Robert Capa, las imágenes de la Historia
ARTURO GARCIA HERNANDEZ
Robert
Capa se dio a conocer en todo el mundo como fotógrafo de la Guerra
Civil española. Su foto Muerte de un miliciano ?que registra
el momento justo en que un combatiente republicano cae mortalmente herido
mientras aún conserva el fusil en una mano? es una de las imágenes
periodísticas más dramáticas y oportunas que se hayan
tomado. Capa debe a ella su popularidad. Pero su trabajo no empieza ni
concluye en ese momento del siglo XX. Abarca una amplia y quizá
sorprendente variedad de temas, personajes, países, situaciones
y acontecimientos históricos, tal como lo muestra el libro Robert
Capa. Obra fotográfica, en el que se reúnen 937 fotografías
de las cuales casi la mitad son prácticamente inéditas y
que circulará en México desde esta semana, bajo la coedición
de Océano y Turner.
Capa nació en Budapest en 1913, con el nombre
de Endre Friedmann. Siendo estudiante huyó de Hungría, perseguido
por sus convicciones comunistas. Se fue a Berlín. Se hizo llamar
Bandi antes de hacerse famoso como Robert Capa. Orillado por la depresión
económica de finales de los veinte, Capa suspendió sus estudios
de periodismo y se empleó como laboratorista y mensajero de una
agencia fotográfica en Berlín. Huyó del nazismo en
1933. Adquirió la ciudadanía estadunidense en 1946. En 1947,
junto a Cartier-Bresson, David Saymur y George Rodger, fundó Magnum,
la primera agencia mundial de fotógrafos independientes. En 1953,
durante el macartismo, el gobierno de Estados Unidos le retiró el
pasaporte a causa de su antigua militancia comunista.
Desde el principio de su carrera, Capa se hizo guiños
con la Historia. Su primera fotografía como profesional se la tomó
a León Trotsky en Copenhague, ciudad a la que arribó el revolucionario
ruso luego de ser exiliado por Stalin. Era diciembre de 1932. A partir
de ahí, el fotógrafo presenció y registró acontecimientos
y personajes que cambiarían el rostro del mundo en la primera mitad
del siglo pasado: el ascenso de Hitler en Alemania; las históricas
elecciones que llevaron al gobierno de Francia a una coalición de
izquierda; la invasión de Japón a China; niños soldados
chinos; las agitadas elecciones generales de 1940 en las que Manuel Avila
Camacho y el general Almazán se disputaban la Presidencia de México,
que le dieron el triunfo al primero y dejaron un saldo de 30 muertos; Ernest
Hemingway de cace-ría; el desembarco de los primeros soldados estadunidenses,
el "Día D", en las costas de Normandía; Pablo Picasso en
su estudio, días después de la liberación de París;
Matisse en Niza... En fin, 937 fotografías.
Robert Capa no fue un fotógrafo de la forma, sino
del momento que se convertiría en Historia. Solía decir:
"Si tus fotos no son lo bastante buenas, es que no estabas lo bastante
cerca". A esa oportuna cercanía debe la foto del miliciano muerto
que le dio celebridad, y a ese afán de estar en el momento y en
el lugar justos, Capa debe su propia muerte. En 1954, la revista Life
lo contrató para cubrir la guerra entre Francia e Indochina. Al
acompañar a un convoy de soldados franceses a una misión
en Vietnam, se detuvo para fotografiar a un pelotón que avanzaba
entre la maleza. Llevaba dos cámaras, una para película en
blanco y negro y otra para color. Con cada una tomó una foto casi
idéntica. Fueron las últimas de su vida, afirma Richard Whelan,
su biógrafo: "Al llegar a un terraplén cubierto de hierba
y empezar a subir la cuesta, pisó una mina antipersonal del Viet-mihn.".
Fue sepultado en Yorktown, Nueva York.