Ť Ramón Puerta, sucesor por ley, también dimite; "estamos al borde de una guerra": legislador

Renuncia Rodríguez Saá por "tanta mezquindad"; Argentina, en el caos

Ť El líder de la Cámara de Diputados, Eduardo Camaño, siguiente en el relevo, convoca a una Asamblea Legislativa para elegir otro presidente interino Ť El corralito bancario mantiene la ira popular en las calles

STELLA CALLONI CORRESPONSAL

Buenos Aires, 30 de diciembre. "Estamos al borde de una guerra", resumió esta madrugada el diputado radical Leopoldo Moreau, ante el caos institucional que impera en Argentina tras la renuncia del presidente provisional, Adolfo Rodríguez Saá, apenas una semana después de haber asumido, señalando como responsables del fracaso a varios compañeros de su propio Partido Justicialista (PJ).

Sólo una hora después de la renuncia de Rodríguez Saá, llegó otro anuncio que dejó atónitos a los argentinos, que parecen haber perdido toda esperanza: la dimisión del presidente del Senado, Ramón Puerta, quien según los mecanismos de sucesión presidencial tenía que asumir como jefe de Estado. Puerta sostuvo que al fracasar el mandato de la Asamblea Legislativa que él encabezó por 48 horas los días 21 y 22 de diciembre, daba un paso al costado.

Para evitar el vacío de poder, se comunicó con el presidente de la Cámara de Diputados, el también justicialista Eduardo Camaño, quien debe remplazar al líder del Senado en caso de que éste no esté disponible. Camaño convocó a una Asamblea Legislativa para el próximo 1Ɔ de enero, o a más tardar el 2, mientras se espera elegir un nuevo presidente interino.

Diversas reacciones

Las reacciones ante la grave situación fueron diversas: el gobernador de la provincia de Buenos Aires, el peronista Carlos Ruckauf, se inclinó por la formación de un gobierno de salvación nacional, como otros dirigentes de la oposición, mientras que su colega de Córdoba, José Manuel de la Sota , a quien señaló Rodríguez Saá como uno de los responsables de su renuncia, se expresó por una convocatoria a elecciones.

Desde Santa Cruz, el gobernador justicialista Néstor Kirchner, quien fue un fuerte crítico de la administración de Carlos Menem (1989-99) llamó a su vez los argentinos a rechazar un gobierno que represente a cúpulas partidarias desgastadas.

Kirchner dijo que se le debe decir a los argentinos que el país está quebrado e instó a demandar a los bancos para saber dónde está el dinero que "le han secuestrado a la gente".

El diputado Moreau, del radicalismo, al que pertenecía De la Rúa, dijo esta noche que es urgente la formación de un gobierno nacional, que "hay que dejar de pensar en cuestiones partidarias", y añadió que la otra opción es una guerra civil . Y no faltaron los rumores sobre un posible golpe militar, mientras hasta el momento las fuerzas armadas se han mantenido en silencio.

A estas horas, la víspera del nuevo año, nadie duerme en Argentina. Ya se veía venir nuevamente el fantasma del caos, cuando la reunión convocada hoy por Rodríguez Saá con gobernadores justicialistas para formar un nuevo gabinete fracasó.

Rodríguez Saá se fue, dijo, por el retaceo del apoyo y la lucha feroz de su atomizado partido. La escalada de renuncias fue asombrosa como ayer lo había hecho el gabinete jurado hace menos de una semana.

"No voy a ser el presidente de la continuidad de la vieja Argentina, no voy a ser el presidente de la represión al pueblo para sostener las posiciones de los factores de poder, a los que muchos incitan", fueron las palabras de Rodríguez Saá en su discurso de la noche del domingo, cuando ya había perdido su gran sonrisa.

Desde la provincia de San Luis, de la cual era gobernador, sostuvo: "Esta actitud de mezquindad y retaceo no me deja otro camino que presentar mi renuncia indeclinable a la Asamblea Legislativa (que lo había designado el pasado domingo)".

"Los lobos y los lobbys que andan sueltos no han entendido la esencia de los nuevos tiempos. Pretenden mantener los privilegios. No voy a ser el presidente de la continuidad de la vieja Argentina", afirmó. Y entonces, señaló que sólo lo apoyaron los gobernadores peronistas de Formosa, Salta, San Luis, Buenos Aires, Misiones y La Rioja, mientras que los demás "me han quitado el apoyo, especialmente el de Córdoba (Juan Manuel de la Sota)".

También responsabilizó de su renuncia a los nueve gobernadores que no asistieron hoy a la reunión este domingo en la residencia de verano presidencial en Chapadmalal, para conformar un nuevo gabinete tras la renuncia de éste la víspera.

Rodríguez Saá habló también de lo que hizo en su semana de gestión, destacando que era más de lo que el anterior gobierno hizo: suspender el pago de la agobiante deuda externa, anunciar la emisión de una nueva moneda y la creación de un millón de empleos.

