Teresa del Conde
Acercarse y mirar
Esta sección informó oportunamente sobre el coloquio Acercarse y mirar, organizado por el Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM, en homenaje a la doctora emérita Beatriz de la Fuente, titular del seminario sobre pintura prehispánica en México, que desde sus inicios, en 1990, ha dado importantes frutos. Durante la inauguración que tuvo lugar en la Coordinación de Humanidades el 6 de febrero, fue posible para los entendidos y para los no tan entendidos calibrar los alcances del proyecto y realizar un recorrido digamos a vuelo de pájaro sobre la obra de la historiadora del arte, única figura femenina que desde 1985 pertenece a El Colegio Nacional. Sobre el nutrido currículo de Beatriz habló elogiosamente y con sentido del humor Miguel León-Portilla, seguido por el director del INAH, Sergio Raúl Arroyo; por la Coordinadora de Humanidades, Olbeth Hansberg, y por la directora del propio Instituto, María Teresa Uriarte, distinguida discípula de la homenajeada.
Después de la ceremonia tuvo lugar una sesión de ponencias a cargo de algunos integrantes del seminario. En voz de Jesús Galindo Trejo los asistentes escuchamos datos sobre algunos de sus alcances y características que a mí me complace reportar, no sólo como integrante académica del instituto, sino también como portavoz de este periódico en su sección cultural.
Son 26 los integrantes del seminario, insertos en diferentes disciplinas que corresponden a las dos ramas consabidas de investigación: las ciencias y las humanidades. Para el conocimiento, la investigación, la preservación, el restauro y la difusión de la pintura prehispánica -"un legado nutrido, complejo, frágil y delicado"- se emplean varios métodos de análisis, que van desde la identificación iconográfica, cuando ésta es posible, hasta el desciframiento de glifos y las maneras químicas y técnicas empleadas siglos atrás en la realización de las obras murales. Los estudios han procurado información sobre la vida cotidiana, la política, la religión y la astronomía de esos conglomerados, y los resultados se han concretado en volúmenes publicados por el propio instituto. De hecho dos tomos más del conjunto (que seguirá creciendo) le fueron entregados a la maestra -en calidad de sorpresa, aunque se sabía que su aparición era próxima- durante la ceremonia inaugural.
Las respuestas a cuestiones que siempre suscitarán más preguntas se dan "en el entrecruce de discursos" y en la moción de la propia doctora De la Fuente, en aras de aterrizar hipótesis. Ella, como antes hicieron Justino Fernández y Paul Westheim, entre otros, pone especial énfasis en la relevancia estética de las obras prehispánicas y las trata no sólo como productos importantísimos desde los ángulos histórico-social y cultural.
A una pregunta mía relativa a la dificultad inherente a dar cuerpo al concierto de tantas voces, voces que desde su lejanía son traídas al presente, la investigadora Durdica Segota respondió lo siguiente: Ella (Beatriz) es paciente, tolerante, conciliadora, flexible, cordial y a la vez rigurosa. "Nunca hay conflicto en el seminario... Los lenguajes, que en ocasiones pueden resultar incompatibles entre sí, se solucionan por su intermedio. Gracias al ejercicio y al esfuerzo que los trabajos deparan se está llegando a obtener un conocimiento más profundo sobre los temas".
Al momento de redactar estas líneas, el coloquio continúa sesionando en el Auditorio de la Biblioteca Nacional (zona cultural, CU), donde también se ha montado una exposición con imágenes digitalizadas. Las últimas sesiones, el jueves 7 por la tarde, están a cargo de Alfredo López Austin, Leonardo López Luján -que acaba de obtener un premio internacional por sus investigaciones-, Mercedes de la Garza y la propia Beatriz de la Fuente.