Subraya el rol de Creel en debates entre cancillería
y Sedena para excarcelar al militar
El Ejército no gana con mi liberación;
ellos me habrían mantenido 28 años preso: Gallardo
Fox debe decidir si impulsa un proceso penal a responsables
de mi encarcelamiento Califica de cínico a Macedo de la
Concha por no haber investigado al general Arévalo Gardoqui
JESUS ARANDA
El Ejército no ganó por la forma en que
obtuve mi liberación -mediante el decreto presidencial de reducción
de pena-, porque si por ellos hubiera sido "me hubieran mantenido encarcelado
durante los 28 años" a que me condenó la justicia militar,
afirmó ayer el general José Francisco Gallardo.
Respecto de su situación en las fuerzas armadas,
explicó que al salir del penal de Chalco el pasado jueves, acordó
con Ricardo Sepúlveda, representante de la Secretaría de
Gobernación en las negociaciones para obtener su libertad, que no
podía cumplir con su intención de presentarse ante la Secretaría
de la Defensa para ponerse a disposición porque no cuenta con tarjeta
de identificación ni uniforme militar, y que no había forma
de reintegrarse en esas condiciones al Ejército. Allí instó
al funcionario a resolver su situación jurídica, porque,
de acuerdo con la ley castrense, tiene 72 horas, a partir de que dejó
la prisión, para presentarse ante esa autoridad o le pueden iniciar
un nuevo proceso por el delito de deserción.
Sepúlveda quedó de enlace entre Gobernación
y el instituto armado para definir en su momento la situación jurídica
del general, ya que esta incertidumbre legal le impediría asistir
a la audiencia prevista para el próximo 19 de febrero ante la Corte
Interamericana de Derechos Humanos, a celebrarse en Costa Rica, en la que
reiterará su exigencia de que el gobierno mexicano cumpla totalmente
la recomendación de la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos (CIDH).
Reparación del daño
En
entrevista con La Jornada, Gallardo señaló que fue
muy importante la participación del secretario de Gobernación,
Santiago Creel, en las discusiones al interior del gobierno federal sobre
su caso, porque "pudo acoplar los intereses y limar algunas asperezas"
entre las secretarías de Relaciones Exteriores y de la Defensa Nacional
para que obtuviera su libertad.
Sobre las declaraciones del pasado jueves de los titulares
de Gobernación y la cancillería, de que esperaban que con
su liberación se diera por cumplida la recomendación de CIDH,
el militar sostuvo que ellos pueden opinar lo que consideren conveniente,
pero que continuará impulsando los procesos judiciales en los ámbitos
nacional e internacional hasta demostrar su inocencia.
En el marco de un ajetreado día que incluyó
encuentros con medios de comunicación desde la mañana hasta
la noche, el general exhortó al Presidente de la República
a que cumpla en su totalidad con la recomendación de la CIDH respecto
del castigo de los responsables de su encarcelamiento, entre los que destacan
el ex secretario de la Defensa Nacional, general Enrique Cervantes Aguirre,
y el entonces procurador militar y actual procurador general de la República,
general Rafael Macedo de la Concha. El presidente Vicente Fox "tiene que
decidir si va a impulsar un proceso penal en su contra o no".
Subrayó: "Si él (Fox) quiere que quede impune
el asunto, allá él, pero "si sigue la impunidad, le va a
soltar la mano a los militares y van a hacer una serie de atrocidades",
advirtió.
Gallardo indicó que la reparación del daño
-económica y la restitución de su cargo en el Ejército-,
y la consignación de los responsables son partes de la recomendación
de la CIDH que tienen que cumplirse, para que no vuelva a ocurrir un caso
como el suyo. "Ese es el asunto, si no, para qué tanto debatir al
respecto, porque no sólo se demandaba mi liberación, sino
la consignación de los culpables y de la autoridad responsable que
hizo todo, así como la reparación del daño económico
sufrido y mi reintegración con plenos derechos al Ejército.
Previamente, en conferencia de prensa que ofreció
en la sede de la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción
de Derechos Humanos, el general -quien estuvo todo el día acompañado
de su esposa, sus cuatro hijos y su abogado defensor- había dicho
que la sentencia de 28 años de prisión que le impusieron
por los delitos de destrucción de archivos, enriquecimiento ilícito
y malversación de fondos fue impulsada por el entonces procurador
militar, general Rafael Macedo de la Concha.
Aclaró que, en el Ejército, "no se mueve
el pétalo de una rosa, si no es por órdenes del secretario
de la Defensa Nacional". Entonces -subrayó- no se puede alegar que
estos funcionarios no tenían conocimiento de lo que ocurría.
Insistió en que él es militar y que en esta
actividad, o como activista político o en cualquier trinchera que
desarrolle en el futuro continuará impulsando la creación
del ombudsman militar, para que de una vez por todas, el Ejército
esté sujeto al poder civil, además de que sea respetuoso
del poder institucional y los derechos humanos. "El Ejército Mexicano
durante toda su historia ha violado un principio de los Estados democráticos
que es la civilidad del Estado, y que no es más que impedir que
los soldados realicen actividades que no son de su competencia."
