Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Lunes 17 de diciembre de 2001
- -








Sociedad y Justicia
042n1soc Ť Asignatura olvidada en las primarias, igual que en los presupuestos oficiales y de empresas, dicen

Proponen expertos una reforma educativa que revalore la ciencia

Ť Los maestros comparten los conceptos incompletos y a veces erróneos de sus alumnos: investigador

CLAUDIA HERRERA BELTRAN

La enseñanza de las ciencias es la asignatura olvidada en las primarias mexicanas. Los investigadores ubican carencias en los programas de estudio, enfoques erróneos en los libros de texto, profesores que no manejan conceptos elementales de la ciencia y que tampoco fueron preparados para despertar la curiosidad de sus alumnos, además de la ausencia de recursos básicos, como pequeños laboratorios escolares.

escuela_primariaEl entorno social tampoco es favorable. Así como el desarrollo científico y tecnológico está desvalorizado en los presupuestos que destinan el gobierno y las empresas (que representan apenas 0.4 por ciento del PIB, cuando en otros países llega a 2 por ciento), y en los magros salarios de los científicos, ocurre lo mismo en las aulas y en el entorno familiar. Los mexicanos carecen de una cultura científica en tiempos de la supremacía del conocimiento.

Las consecuencias de esta situación son promedios bajos en las evaluaciones de los educandos y un problema que desde hace décadas está presente en las aulas universitarias: la falta de vocaciones científicas.

Actualmente, la enseñanza de las ciencias tiene presencia marginal en los planes y programas de estudio de las primarias mexicanas. La materia de ciencias naturales se imparte a partir de tercer grado, y los alumnos le dedican apenas tres horas semanales, mientras que a otras destinan 10. Los temas fundamentales que estudian son: los seres vivos, el cuerpo humano y la salud; el ambiente y su protección; materia, energía y cambio; ciencia y tecnología, y sociedad.

Pero el objetivo central no es la enseñanza de la ciencia, y el propio programa de estudios lo señala: "El estudio de las ciencias naturales en este nivel no tiene la pretensión de educar al niño en el terreno científico de manera formal y disciplinaria, sino la de estimular su capacidad de observar y preguntar, así como de plantear explicaciones sencillas de lo que ocurre en su entorno".

Angel López, investigador de la Universidad Pedagógica Nacional, especializado en educación de la ciencia, explica: "en los últimos ocho años la Secretaría de Educación Pública avanzó mucho en la enseñanza de temas relacionados con el cuerpo humano y la salud, como es el caso de la sexualidad, que cada vez tiene un tratamiento más profesional y científico. Sin embargo, dejó huecos enormes en el campo de las ciencias".

Esas insuficiencias se reflejan en los resultados de las recientes pruebas. La evaluación del Programa Internacional para la Evaluación del Estudiante (PISA 2000), dirigida por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), ubica a México en el penúltimo lugar en el grupo de 31 países más ricos del mundo que fueron evaluados en el área de ciencias.

El Tercer Estudio Internacional de Matemáticas y Ciencias (TIMMS, por sus siglas en inglés), que se basa en pruebas aplicadas en 1995 y 2000, ubica también a México en el último lugar en el grupo de los 30 países más desarrollados del mundo. Aunque en el caso del TIMMS, la SEP señaló en 2000 que hubo avances en la evaluación de ciencias. El último informe de labores de la administración de Ernesto Zedillo indica que el año pasado el porcentaje de acierto se incrementó 3.8 por ciento respecto al primer examen.

No es problema exclusivo del país

El problema de la enseñanza de las ciencias no es exclusivo de México, es una preocupación permanente en países que han visto cómo se han ido vaciando sus facultades en esa área. En las pasadas tres décadas esto ha provocado la aparición de diversos modelos que se han propuesto despertar en los niños el interés por los asuntos científicos.

La investigadora Verónica Kauffman refiere que hasta finales de los 60 la enseñanza de las ciencias consistía en que los alumnos se supieran de memoria los conceptos científicos que el profesor o el texto les habían explicado.

En los 70 ese modelo hizo crisis, y en Estados Unidos nació un movimiento pedagógico que en respuesta a esa visión "enciclopédica" propuso enseñar a los alumnos de acuerdo con el método de trabajo de los científicos. La respuesta en ese momento fue convertir el método científico en una especie de receta. Observación, elaboración de hipótesis, experimentación, confrontación y conclusiones se convirtieron en ritual obligado.

Una década después, este modelo también se puso en cuestión, y apareció un novedoso enfoque, que consiste en detectar las ideas previas que los estudiantes tienen sobre determinados conceptos científicos, y que por lo general suelen ser incompletas, parciales y, en muchos casos, erróneas. Lo más grave es que si no se detectan a tiempo, la escuela sirve de poco para que los alumnos las desechen.

En México, la reforma educativa más reciente, la de 1993, omite en los planes y programas de estudio el concepto de ideas previas. Algunos materiales que elaboró la SEP las mencionan, pero este enfoque no ha permeado en las escuelas mexicanas, afirma el físico Fernando Flores Camacho, coordinador de la Unidad de Pedagogía Cognitiva y Aprendizaje de la Ciencia, del Centro de Instrumentos de la UNAM.

