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Chupaderos puso a Durango en el mapa del cine mundial; hoy se cae a pedazos
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▲ En la imagen, el set cinematográfico construido en 1954 en Chupaderos, visto en la actualidad.Foto Saúl Maldonado
Corresponsal
Periódico La Jornada
Viernes 4 de julio de 2025, p. 9

Durango, Dgo.,, En 1954 empezó en Durango la primera filmación de tipo wéstern americano, se trató de la película Pluma Blanca y con ello se inició la construcción del set cinematográfico Chupaderos, mismo que fue sede de más de 130 películas de este género tanto estadunidenses como mexicanas. Hoy este set está en el olvido.

La película Pluma Banca, protagonizada por Robert Wagner, Jeffrey Hunter y Debra Paget, fue el inicio de la historia cinematográfica de Durango y por el cual se le conoce como Tierra del cine.

Fue la primera producción del Viejo Oeste filmada en el poblado San Vicente de Chupaderos, donde se construyó el set cinematográfico.

Pero fue el actor John Wayne, quien le dio proyección internacional a este poblado y a este set porque no quiso filmar películas del género wéstern si no era en esta localidad por lo que muchos conocían a Chupaderos como El pueblo de película.

Producciones como El extraño hijo del sheriff, El gran Jack, Los hijos de Katie Elder y El cavernícola –filmada en los montes de Chupaderos–, Los siete magníficos, protagonizada por Steve McQueen, Yul Brynner, Charles Bronson, Robert Vaugh, Horst Buchholz, James Coburn y Brad Dexter, consolidaron a Durango como un ícono del cine wéstern.

También se grabaron otras como El guardián de Bur Lankeston y Texas Ranger, con Chuck Norris, entre muchas otras.

Una de las últimas producciones realizadas en el set de Chupaderos fue la serie Los Héroes del Norte en el 2010 y después de ahí el gobierno estatal se olvidó de Chupaderos.

Los sets abandonados

Fue en la administración de Jorge Herrera Caldera cuando los sets de Chupaderos fueron abandonados, y trasladaron las actividades y espectáculos que ahí se realizaban a un set privado que adquirió el gobierno estatal denominado Paseo del Viejo Oeste, dejando a su suerte al sitio original.

Desde entonces nos dejaron solos. Todo el apoyo para mantener los sets se vino abajo, igual que el set mismo, comenta.

Hoy en día 12 familias habitan en lo que fueron estructuras del set cinematográfico. Una vive en lo que era el hotel; otra, en la cantina –convertida en tienda– y el resto en viviendas improvisadas dentro de fachadas falsas, que ahora funcionan como casas reales.

Si estas familias no vivieran aquí, los sets ya estarían en el suelo. Algunos se han mantenido gracias a quienes los habitan. De lo contrario, ya no existirían, narra Lizeth.

Agrega que mantener la madera original es costoso y cada día es más difícil restaurarla. Una de las fachadas icónicas, junto al antiguo Banco del Viejo Oeste, colapsó. En su lugar se construye otra edificación, pero ya de material, pero sin conservar el diseño original.

Pese al deterioro, turistas de otros estados e incluso del extranjero siguen visitando el lugar, atraídos por la historia del cine wéstern. En contraste, los visitantes locales son cada vez más escasos.

Hace un par de años, uno de los hermanos Almada acudió con su hijo para grabar un cortometraje. Afirmó que no quería saber nada del Paseo del Viejo Oeste, porque la historia está en Chupaderos.

“Es increíble –comenta Lizeth–que venga gente de fuera a valorar lo que las propias autoridades de Durango han dejado morir. Chupaderos puso a Durango en el mapa del cine mundial, y hoy se cae a pedazos.”

Ante esto, la Secretaría de Turismo de Durango guarda silencio y prefiere no saber nada del set cinematográfico Chupaderos que le dio la historia de Durango, Tierra del cine, a la entidad.