José Cueli

El "age" de Curro

šComo resonaba el cante de Curro Romero en la maestranza Plaza de Sevilla! Jondura que ondulaba las sucesivas cúpulas de su capotillo. Espiral sostenida de lamentos de rítmica quietud, sólo cadencia contenida de viejos tiempos ignorados. Curro se fue de los toros después de 40 años al compás del zapateado de los duendes. Peñas, críticos y cabales le homenajean en el año que termina.

A Curro nadie le ganó el dictado de maestro de lo despacioso, ninguno consiguió adueñarse del alma de los cabales, ni hacerlos vibrar con el ritmo de su arte ni inundarlos de misticismo, llevándolos del alarido a la bronca. Al término de su torear, las palmas como gentiles airones, rompían el silencio de las plazas, en rumores multiplicados al final.

Y es que el torero andaluz se apropiaba y captaba como ninguno el espíritu del toreo para reflejarlo en su verónica de alhelí, volcándola en el redondel, llena de matices, belleza y "pellizco"; grandeza y finitud ante la muerte.

Verónica que fue la modalidad más acusada del toreo currista al recoger y expresar el sentir del andalucismo en un toreo que modelaban muñecas privilegiadas que marchaban el son de lo que sentían.

Curro fue la modalidad torera más acusada de la época actual. Honda torería por lo natural, sólo requería de una verónica y media, no más, para prescindir de todos los demás toreros. Delirio consistente el que provocaban en el aficionado que lo llevaba a creer y sentir que sólo toreaba para uno. Toreo irradiador de formas andaluzas -el cante, el baile y la poesía- que brotaban al calor de intensos lances; hondura y teoría, Ƒte acuerdas morena de aquella tarde en Sevilla?

Saturado de ese sentir ha dejado claro en su necesidad de mecer el toreo prescinde de la técnica. Así sus máximos momentos de culminación estética, se daban dejando fluir lo que corría por sus venas, y ya sutilizada el alma surgía el toreo natural que es realmente el toreo, y resplandecía el sello personal del torero, cristalizado en su buen gusto al dibujar formas y colores en el fondo del redondel. Toreo convaleciente de Curro que desmadejaba su torería en verónicas y medias, bellas como ningunas.