EN EL CHOPO
Javier Hernández Chelico
Power metal y exceso eléctrico
EL DEMOLEDOR METAL de Sonyka será el pretexto para el lucimiento de los headbanger sobrevivientes de los mosh pit noventeros en su slam, al que se integrarán los chavos vestidos de piel negra que estarán presentes en Radio Chopo. Al terminar el concierto de esta banda capitalina, hay que visitar la galería callejera de Cultura Visual, donde continúa la exposición Por siempre joven, muestra de las costumbres de ese sector de la población durante el siglo XX. Cada semana se exhiben fotografías diferentes.
EL ROCK SIGUE EN EL CHOPO es la emisión radiofónica oficial del tianguis, que se transmite los sábados a las 8 horas por Orbita Radio. En esta ocasión el espacio se le brindará al trabajo de Carl Palmer, baterista que visita la cuidad de México para ofrecer dos conciertos -hoy y mañana- en el Teatro Lírico-; además, Falcón y Barragán -locutor y productor, respectivamente- darán a conocer las actividades choperas con pelos y señales.
Muni, atrapado en el rock
JESUS MUÑOZ OLIVARES es el nombre que aparece en su pasaporte, pero todos lo conocemos como Muni, de quien ahora sabemos, quedó atrapado en el rock desde muy chavito por culpa de unos marineros que llevaron un disco de The Animals a su natal Veracruz. Muni, al escuchar la negroide voz de Burdon, pasó inmediatamente a formar parte de las incipientes hordas rocanroleras, los inolvidables sesenta; posteriormente, aquel chamaco costeño descubrió en una tienda de discos de la calle de Independencia del puerto jarocho a su alter ego: The Beatles, en su opinión, los primeros músicos de rock progresivo que existieron.
YA ADOLESCENTE, MUÑOZ llegó a la ciudad de México, donde escucharía por primera vez en vivo a un grupo de rock -fue en la Alameda- y de ahí pa'l real visitó cuanto hoyo fonky se atravesó en su camino. A principios de los setenta lo que abundaba en el Distrito Federal eran las tocadas de fin de semana; en esos ires y venires, el Muni se convirtió en seguidor del Pájaro Alberto (Love Army) y del Ritual; en cuanto a rock extranjero, sólo existía una opción para estar al día: sintonizar Vibraciones, el legendario programa de Radio Capital que congregaba todas las noches a los rocanroleros de la época; en una de esas emisiones Muñoz Olivares hizo otro descubrimiento: Muddy Blues. Igualmente, para completar su cultura rocanrolera, Muni devoraba revistas, como México Canta y Pop, hasta que descubrió Melody Maker y Rolling Stone, que leía en cualquier Sanborns gratuitamente -en ese lugar se encontraba con frecuencia La bruja, José Luis pluma, dice sonriente Muni-. De esta forma se fue la década de Avándaro, de la música disco y de la primera gran devaluación de nuestra moneda ante el dólar.
Trabajo editorial
CON LOS OCHENTA llegó la oportunidad para Muni, por medio de Gutiérrez Oropeza, de colaborar en el suplemento La Onda en el que participaron chavos como Javier Velasco, Armando Vega Gil, Juan Villoro y dos-tres más. Ese fue el principio, después Muni tomó vuelo al participar en otras publicaciones. Finalmente, el porteño decidió lanzarse solo al mundo editorial rocanrolero. En los noventa publicó la revista Revólver y más recientemente la colección titulada Exceso eléctrico, que dedica un número a una luminaria; el primero, fue para Marillion, después a los Stones, otro a Dead Can Dance, pero los que han robado cámara son los destinados a King Crimson y a Joaquín Sabina, en este último participaron plumas como la de Sarquiz, Velasco, Ahumada, Gutiérrez Oropeza, Germán Gómez y Vega Gil, quienes acudieron gustosos al llamado del jarocho editor.
TAMBIEN, EN LA DECADA de los ochenta -el sábado 4 de octubre de 1980 para ser más precisos-, surgió lo que ahora es conocido como El tianguis cultural del Chopo. Ese día el Muni no pudo asistir a la invitación hecha por Jorge Pantoja a la inauguración del entonces llamado tianguis de publicaciones culturales y discos. El veracruzano tuvo que ir a entrevistar al músico tapatío Toncho Pilatos a un hotel por el rumbo de Izazaga; pero al siguiente sábado no falló, ni al tercero ni al del pasado 2 de febrero del 2002.
MUÑOZ OLIVARES HA sido, sin duda, testigo de sucesos inolvidables ocurridos en las entrañas del famoso tianguis, algunos han sido documentados y permanecen en el ya voluminoso archivo que posee el Muni, quien fue integrante-junto con Abraham Ríos y Lalo Martínez- de la primera representación tripartita del comité chopero.
"NOS HA IDO bien a todos: se enriqueció el acervo de dos-tres coleccionistas, se consiguió, con mucho esfuerzo, un lugar para el tianguis y muchos han mejorado su situación económica", dice convencido Muni, aunque agrega, parafraseando a José Emilio Pacheco, "ya somos aquello contra lo que luchábamos a los 20 años". Ni modo. Lo importante es que cada ocho días, en el puesto 84 del tianguis, hay libros, revistas casetes, discos y buen humor además de distinguidas visitas -no tantas como en el módulo de La Jornada- a las que el Muni y sus hijos reciben en muy buena onda.
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