ENTREVISTA
Carlos Abascal, secretario del Trabajo
En política laboral, claras diferencias entre
PRI y PAN, sin ruptura
El nuevo modelo de sindicalismo y de empresa, vigente
en prácticamente todo el mundo desarrollado, es de colaboración
entre trabajadores y empresarios, con fuerte exigencia recíproca
para que cada parte haga y dé lo que le corresponde
ELIZABETH VELASCO C.
Entre la política laboral de los gobiernos de PRI
y PAN "hay clarísimas diferencias que no implican ruptura", asegura
Carlos María Abascal Carranza, secretario del Trabajo y Previsión
Social.
Si alguien espera ver una política laboral blanca,
en contraste con el negro del pasado, o viceversa, se equivoca, advierte.
En México, argumenta, las transformaciones serán
graduales porque implican "un cambio de mentalidades, cultura, leyes e
instituciones", incluso "de lenguaje", y para lograrlo "son insuficientes"
los seis años de gobierno de Vicente Fox.
En entrevista con La Jornada, habla de las "cosas
que ya son claramente diferentes", aunque, "a veces, quienes menos quieren
reconocer la importancia de este cambio, son quienes eran antes excluidos",
dice en alusión a la Unión Nacional de Trabajadores (UNT).
Sostiene que la "gran estabilidad" en el país y
el compromiso de gobierno de Fox de echar a andar varias reformas -la laboral,
entre otras-, permitió en 2001 el ingreso de 24 mil millones de
dólares, con los que se espera lograr la apertura este año
de nuevas plantas de generación de energía eléctrica
y la creación de 300 mil fuentes de empleo.
Y sobre las "especulaciones" en torno a un eventual relevo
en la STPS, con tono enérgico, soltó: "Si a Abascal lo quitan
o lo ponen, ¡es totalmente irrelevante! ¡Nadie es indispensable!".
-Para atraer esos 24 mil millones de dólares, ¿qué
garantías ofrece el gobierno a los inversionistas?
-Mostrar gran estabilidad en el país, certeza y
largo plazo. Estamos mostrando a los ojos del mundo, y a los inversionistas
del país, el compromiso para cambiar aquellas cosas que hacen de
México un país poco competitivo. Por ejemplo, ya el Presidente
anunció el programa para abrir las empresas en un día. También
reformas estructurales para abatir la corrupción. Estamos haciendo
publicidad para mostrar que el país camina por la vía de
la transparencia y la rendición de cuentas.
"También, México ha expresado su compromiso
con las reformas laborales. No haremos cambios de 180 grados, y menos traicionaremos
el sentido social de nuestra legislación laboral. Pero sí
vamos a hacer que la reforma permita poner la ley al día para que
los inversionistas y los trabajadores sepan a qué atenerse."
Escaso crecimiento del PIB
-¿Por
qué si han ingresado 24 mil millones de dólares, el desempleo
aún aumenta?
-Muchos proyectos requieren hasta cinco años para
madurar. Por ejemplo, las plantas de generación de energía
eléctrica. También, atrajimos a los inversionistas de (la
automotriz) Toyota que se establecerá en Baja California. Esta inversión
tardará muchos meses en madurar, aunque produce cierta ocupación
en el proceso de construcción de la planta. En el caso de Torreón
y Gómez Palacio se echaron a andar dos grandes ampliaciones de plantas:
una de Phillips, con 300 empleos nuevos, y otra de John Deere, que implican
360 nuevos empleos. No podemos esperar que el capital se convierta en recurso
productivo al día siguiente que entra.
-¿Qué porcentaje de la inversión
total se dirige a la creación de empleos?
-La mayor parte de estos recursos se han ido a inversión
productiva. No tengo un estimado, pero en marzo quiero dar datos muy bien
amarrados junto con el sector productivo.
-¿Esta inversión pudiera modificar el número
de empleos estimado para 2002?
-No. Esto es pensando, justamente, en las inversiones
que se han traído y se piensa atraer. La cifra de 300 mil es la
que en principio estamos estimando como saldo positivo de generación
de empleo este año.
-¿Cuántas plantas para la generación
de energía eléctrica se pondrán en marcha este año
y en qué regiones?
-Espero tener el dato el martes. Están en proceso
de construcción muchas plantas y vamos a procurar dar el detalle,
incluso, de las regiones donde se construyen, con capital privado, mixto,
extranjero y nacional, y parte del propio gobierno.
-A principios de enero usted adelantó que habría
presión hacia el empleo. ¿Qué lectura le podemos dar
a esta presión?
-El primer semestre del año el producto interno
bruto (PIB) va a crecer muy poco; va a mostrarse una presión de
desempleo de cierta importancia; vamos a tener una actividad económica
limitada.
-¿Qué piensa de las tácticas de lucha
del sindicalismo mexicano? ¿Habría que renovarlas?
