Viernes 11 de julio de 2025, p. 21
Afp. Francia y Reino Unido acordaron ayer un “proyecto piloto” para el intercambio de migrantes, al cierre de una visita de tres días del presidente Emmanuel Macron, cuando los cruces ilegales del Canal de la Mancha alcanzan cifras récord.
El acuerdo, que aún debe ser presentado a la Comisión Europea antes de ser firmado, se basa en el principio de “uno por uno”. Así, Francia se compromete a aceptar el retorno de migrantes indocumentados que crucen hacia Reino Unido desde sus costas en pequeñas embarcaciones. A cambio, Londres aceptará a solicitantes de asilo que estén en Francia y que tengan vínculos, en particular familiares, con Reino Unido.
“Por primera vez, los migrantes que lleguen en pequeñas embarcaciones serán detenidos y rápidamente devueltos a Francia”, declaró el premier británico, Keir Starmer, al celebrar un acuerdo “revolucionario” sobre un proyecto que podría comenzar “en las próximas semanas”.
Tras “cada devolución, se permitirá a un individuo diferente venir aquí” de forma segura, añadió Starmer, quien aunque no dijo cuántas personas podrían ser devueltas a Francia, los medios de comunicación afirman que inicialmente podrían ser unas 50 a la semana.
Más de 21 mil migrantes han cruzado el Canal de la Mancha desde comienzos de año, una cifra récord.
El mandatario laborista británico está bajo presión ante el ascenso del partido antinmigración Reform UK.
Macron, por su parte, responsabilizó de la situación al Brexit –salida de Reino Unido de la Unión Europea (UE) en 2020–. Estimó que desde entonces “no existe ningún acuerdo migratorio con la UE”, lo que crea un “incentivo” para cruzar el canal.
Nigel Farage, líder de Reform UK, estimó que “este acuerdo es una humillación”. “Hemos actuado como miembro de la Unión Europea y nos hemos inclinado ante un presidente francés arrogante”, escribió en X.
La ONG Médicos Sin Fronteras calificó el plan de “absurdo” y “extremadamente peligroso”.
El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados acogió con satisfacción un proyecto que, “si se aplica correctamente”, podría “ofrecer acceso a la protección a solicitantes de asilo y refugiados a ambos lados del Canal de la Mancha”.
Cinco países de la UE, entre ellos España, Grecia e Italia, habían expresado su “preocupación” ante este eventual acuerdo, reclamando “un enfoque coordinado entre los miembros de la UE”.