Pero lo que mantuvo la bronca en las calles fue el mantenimiento del corralito bancario, que tiene a los argentinos sin sus ahorros, sin sus salarios y en la incertidumbre hace un mes.

Entre la interna justicialista, con políticos lanzados a una carrera presidencial adelantada -los enemigos de Rodríguez Saá lo acusaron de buscar quedarse en la presidencia hasta 2003 y por ello comportarse ya como un mandatario electo-, y la gente en las calles, se acabó otro gobierno en Argentina donde ni "Mandrake el mago podría gobernar".

El ruido de las cacerolas había llegado este día hasta la propia Villa Turística de Chapadmalal, donde veranean los presidentes, a unos 430 kilómetros al sur de esta capital, muy cerca de Mar del Plata, adonde Rodríguez Saá citó a los gobernadores para resolver la encrucijada. Ya sea por la excusa del mal tiempo o por lo intrincado de la interna, algunos no llegaron. Fue entonces cuando Rodríguez Saá voló a San Luis y comenzaron a circular los rumores de su renuncia.

El ruido de las cacerolas

Al enterarse de la presencia del mandatario y algunos gobernadores justicialistas en Chapadmalal, trabajadores de hoteles cercanos, convertidos en desiertos; desocupados de la zona, jubilados y trabajadores que pueden ser despedidos en el contexto de la crisis, fueron llegando con cacerolas, sartenes, latones que hacían sonar con fervor. Y la seguridad debió reforzarse ante el avance del sonido que desvela a los políticos de todos los partidos en el país, en la primera protesta que se recuerde en ese lugar.

Designado por la Asamblea Legislativa el pasado 24 de diciembre, Rodríguez Saá llegó al gobierno realizando anuncios fuertes, con una amplia sonrisa, y siete días después partió sin ella, cuando la brasa ardiente que pusieron en sus manos comenzó a incendiarlo. Su principal corralito fue la interna justicialista que se aparece ante los ojos vigilantes de la población como una pelea de escorpiones o una rebatiña por un poder vaciado por la crisis. Desde La Rioja el ex presidente Carlos Menem, uno de los más denostados en las expresiones de ira popular, y al que se le atribuyen conspiraciones múltiples en esta interna, sostuvo esta tarde que Rodríguez Saá cometió muchos errores, uno de ellos al decir que no pagará la deuda cuando "debió decir que la renegociará".

Tan autistas como el ex presidente De la Rúa, hasta sus últimos momentos, se comportan los hombres del PJ: ninguno parece ver la realidad, la de un país económicamente paralizado, pero con la gente en las calles.

Antes de conocerse la renuncia de Rodríguez Saá, cientos de mensajes llegaban por Internet o boca a boca, en una convocatoria popular para que este 31 de diciembre las cacerolas suenen en todo el país demandando soluciones justicia y castigo para los responsables de la crisis y hasta repatriación de los dineros robados y colocados en paraísos financieros.

Y en este contexto de protestas, muchos analistas llaman la atención para que se distinga a los jóvenes resistentes del pasado 20 de diciembre, sobre los que dispararon los policías y a los que hasta torturaron en el mismo lugar con "picanas portátiles", que aquellos a los que los mismos policías abrieron el sábado la puerta del Congreso para que destruyeran todo a su paso, en una acción sospechosamente organizada.

Autoconvocados en los barrios, los vecinos han dispuesto que no permitirán que los actos vandálicos de algunos "sean quienes sean", paralicen las marchas masivas.

Desocupados del distrito bonaerense de Lanús recordaban hoy una historia muy larga de resistencia popular: las Madres de Plaza de Mayo que desafiaron solitariamente -en un primer momento- a la más terrible dictadura militar de todos los tiempos (1976-1983). Y en "estas épocas neoliberales", los estallidos populares en distintos lugares del país, desde Santiago del Estero (1993), una provincia gobernada por uno de los caudillos feudales, hasta las " rutas cortadas" de los piqueteros (desocupados) y los globos negros en el cielo por el asesinato del reportero José Luis Cabezas en 1997, por sus investigaciones de la mafia en el poder.

Lo acumulado estalló al fin. "El silencio ostentoso de las verdades reveladas del neoliberalismo, la jerga incomprensible de los economistas recalcitrantes del orden fiscal, que azotaron nuestros oídos por años, fue mágicamente suprimida por otro lenguaje de una época muy lejana poblada de palabras -símbolos que circulan como monedas- patacones argentinos y por qué no pesos- y palabras tan metálicas y concretas como vivienda y puesto de trabajo. Giro mágico y misterioso que convirtió a Argentina, de golpe, en un país latinoamericano, vivo, caliente", como dijo la víspera Claudio Zeiger en el diario Página 12.