Quedará sin atención médica y con 15 mil 657 pesos
La Sedena pasa a retiro a un cabo lisiado en curso de adiestramiento
JESUS ARANDA
Después de siete años de servicio en el Ejército, el cabo de caballería Marcos Ceja Magallán pasó al Grupo Anfibio de Fuerzas Especiales (Gafes). El 6 de marzo de 1998, cuando recibía adiestramiento básico común de Fuerzas Especiales, sufrió un accidente que lo dejó totalmente inmóvil y sin habla. A su tragedia se suma la decisión de la Secretaría de Defensa Nacional (Sedena) de negarle la pensión a que tiene derecho, así como la atención hospitalaria que requiere.
A casi cuatro años de los acontecimientos, la dependencia asegura que se trató de "actos fuera de servicio", por lo que únicamente pagará 15 mil 657 pesos por concepto de retiro en una sola exhibición, debido a su inutilidad para el servicio. Asimismo, advirtió al soldado que debe abandonar este sábado, la cama 521 del quinto piso de la sala de ortopedia, porque pese a su estado de salud, al no pertenecer a las fuerzas armadas, no tiene derecho a la atención médica del Hospital Central Militar.
De acuerdo con actas y documentación en poder de La Jornada, Marcos Ceja Magallán (C-1217509), causó alta en el Ejército Mexicano el 16 de septiembre de 1994 en el octavo regimiento de caballería motorizada, en Zamora, Michoacán.
Posteriormente pasó al 37 batallón de infantería de Zamora, Michoacán, donde más tarde fue concentrado en el Gafe adscrito a la Quinta Zona Militar, en Ciudad Juárez, Chihuahua.
Conforme al acta de los hechos, cuando recibía el curso básico común de Fuerzas Especiales en el campo militar 5-C de Ciudad Juárez, Chihuahua, al estar en la clase de educación física dentro del horario de servicio, "inesperadamente fui tomado por los brazos por el subteniente de infantería Carlos Navarro Navarro y el cabo de infantería Darío Acosta Villa, quienes sin motivo me arrojaron al lago artificial que se encuentra en las inmediaciones del 20 regimiento de caballería motorizado".
Añade: "Al momento quedé paralizado de ambos brazos y ambas piernas, pegando con mi cabeza en el fondo del lago".
Como consecuencia del impacto, Celerino Cuervo González y Guillermo García Pinto, médicos especialistas en ortopedia del Hospital Central Militar, concluyeron en octubre de 1998 que Ceja Magallán quedó "inútil en primera categoría, por padecer cuadriplejia secundaria a fractura luxación a nivel de C4-C5". Y que el padecimiento, debido a su gravedad, "amerita custodia familiar".
El 8 de febrero pasado, la oficina de trabajo social del Hospital Central Militar informó que Ceja Magallán sería dado de alta en virtud de que, con fecha 22 de enero pasado, el comandante del 37 batallón de infantería con sede en Zamora, Michoacán, le comunicó al director del Hospital sobre la baja del Ejército del paciente por actos "fuera de servicio".
Este argumento permitió al comandante de dicho batallón determinar que "por compensación", el soldado resulta acreedor a una cuota única de 15 mil 657 pesos, producto de siete años, un mes, 29 días de servicios prestados a la institución y por tener 23 años de edad.
Es decir, esa cantidad equivale a los haberes de su grado, correspondientes a seis meses de trabajo. Esa cantidad se hará efectiva "cuando cause baja del servicio activo y alta en situación de retiro".
Esta decisión fue avalada por la Dirección de Justicia Militar, con el argumento de que existen testimonios de dos soldados, que aseguran que Ceja "se tiró un clavado" al lago artificial sin medir su poca profundidad, es decir, lo que contradecía el hecho de que el accidente hubiera ocurrido "dentro del servicio", como reclama el demandante.
La dependencia asegura que el afectado "no demostró" tener la razón durante el tiempo que establece la ley; ignorando una serie de documentos enviados al Hospital Central Militar y otras autoridades castrenses, en los que Ceja reiteraba que el accidente lo causaron sus compañeros y que además fue en horas de servicio. Incluso, hay copia certificada de que envió una inconformidad a sus superiores el 22 de agosto de 1998, la cual no fue tomada en cuenta por Justicia Militar al hacer la valoración del caso.
Desesperado por la falta de atención de la Sedena, Juan Ceja Cárdenas, padre de Marcos Ceja Magallán, envió el pasado 11 de febrero una misiva al presidente Vicente Fox, en la que describe los hechos y solicita su intervención para que su retiro sea considerado por inutilidad a consecuencia de actos de servicio, además de que se emprenda una investigación "real" de los hechos del 6 de marzo de 1998. Lo anterior, con el fin de que el soldado no pierda sus derechos y continúe recibiendo el tratamiento médico y de rehabilitación, además de percibir los ingresos económicos que son soporte de la economía familiar.