Piden aplicar la fe para que haya fraternidad y justicia

Vivir el Evangelio, opción ante los problemas de México: religiosos

Condena a la elevación en tarifas del servicio eléctrico

JOSE ANTONIO ROMAN

México vive momentos difíciles, en que la falta de un mínimo de unidad entre los mexicanos pone en riesgo el fruto de la justicia, que es la paz social, señalaron, por separado, el arzobispo de Puebla, Rosendo Huesca Pacheco, y el presidente de la Secretaría de Comunicación Social de Iglesias Evangélicas (Secosice), el reverendo Fernando Marcín.

Ambos religiosos, el primero en su homilía en la Basílica de Guadalupe, y el segundo en conferencia de prensa, expresaron su preocupación por los graves problemas del país, como la pobreza, la impunidad, la corrupción, los crímenes y, de manera particular, por la división que se observa en la sociedad mexicana.

Frente a miles de feligreses poblanos que abarrotaron el templo del Tepeyac con motivo de su peregrinación anual, el arzobispo Huesca exclamó: "Cuánto nos hace falta en la patria crecer en la fraternidad. No tenemos, desde mi punto de vista, un nivel justo, necesario e indispensable de fraternidad, lo que pone en riesgo no sólo la justicia, sino la paz social del país.

Dijo que muchos de los males que sufre México, tales como la corrupción, la pobreza y la criminalidad, se deben en gran medida a que los fieles no han sabido vivir en coherencia con las enseñanzas del Evangelio. "No podemos explicarnos -dijo- cómo en un país que se dice mayoritariamente cristiano exista tanta maldad".

Exhortó a los católicos a no rehuir su responsabilidad ni el compromiso de hacer presentes en la sociedad los valores del Evangelio, "pues la fe debe estar acompañada siempre en la vida social, política, económica y cultural de una nación".

Al referirse a la canonización de Juan Diego, el arzobispo Huesca dijo que este hecho que en breve se dará en Roma debe ser un serio llamado para que el país entero se preocupe de los pueblos y las comunidades indígenas. "Debemos ser creativos para saber caminar con ellos en la fe, y brindarles el camino del progreso que ellos también anhelan y que no hemos sabido darles".

Por su parte, casi de manera simultánea a la misa, en una conferencia, el líder evangélico hizo serios cuestionamientos, por un lado, a las promesas no cumplidas del presidente Vicente Fox, que paulatinamente está terminando con la ilusión de millones de mexicanos que tuvieron fe en el cambio, y por el otro, el enorme divisionismo y falta de responsabilidad de los partidos políticos y de los legisladores, quienes han privilegiado el interés partidista sobre el de la nación.

Criticó severamente el alza en las tarifas eléctricas y la aprobación por parte de los legisladores de la "mal llamada" reforma fiscal, que dañan todavía más la ya deteriorada economía familiar. "Vemos con preocupación que los problemas sociales, económicos y sobre todo los políticos siguen sin resolverse. Y hasta el día de hoy no hemos visto ningún cambio después de un año y tres meses del nuevo gobierno. Esto nos preocupa en gran manera porque puede tener consecuencias desastrosas para todos, de no ser tratados estos problemas con prontitud y verdadero sentido de unidad nacional".

Consideró que el país no avanza al paso del resto de las naciones, sobre todo por el enorme divisionismo que existe entre los mexicanos. Citó de manera especial la actitud que han tenido los partidos políticos y los legisladores, quienes en su tarea de legislar y ser representantes populares han privilegiado el interés partidista. "Con frecuencia dan la impresión de sólo querer echar abajo todas las propuestas que el Ejecutivo les envía", dijo el pastor Marcín.