Ť Ni oído ni hablado
se comenta el miércoles en la Casa del Lago
Francisco Cervantes reúne sus vivencias en antología
personal
Ť El autor queretano afirma en entrevista haber perdido
la esperanza, pero reconoce que el amor ha marcado su vida
ANASELLA ACOSTA NIETO ENVIADA
Queretaro,
Qro. El poeta Francisco Cervantes escapó de la persecución
del gobierno queretano, a causa de su militancia maoísta; vivió
15 años en el desaparecido hotel Cosmos, que se ubicaba en el Eje
Central, entre las calles de Madero y 16 de Septiembre, en la ciudad de
México; viajó a Centroamérica y Portugal, país
del que hasta ahora sigue enamorado. Estas y otras vivencias, que abarcan
40 años de su vida, le han dado los motivos para hacer una obra
poética basada en un pesimismo justificado.
El poeta, narrador y traductor habla sobre las experiencias
que rodearon parte de sus poemas durante cuatro décadas -luego de
haber dejado su estado natal a los 20 años-, los que ahora comparte
con el título Ni oído ni hablado. Antología personal,
publicado por editorial Colibrí y la Secretaría de Cultura
de Puebla.
La memoria, sus viajes a Centroamérica, Brasil
y Portugal, y sus fantasías e infancia lo inspiraron como alumno
de Elías Nandino, con quien Cervantes empieza a publicar algunos
trabajos en un suplemento de la revista Estaciones.
Detrás de los poemas de Cervantes producidos en
los últimos cuarenta años, caracterizados por la mezcla de
portugués y gallego y los versos rimados, se hallan la amistad y
el apoyo de Alvaro Mutis y Octavio Paz ?con quien participó en Plural
y Vuelta?; sus traducciones de la obra de Fernando Pessoa; la colaboración
en diarios; cuatro mujeres, y la fidelidad a los bares, entre ellos La
Opera, del Centro de la ciudad de México.
De entre un cúmulo de anécdotas, Cervantes
recuerda que el rector de la Universidad de Querétaro, Fernando
Díaz Ramírez, lo convirtió en profesor de literatura
a los 18 años ante la escasez de recursos para contratar maestros
y le salvó la vida, luego de que el gobierno queretano lo mandó
matar por su militancia maoísta. A Díaz Ramírez le
dedica un poema incluido en la antología.
El poeta precisa que la selección de poemas que
se presentará este miércoles en la Casa del Lago se realizó
a partir de su gusto personal, pero ha sido dedicada a sus amigos del bar
Montmartre y a otros que han tenido un significado importante en su vida,
como Adolfo Castañón, ex director del Fondo de Cultura Económica,
donde Cervantes trabajó de traductor.
Para Sandro Cohen, otro de los amigos del poeta, en la
obra de Cevantes "el triunfo se revela en la derrota, donde la gloria se
conoce sólo mediante el desprecio, y la vida cobra sentido en los
lances de la muerte".
En los cuarenta años que reúne esta antología,
Cervantes asegura haber perdido toda esperanza, pero enseguida corrige:
"No tengo derecho a decirlo, porque ¿cómo puedes perder algo
que nunca tuviste?". Sin embargo, confiesa que el amor sigue marcando su
vida y lo ha defendido "incluso de sus propios fantasmas".
El poeta ha compartido su vida con cuatro mujeres, de
las cuales, comenta casi en serio, sólo le ha quedado la ausencia
de algunos libros que se han llevado.
Respecto de los amigos, Cervantes se dice casi desencantado,
a pesar de que durante mucho tiempo la amistad fue su único ideal.
"El paso de los años me ha llevado a confirmar que lo que predomina
es una relación de intereses".
Las dolencias actuales del poeta se concentran en la diabetes
que le aqueja y que recientemente amenazó con amputarle las dos
piernas, lo que se redujo a una porción de talón gangrenado.
Respecto a su carácter pesimista y su condición
de escritor marginal, como lo definiría Mutis en el prólogo
de Ustedes recordarán, el poeta ?que actualmente vive solo?
asegura: "Me gusta que no me quieran y las veces en que he encontrado buena
recepción me he preocupado porque me quieren meter en lugares donde
yo no quiero estar. Estoy bastante apartado voluntariamente, pero también
reconozco que le caigo muy mal a la gente; sin embargo, hay personas y
grupos que me buscan.
"Aunque algunos me consideran un traidor asqueroso por
haberme alejado de la izquierda, concibo al marxismo como humanismo". Considera
que esta corriente de pensamiento ha modificado para bien la condición
humana.
Amante de los diccionarios, el traductor de Pessoa reconoce
que ninguna traducción por buena que sea podrá conservar
el contexto original. Explica que se pueden salvar los significados, pero
en el contexto está la pronunciación y la puntuación
particular de la lengua original, pero tampoco, dice, se le pueden negar
a la gente que sólo lee español, el placer de obras como
la de Pessoa.
Cervantes, el pesimista que según Mutis cuenta
con todos los datos y argumentos para fundamentar su pesimismo, no traduce
más, pero trabaja sobre una novela que pretende reivindicar la influencia
de los idiomas europeos en las naciones latinoamericanas.
Actualmente el poeta radica en una pensión de Querétaro
entre diccionarios, poesía y novelas; colabora como tallerista en
el Museo de la Ciudad de este estado, y sobrevive con una beca que le otorgó
el Sistema Nacional de Creadores de Arte y una dosis diaria de insulina.