En la entrevista con La Jornada, en un restaurante
de una conocida cadena, mientras comía paella y tomaba un refresco
de cola, Gallardo sostuvo que la creación de una fiscalía
especial para investigar los casos de desaparecidos de los años
setentas, la resolución de la Suprema Corte sobre los hechos de
1968 y su propia liberación, fortalecen más su teoría
del ombudsman casatrense.
Vestido con traje y corbata gris, que por cierto le prestó
su hijo José Francisco, porque la liberación lo tomó
desprevenido, dijo: "Me enteré que quedaría libre apenas
10 minutos antes de firmar mi salida". Gallardo acusó al general
Macedo de que cuando fue procurador militar actuó de forma "cínica",
al no proceder a investigar penalmente al ex secretario de la Defensa Nacional,
general Juan Arévalo Gardoqui. Explicó que durante los consejos
de guerra en que fue sentenciado a 28 años de prisión, ofreció
pruebas suficientes que demostraron que el material que sacó de
la Villa Ecuestre del Campo Militar Número Uno con valor de 26 mil
pesos y por el que fue sentenciado, fue a parar al rancho que Arévalo
Gardoqui tenía en el estado de Guanajuato.
"Pero, como yo siempre he dicho, la disciplina militar
es rígida hacia abajo y cuando apunta hacia arriba se desvanece",
por eso Macedo no abrió la averiguación.
Insistió en que es general del Ejército
y que la Suprema Corte le dio la razón, por lo que sigue ostentando
el grado de general brigadier. Sobre el rechazo de la Defensa Nacional
de aceptar la decisión del máximo tribunal, comentó
que no le extraña, y que no es la primera vez que desacata una orden
del Poder Judicial federal, como lo demuestran los 37 amparos que ha obtenido
en diversas instancias en contra de los muchos procesos que abrieron en
su contra, antes de ser sentenciado.
-¿Qué hubiera pasado si el pasado jueves
lo hubieran indultado, obligándolo a salir de la prisión?
-Tendríamos que haber cumplido con esa orden, pero
hubiéramos impugnado el indulto por la vía del amparo. Se
firma el documento de salida, se da por recibido, se pone en actas la resolución
y se ataca el indulto por medio de un amparo.
-La noche del jueves corrió el rumor de que su
liberación sería mediante el indulto y que usted en protesta
se iba a encadenar en el penal de Chalco. ¿Hubo algún momento
en que usted pensara que su libertad la obtendría por una vía
que no deseaba?
-No, porque ya habíamos puntualizado concretamente
en qué consistía este asunto y además en noviembre
pasado le manifesté a la subscretaria de Derechos Humanos y Democracia
de la cancillería, Marie Claire Acosta, que yo no me iba a sujetar
al indulto.
-¿Qué tan importante fue la mediación
de Creel, sobre todo con la Secretaría de la Defensa?
-Fue muy importante. Para mí, el secretario de
Gobernación tuvo una participación muy importante, porque
él pudo acoplar los intereses de uno y otro (cancillería
y Defensa) y pudo limar algunas asperezas que había por ahí.
Fue my importante su participación.
-Parecería que ganó el Ejército en
cuanto que se mantienen los cargos en su contra y la sentencia. ¿Hubo
presiones del Ejército para que no se acatara en su totalidad la
recomendación de la CIDH?
-Lo que pasa es que yo siento que no fue una situación
que ganara el Ejército, porque por ellos me hubiera mantenido encarcelado
durante 28 años. Nosotros vamos a atacar a fondo la sentencia pero
es mucho más fácil estando en libertad lo que permitirá
agilizar los trámites.
"Está documentado todo"
-Este es el mes del Ejército, ¿cómo
ve al instituto armado ocho años después de que fue encarcelado?
-El Ejército, a pesar de la reticencia de los altos
mandos militares, ha cambiado. Tan es así, que el secretario de
la Defensa Nacional ya fue a comparecer, aunque sea a comisiones de la
Cámara de Diputados; se dio mi liberación; hay una apertura
para investigar a la gente que participó en los hechos de tortura
en los años setenta; está el asunto del general Humberto
Quirós Hermosillo -detenido por presuntos nexos con el narcotráfico
junto con el general Arturo Acosta Chaparro-.
-¿Usted ya buscó algún acercamiento
con el general Vega García?
-No, yo voy a respetar lo que a mí me dijo Gobernación,
voy a ser respetuoso de lo que me digan.
-¿Qué tan importante es su liberación
en relación con que quede plenamente demostrada su inocencia?
-Para demostrar mi inocencia este paso de obtener la libertad
es bueno, pero es mucho más importante para mi familia y para mi
dignidad que quede demostrada totalmente mi inocencia, y así va
a ser, porque tenemos la razón y porque está documentado
todo. Vamos a presentar los recursos correspondientes.
-¿Hay posibilidades de que se sume a un partido
político?
-Puede ser, vamos a ver en un futuro cómo se vienen
las cosas, cómo viene la situación, qué pasa -expresó
ante la mirada de satisfacción de su familia que, como él,
se durmió la madrugada del viernes a las 3:30 de la mañana
y se paró antes de la 6:00 horas para cumplir con una apretada agenda
en su primer día de libertad.