Ť Presenta La otra vida de Eva, ''teatro coreografiado''
Rom Kata aspira a hacer bailar el espíritu de los espectadores
Ť La compañía canadiense liga el texto con el movimiento Ť La obra, sobre los miedos de la sociedad: Philippe Beaufort
CARLOS PAUL
A fin de crear una técnica vocal y corporal propia, en la que se conjuguen la danza y el teatrom se constituyó en 1995 Rom Kata, compañía canadiense que se presentará por vez primera en México, en La Capilla, con La otra vida de Eva, de Philippe Beaufort, espectáculo de "teatro coreografiado".
La obsesión de esta compañía es la de ligar el texto con el movimiento, comenta Beaufort.
''Lo que aquí presentaremos -indica- es una etapa muy importante para nosotros, pues intentamos llevar el lenguaje corporal hasta sus últimas consecuencias, para luego, en otra etapa y con este lenguaje, ligarle texto".
En la agrupación "es muy importante el entrenamiento del actor, quien no necesariamente debe tener músculos fuertes".
El actor, señala Beaufort, "más que nada aprende secuencias de movimientos, como las katas de las artes marciales. Las aprende no como movimientos estéticos, sino como una técnica, la cual nos permite abordar otras, como las del ballet o danza contemporánea".
Seguramente no somos los únicos en esa búsqueda de un lenguaje propio en el ámbito del teatro-danza, añade el director, "pero nuestro propósito es hacer bailar el espíritu del espectador, manteniéndolo en campos de tensión, los cuales aprovechamos para contar una historia".
La otra vida de Eva "es la puesta en escena de la soledad, de lo difícil de estar juntos, y en particular acerca de esas personas que tienen dificultad de comunicarse con los demás. En este caso, Eva llega a su casa, es su cumpleaños y está sola como siempre. Decide entonces festejarse a sí.
"Durante esa celebración solitaria surgen sus propios demonios, deseos, miedos y aspiraciones".
Mediante este personaje, "cuya vida
interior es muy fuerte, intentamos reflejar también los miedos de una sociedad, así como cuestionar el cómo hablarse a sí. Sin embargo, no es una puesta en escena pesimista", puntualiza Beaufort.
''Lo importante para nosotros es ofrecer ciertas imágenes, que por un lado nos permitan contar una historia y por el otro que el espectador se imagine o le dé sentido a otra".
Quienes han visto la obra "nos han comentado que es muy interesante la escena del aborto, cuando nosotros nunca creamos una escena como tal".
Esta manera de trabajar, añade el creador escénico, ''es muy ambiciosa; sin embargo, estamos apenas en el comienzo de esa búsqueda".
La idea de compasión y generosidad es una de las preocupaciones que como compañía tienen, y de una manera más general, la comunicación.
"Ahora se habla tanto de comunicación que se vuelve común y corriente, pero no por eso deja de ser verdad la necesidad de practicarla".
En Canadá, por ejemplo, comenta Beaufort, "en invierno se registra una tasa muy alta de suicidios y puede pasar mucho tiempo antes de conocer a un nuevo amigo".
Según Philippe, en el teatro-danza se conjuga "la visión ideal de un actor, en la cual tiene que saber bailar, cantar y actuar. Hoy en día creo que los bailarines se han volcado más hacia la teatralidad que el teatro hacia la danza".
En la obra, cuya duración es de hora y media, participa la actriz Marie Claude Gignac. La música es de Sébastien Tremblay, "elemento importante en la puesta en escena, pues es una banda sonora continua".
La otra vida de Eva se escenificará únicamente sábados 9 y 16 y domingos 10 y 17 de febrero, a las 13 horas, en La Capilla, (Madrid 13 esquina Centenario, Coyoacán).
