Puntualiza la Casa Blanca que no hay mejoría en las relaciones con Cuba
Elogia Washington la entrevista Fox-disidentes
Importante, la decisión del presidente mexicano de reunirse con opositores: Huddleston
GERARDO ARREOLA CORRESPONSAL
La Habana, 7 de febrero. Estados Unidos empezó a refrescar el discurso duro hacia Cuba, restando importancia al clima de distensión bilateral de los últimos meses y enfocando sus baterías hacia los derechos humanos en la isla, para lo cual encontró un apoyo en la entrevista del presidente Vicente Fox con un grupo de opositores en La Habana.
"Es una importante decisión tomada por el presidente mexicano, la de pasar 20 mi-nutos con la disidencia", dijo la jefa de la Sección de Intereses de Estados Unidos aquí, Vicky Huddleston, en una excepcional declaración a periodistas extranjeros.
"Simbólicamente ha sido muy, muy im-portante. El mensaje de parte de su país es que (la oposición) sí representa al pueblo de Cuba y sus deseos", dijo la diplomática, en respuesta a una pregunta de La Jornada.
El martes, en Washington, el secretario de Estado Colin Powell dijo en una audiencia del Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes que "nuestra po-lítica no ha cambiado en absoluto", respecto de la isla, después de cuatro décadas sin relaciones diplomáticas y con la aplicación de sanciones económicas unilaterales.
Al endurecer el discurso, Estados Unidos muestra que desea disponer de toda la gama de recursos hacia Cuba, incluyendo las presiones y la confrontación, sin que haya se-ñales de que abandonará el carril del entendimiento pragmático, que ha propiciado una tenue atmósfera de distensión tras los ataques del 11 de septiembre.
En un recordatorio de que la línea no es sólo de zanahoria, sino que siempre ha tenido garrote, Huddleston dijo que no había una mejoría en las relaciones con Cuba.
Añadió que en su gobierno "seguimos preocupados en materias como derechos humanos, democracia, libre tránsito, libre flujo informativo y libertad de prensa", y precisó que Washington mantiene en vigor un quid pro quo: levantará el bloqueo económico cuando haya en la isla un cambio "fundamental" en el régimen interno.
La diplomática estadunidense de más alto rango residente en Cuba dijo que el gobierno de la isla está desplegando una especie de campaña de relaciones públicas ("charm offensive"), que se expresa, por ejemplo, en los contactos con empresarios que están vendiendo alimentos a la isla y en la discreta aceptación por parte de La Habana del traslado de presos talibanes a la base estadunidense de Guantánamo.
Huddleston dijo que esa línea de acción se extiende hacia otros países, como los de la Unión Europea, con una virtual moratoria a la aplicación de la pena de muerte.
El alegato parece indicar que, a pesar de estar fuera de la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas, Washington se aplicará a fondo una vez más este año para conseguir una condena a Cuba.
En la visita de Fox a La Habana el gobierno mexicano hizo saber a los anfitriones que no patrocinará ningún proyecto de re-solución en el caso y quizá se abstenga nuevamente en la votación, pero a cambio propició la foto del mandatario con los opositores, en un gesto destinado a fundamentar una "relación especial" con la isla.
"Estamos agradecidos" de la anuencia cubana sobre el caso de los presos talibanes, dijo la diplomática. Pero añadió que verdaderas credenciales antiterroristas de la isla quedarían confirmadas si La Habana entregara a unos 70 residentes en la isla que son reclamados por la justicia estadunidense y que hiciera salir del país a miembros o ex integrantes de organizaciones como ETA y Macheteros de Puerto Rico.
Declaraciones de portavoces de la Casa Blanca y del Departamento de Estado, en las últimas semanas, habían empezado a matizar el clima dialogante entre Washington y La Habana, dentro del cual surgieron intercambios de mensajes ecuánimes y amables y la compra directa y de contado de alimentos a empresas estadunidenses por unos 35 millones de dólares, en un virtual puente naval que arrancó en diciembre y debe concluir a finales de este mes.
La atmósfera de distensión había empezado con condolencias de Cuba por los atentados del 11 de septiembre, seguida de una oferta de ayuda médica y auxilio a aeronaves en ruta hacia o desde territorio de Estados Unidos.
En ese ambiente Washington ofreció ayuda tras el paso del huracán Michelle en noviembre, lo cual desembocó en la operación de compra de alimentos, unos 2 mil estadunidenses viajaron con autorización oficial a la isla en enero, incluso dos senadores y siete diputados, y el segundo hombre del gobierno cubano, Raúl Castro, visitó la frontera con Guantánamo, certificando que desde hace más de una década se vive ahí un clima de calma.