Jaime Martínez Veloz
La transa de Fox con Bush
En su discurso del 5 de febrero Vicente Fox aseguró que su gobierno busca aliados, pero no una transición transada. Supuestamente se refería a circunstancias internas del momento político mexicano, pero por desgracia transa con Bush para buscarse aliados extranjeros.
La visita a Cuba fue un éxito para el gobierno mexicano, pero también para el de Estados Unidos. Un eufórico Jorge Castañeda anunció el fin de las relaciones con la Revolución Cubana y el inicio de relaciones con la república de Cuba. Sí, el mismísimo Jorge que en su momento fue revolucionario... de avenida Revolución. Quería revolución, pero no tanta.
A pesar de las cada vez mayores coincidencias entre las posturas de los gobiernos mexicano y estadunidense respecto a Cuba, Felipe Calderón asegura desde el Capitolio que México "no está subordinado a Estados Unidos", no obstante que en abierta injerencia aplaude a Fox, porque al reunirse con la disidencia contribuye a "un cambio de régimen en la isla". Habría que ver si aplaudiría con el mismo entusiasmo a cualquier presidente extranjero que se reuniera con guerrilleros mexicanos, les diera el estatus de interlocutores y los felicitara por su contribución al cambio de sistema en México.
Fox debe respetar la Constitución en cada paseo al extranjero, pues ésta obliga a observar "la autodeterminación de los pueblos; la no intervención". Debe asumir su función de jefe de Estado, no del partido blanquiazul. ƑO es que sus correrías por el exterior seguirán caracterizadas por el escándalo?
Según versión de los disidentes, el mandatario mexicano se comprometió con ellos a mantener abiertos canales de comunicación. En el vuelo a México, y fiel a su costumbre de negar lo evidente, dijo a los periodistas lo contrario. Con mucha anticipación se rumoró sobre un posible rompimiento de la tradicional política mexicana de no intervención en asuntos internos de otros países. Sin embargo, el subsecretario Gustavo Iruegas siempre negó que Fox se entrevistara con la disidencia isleña y hasta el último momento las autoridades mexicanas negaron cualquier alteración de la agenda presidencial en Cuba.
El pasado 24 de enero, cuando se pidió autorización al Congreso para el viaje y se informó de la agenda, se mintió a los legisladores, pero los cubanos anticomunistas ya conocían la agenda real desde el 20 de enero: "lo sabíamos hace dos semanas, nos pidieron discreción", comentó muy satisfecho Elizardo Sánchez, quien se arroga la titularidad de una comisión cubana de derechos humanos.
Fox debería admitir la falta de autoridad moral de su gobierno para aleccionar a otros países en materia de derechos humanos: el asesinato de Digna Ochoa es un ejemplo claro y otros son las matanzas irresueltas de Acteal, El Bosque, Aguas Blancas y el asesinato del diputado priísta en Yucatán. La ausencia de libertad de las obreras de las maquilas para formar sus propias directivas sindicales; el racismo contra 10 millones de indígenas; el incumplimiento de los acuerdos de San Andrés; la desnutrición de millones de niños; las siniestras matanzas del narcotráfico; la incontrolable ola de criminalidad... Ƒde qué podemos presumir a los cubanos, si comparamos los estándares en salud, educación, expectativas de vida, seguridad pública?
Si a Fox le interesan los derechos humanos de todos los cubanos, entonces tendrá a bien interceder con Bush por los cinco prisioneros encarcelados en Estados Unidos que supuestamente actuaron como espías para Cuba. Bien puede sugerir levantar el criminal bloqueo de 40 años contra la isla, sometida a constante agresión terrorista estadunidense. Estados Unidos ha sido el único país del mundo condenado por la Corte Internacional precisamente por terrorismo hacia Nicaragua, donde apoyó a los contras asociándose con el narcotráfico.
Si Fox estableció relaciones con la disidencia extranjera, ojalá se relacione con la nacional. Puede interceder con el panista gobernador de Querétaro, donde hay prisioneros zapatistas, y también puede abogar por los tres presos de conciencia que permanecen en las cárceles de Baja California.
Fox no viajó a la isla para fortalecer las relaciones, sino para agradar a Estados Unidos y cumplir con una consigna de su partido y de la derecha. Se valió de la supuesta disidencia de grupos con singular representatividad. Entre Zedillo y Fox no hay a quién irle: el primero congeló las relaciones con Cuba; el segundo las chamuscó.