Este tema de las ideas previas se refleja en la propia formación de los maestros. Flores Camacho explica que, por lo general, los profesores comparten los conceptos incompletos o erróneos de sus alumnos. "Por tanto, resulta muy difícil que los alumnos tengan concepciones mucho más acabadas y explicativas de la ciencia si sus profesores no las tienen."

El principal problema es que la escuela da una visión de la ciencia basada en inventos, en productos acabados. "No enfatiza la parte de la elaboración, que los estudiantes también pueden hacer sus hipótesis, representar sus modelos y confrontar sus ideas", explica el investigador Angel López.

Pero los alumnos de primarias públicas tampoco cuentan con herramientas elementales, como un microscopio o un termómetro, porque en estas escuelas no existen laboratorios. "Los maestros que son más creativos tratan de suplir estas carencias con botecitos, con agua, pero eso no es suficiente."

A fin de cuentas, estas carencias son producto del contexto nacional. Flores lo explica: "la ciencia es uno de los grandes problemas del país. No se aprecia, no se valora y no se hace, ¿qué podemos esperar de la escuela?"

Pero existe una luz al final del túnel. Los expertos coinciden en que se debe promover una reforma educativa que revalore la ciencia no sólo como una asignatura importante, sino como un detonador fundamental en el desarrollo conceptual de los estudiantes.

Y en esta tarea es importante que la ciencia deje de considerarse como asunto de iniciados y se convierta en una experiencia cotidiana con la que los niños convivan desde el nivel prescolar.

Pero los especialistas insisten en que ninguna transformación del currículum tendrá resultados si los maestros no son tomados en cuenta ni se mejoran las condiciones materiales de las escuelas.

Ideas previas, nueva forma de aprender

La idea equivocada de que los seres humanos podemos movernos gracias a la circulación sanguínea y no a los músculos está extendida entre algunos niños y adultos, sin importar que hayan cursado y aprobado asignaturas como ciencias naturales y biología.

Este es un ejemplo de lo que pueden generar las llamadas ideas previas, concepto que proviene de la teoría constructivista y que en las dos décadas pasadas comenzó a provocar una revolución en los modelos de enseñanza de las ciencias en países como Estados Unidos, Inglaterra y España.

Según este modelo, los alumnos no llegan a sus clases con la "mente en blanco", sino que tienen una serie de concepciones sobre los fenómenos de la física, la química y la biología.

Por lo general, desde el conocimiento científico las ideas previas suelen ser incompletas, parciales y, en muchos casos, erróneas. Lo más grave es que si la escuela no las detecta a tiempo, los niños pueden terminar sus estudios y convertirse en adultos y no desecharlas.

Según esta teoría, la misión de los maestros es detectar las "ideas previas" de sus alumnos. La mejor forma es mediante la realización de experimentos muy sencillos para que los propios estudiantes analicen críticamente sus concepciones y, en caso de ser equivocadas, las hagan a un lado para que puedan construir su conocimiento científico.

Los profesores, los padres de familia o los alumnos a quienes interese tener más información sobre este tema podrán encontrarla a partir de enero próximo en una nueva página de internet del Centro de Instrumentos de la UNAM (http://www.ideasprevias.cinstrum.unam.mx:2048).

Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
Día Mes Año

. DisplayAds ("nota_soc-jus.html", "TopLeft,TopRight,Top1,Top2,Top3,x01,x02,x03,x04,x05,x06,x07,x08,BottomLeft,Bottom1,Bottom2,Bottom3,BottomRight!Bottom1"); . DisplayAds ("nota_soc-jus.html", "TopLeft,TopRight,Top1,Top2,Top3,x01,x02,x03,x04,x05,x06,x07,x08,BottomLeft,Bottom1,Bottom2,Bottom3,BottomRight!Bottom2"); . DisplayAds ("nota_soc-jus.html", "TopLeft,TopRight,Top1,Top2,Top3,x01,x02,x03,x04,x05,x06,x07,x08,BottomLeft,Bottom1,Bottom2,Bottom3,BottomRight!Bottom3"); . DisplayAds ("nota_soc-jus.html", "TopLeft,TopRight,Top1,Top2,Top3,x01,x02,x03,x04,x05,x06,x07,x08,BottomLeft,Bottom1,Bottom2,Bottom3,BottomRight!BottomRight");
La Jornada
Coordinación de Sistemas
Francisco Petrarca 118 Col. Chapultepec Morales
delegación Miguel Hidalgo México D.F. C.P. 11570
Teléfono (525) 262-43-00, FAX (525) 262-43-56 y 262-43-54
La Jornada Virtual
Coordinación de Publicidad
Lic. Carlos Mendez Orozco
Lago Estefania #31, 2do Piso, Col. Granada, C.P. 11520, México DF
Tel. 55.31.98.63 y 55.31.97.81