La República de Cuba no puede separarse de la Revolución, comenta el presidente
"No entiendo qué quiso decir Castañeda", afirma Castro
GERARDO ARREOLA CORRESPONSAL
La Habana, 8 de febrero. El presidente Fidel Castro asumió con ecuanimidad la entrevista de Vicente Fox con un grupo de opositores cubanos aquí, el martes pasado y confirmó que el mandatario mexicano le informó previamente del encuentro: "Eso no fue motivo de ningún problema".
Pero sobre declaraciones del canciller Jorge G. Castañeda, de que México había concluido sus relaciones con la Revolución Cubana y las empezaba con la República de Cuba, Castro fue directo: "No hay separación posible".
Castro contestó a preguntas de la prensa el jueves por la noche, tras inaugurar la 11 Feria Internacional del Libro, en el complejo colonial militar de La Cabaña, que domina la bahía de la capital.
El mandatario recordó que, durante su visita de 24 horas al principio de la semana, Fox le dijo que él y Castañeda hablarían con los activistas.
Dos días después del encuentro, que se celebró en la embajada mexicana durante 20 minutos, Castro sólo lamentó que el episodio haya opacado el propio viaje, que "se hablara mucho más de eso que de los temas fundamentales que habíamos estado conversando... (El) tema de contactos con los famosos disidentes era tema llevado y traído todos los días en los cables (noticiosos)... Nosotros estamos tranquilos, nada puede ser para nosotros motivo de preocupación".
Hace un año el gobierno de Fox, por conducto de una funcionaria de la cancillería, pretendió tener una entrevista con opositores en La Habana de la que hubiera registro gráfico, pero Cuba se opuso enérgicamente, en medio de una agria disputa diplomática por la votación sobre la isla en la Comisión de Derechos Humanos (CDH) de las Naciones Unidas. Esta vez, al parecer, el trato pudo hacerse: México tiene la foto con la disidencia y no patrocinará ningún proyecto sobre Cuba en la CDH. Al votar, según indicó aquí Castañeda, la posición mexicana podría ser una abstención.
Cinco días antes de la visita de Fox, Cuba precipitó una definición mexicana pública, cuando el canciller Felipe Pérez Roque acusó a dos gobiernos latinoamericanos de promover una resolución contra la isla para votarse en la sesión de la CDH que empezará en Ginebra el mes próximo. El ministro cubano identificó a Argentina, pero nunca descartó que el otro patrocinador fuera México. Castro consideró "altamente satisfactoria" esa toma de posición. "Me parece de suma importancia que en esta visita se esclareciera ese punto".
Castro precisó, contra lo que expresó Fox a la prensa mexicana a su regreso al país el martes, que el presidente mexicano no le habló "en absoluto de presos contrarrevolucionarios, ni una sola vez". Sin embargo, el mandatario cubano relató que Fox entregó a Pérez Roque una lista de casos que el propio Castro desconocía. En esa relación, según fuentes opositoras, están Vladimiro Roca, Oscar Elías Biscet y Alfredo Chaviano, entre otros.
Castro aludió a una frase que, durante su estancia aquí, Castañeda deslizó para definir las relaciones bilaterales: ya no serían con la Revolución Cubana sino con la República de Cuba. "Tenemos un sentimiento a la inversa", dijo el mandatario. "Nos interesa más la relación con la Revolución Mexicana que las relaciones con la República Mexicana. Yo no entiendo qué quiso decir él (Castañeda), como si la República de Cuba pudiera apartarse, separarse de la revolución. No hay separación posible".
En contraste, el cubano refrendó su "altísimo concepto" sobre la Revolución mexicana como movimiento social. "No puedo separar al México de hoy de su historia", país al que "le arrebataron más de la mitad de su territorio". Agregó que tampoco puede olvidarse la historia de una nación "donde mueren cientos de personas todos los años" en su intento de pasar ilegalmente a Estados Unidos.
A final de cuentas, Castro se manifestó satisfecho con la visita de Fox, a quien apreció como "un hombre que conversa, que escucha. Una persona con la que puede hablarse con mucha franqueza".