 como regidor del ayuntamiento de Aguascalientes. Se comprometió con la Independencia de México, alcanzando el grado de coronel. Siendo presidente del ayuntamiento de Aguascalientes, proclamó la independencia nacional. Consumada la independencia, fue diputado al primer Congreso Constituyente mexicano. Al presentarse el conflicto entre Iturbide y ese Congreso, ante la presión popular para nombrar a Iturbide emperador, Gómez Farías, junto con otros 46 diputados, hicieron una propuesta para que gobernara respetando la Constitución que se discutía, propuesta que fue aprobada.
Se opuso a la disolución del Constituyente por Iturbide y cuando éste tuvo que restablecerlo, impulsó la formación de una república federal, la disolución de ese primer congreso, dominado por los centralistas y la convocatoria a uno nuevo en mayo de 1823. Apoyó el Plan de Casa Mata de Santa Anna que derrocó a Iturbide y fue parte del nuevo Congreso Constituyente que aprobó la formación de una república federal. Junto con Miguel Ramos Arizpe, encabezó la corriente federalista, fundamental en el nacimiento de la nación mexicana.
Elegido senador por Jalisco, fue presidente del primer Senado mexicano en diciembre de 1824. Relegido en 1826 presidió nuevamente esa cámara. En 1829 fue por tercera vez senador. Cuando Vicente Guerrero ocupó la Presidencia, le encomendó disuadir los intentos de los gobiernos de Jalisco, Zacatecas y Guanajuato de crear un congreso regional, al margen de la Federación.
Al ser derrocado Guerrero, Gómez Farías, quien se oponía al gobierno usurpador de Anastasio Bustamante, fue secretario del gobierno de Francisco García Salinas en Zacatecas.
En la presidencia de Manuel Gómez Pedraza, Gómez Farías ocupó la Secretaría de Hacienda. En marzo de 1833 fue elegido vicepresidente de la República, en la misma elección en la que Santa Anna obtuvo la Presidencia. No obstante, Santa Anna pretextó estar enfermo y pidió licencia, por lo que no tomó posesión y Gómez Farías se hizo cargo por primera vez del Poder Ejecutivo. Lo hizo otras tres ocasiones en los siguientes doce meses.
Cuando Valentín Gómez Farías se encargó del Poder Ejecutivo inició la primera reforma liberal de nuestra historia. Realizó reformas educativas en favor de los trabajadores y las familias rurales, aumentó las normales y mejoró el sistema de administración de la justicia. La más importante de sus reformas fue sentar las bases jurídicas para terminar con los privilegios de la Iglesia y del Ejército. Entre las medidas que impulsó estuvieron: la libertad de expresión, la prohibición al clero y al Ejército de intervenir en política, terminar con el monopolio del clero en la enseñanza y la desamortización de los bienes de la Iglesia. Creó también una milicia nacional ciudadana, la Biblioteca Nacional y abolió la pena de muerte por motivos políticos.
Esas medidas sentaban las bases de un Estado laico fuerte. Santa Anna encabezó la reacción conservadora y reasumió la Presidencia el 24 de abril de 1834. Gómez Farías fue depuesto y tuvo que irse a Estados Unidos.
A principios de 1838 un movimiento federalista lo hizo regresar al país. Fue recibido triunfalmente el 19 de febrero de ese año. Sin embargo, la reacción conservadora no tardó en llegar. Fue encarcelado el 7 de septiembre. Estuvo preso en el convento de Santo Domingo hasta el 14 de diciembre de ese año en que fue liberado por sus seguidores. Había una enconada disputa por la nación entre liberales y conservadores. Ante el fracaso del movimiento federalista, se exilió nuevamente en Estados Unidos a mediados de 1840. Regresó en 1841 a Yucatán, que había proclamado el federalismo, pero ante los intentos separatistas yucatecos se volvió a exiliar en 1843.
Cuando Texas consumó la separación de México fue diputado federal en diciembre de 1846 y nuevamente vicepresidente de la República mientras Santa Anna se hacía cargo de la Presidencia el 13 de enero de 1847. Un día después Santa Anna pidió licencia y Gómez Farías se hizo cargo del Ejecutivo. La injusta guerra de conquista que Estados Unidos había declarado a México sumió al país en el caos. Había que financiar la guerra y la única institución que tenía recursos era la Iglesia. El Congreso dispuso recabar 15 millones de pesos mediante hipoteca o venta de propiedades eclesiásticas. Eso provocó la rebelión de los polkos. Santa Anna regresó y Gómez Farías renunció a la vicepresidencia. En noviembre de 1847, ocupó su cargo como diputado. En 1849 fue diputado y senador. Cuando triunfó la revolución de Ayutla, fue designado administrador general de Correos. En el Congreso Constituyente de 1856-57 representó a Jalisco. Fue presidente del Congreso. El 5 de febrero de 1857 fue recibido con una ovación y firmó como presidente del órgano legislativo la nueva Constitución. De rodillas la juró diciendo: Este es mi testamento
. Falleció en la Ciudad de México el 5 de julio de 1858. Sus restos fueron depositados en la Rotonda de las Personas Ilustres en 1933.