-Habría que reflexionar desde el planteamiento
mismo. Una táctica de lucha, entiendo, se aplica en un esquema de
guerra, de confrontación. El nuevo modelo de sindicalismo y de empresa,
vigente en prácticamente todo el mundo desarrollado, es de colaboración
entre trabajadores y empresarios, con fuerte exigencia recíproca
para que cada parte haga y dé lo que le corresponde. El trabajador,
más capacitación, conocimientos, calidad, productividad,
competitividad. El empresario, más capacitación, participación
del trabajador en la vida interna de la empresa, y remuneración
a los trabajadores.
"Hay que cambiar desde el lenguaje, porque si queremos
tener éxito, tenemos que mirar en dónde ha habido éxito.
¿Lo ha habido en donde hay esquemas de lucha y confrontación
o dónde han sabido comprender que trabajadores y empresarios son
parte de una comunidad humana productiva y que habiendo divergencias e
intereses, a veces encontrados, es necesario ponerse de acuerdo, cooperar,
exigirse recíprocamente y caminar juntos para el bien de ese conjunto?"
-¿Cuál es su concepto de huelga? Pero quisiera
hacer una diferencia: ¿cómo la percibía cuando era
líder patronal o empresario, y ahora como secretario del Trabajo?
-No ha cambiado. Es un derecho que tiene que ejercerse
con responsabilidad, como último recurso para, en efecto, corregir
una situación de injusticia que se presenta en un centro de trabajo.
-¿Cuáles son las diferencias entre la política
laboral de los gobiernos del PRI y el de Vicente Fox, de extracción
panista? Porque para muchos -le hablo de sindicalistas, juristas, investigadores
y otros-, no hay diferencia
-Habría que discernir, porque juristas, intelectuales,
trabajadores, empresarios han opinado que hay clarísimas diferencias
y éstas no implican una ruptura. Desde el principio fuimos muy claros
en que el cambio iba a ser incluyente, gradual, apegado a la legalidad
y en un marco de paz social. Si alguien espera ver una política
laboral que sea blanca en contraste del negro del pasado, o viceversa,
se equivoca. Este cambio debe ser gradual, porque implica un cambio de
mentalidades, de cultura, de leyes y de instituciones y, para esto, seis
años son insuficientes.
"Pero hay cosas que ya son claramente diferentes, primero
que nada, la interlocución. Antes sólo se consideraba interlocutor
del gobierno a un sector del partido en el poder (PRI). No hago un juicio
valorativo del tema, sino hablo de un hecho histórico. Hoy todos
son interlocutores del gobierno federal y de los empresarios. A veces,
quienes menos quieren reconocer la importancia de este cambio son quienes
estaban excluidos. En el proceso de modernización de la legislación
laboral, los antes excluidos son parte importantísima en el proceso
de discusión y construcción de los consensos.
"Otro gran cambio es que antes había una tendencia
mayor a la discrecionalidad en la aplicación de la ley y de los
principios en materia de registro y toma de nota de asociaciones. Hoy tenemos
mayor consistencia en el principio de legalidad y la necesidad de modernizar
la legislación laboral para que todos sepan a qué atenerse
y eliminemos la discrecionalidad de manera total. También hemos
favorecido los acuerdos entre trabajadores y empresarios para la revisión
de los salarios contractuales y colectivos. No más el gobierno da
línea. No decidimos los incrementos salariales, sino las
partes.
"También hay una reorientación importantísima
de la política laboral del gobierno porque estamos interesados en
vincular la macroeconomía con el beneficio real en los bolsillos
de los trabajadores y el bienestar de las familias. Por ejemplo, todo el
énfasis de la discusión de la nueva cultura laboral, el espacio
que hemos ocupado como STPS en los gabinetes social y económico,
para influir en que las decisiones económicas y de política
social se contemplen los impactos laborales, en cómo volver empleables
a las personas y no sólo transmitirles subsidios.
"Por eso tuvimos la capacidad de influir en la decisión
del incremento a las tarifas eléctricas para asegurarnos de que
75 por ciento de los hogares mexicanos no recibe ninguna afectación
con esta medida".
"Estoy aquí hasta que mi jefe quiera"
-Ha corrido la versión de que será relevado.
Primero se dijo que Eduardo Sojo llegaría a la STPS. Ahora, desde
Los Pinos llegó la versión, de fuentes confiables, de que
se había hecho un arreglo para que lo supliera Luis Felipe Bravo
Mena.
-¿Esto le ha llegado a usted de Los Pinos? Pues
habría que preguntarles a los que estuvieron ahí, a quienes
lo negociaron. No tengo la menor idea de lo que me está usted hablando.
Yo trabajo todos los días con todo el sentido de responsabilidad.
Este tipo de rumores no me generan la menor inquietud. Si el presidente
Fox quiere cambiar a todo su gabinete, tiene la plena facultad legal para
cambiarlo.
"Vaya y pregunte usted a la fuente presidencial tan confiable
que le ha dado esta información ?aquí subió el tono
de voz, molesto?. Estoy aquí hasta que mi jefe quiera, y no sé
que él quiera cambiarme."