Representan 21.2% de la capacidad instalada
del país
Se han otorgado 157 permisos para la generación
privada de electricidad
JUAN ANTONIO ZUÑIGA Y VICTOR CARDOSO
Sin modificar el marco constitucional vigente, el gobierno
federal ha otorgado 157 permisos para la generación privada de electricidad,
que representan 21.2 por ciento de la capacidad instalada del país,
y que se utilizan tanto para el autoabasto de las principales empresas
como para su venta, ya sea a otras industrias o a la Comisión Federal
de Electricidad (CFE).
En tanto se dirime una controversia en la Suprema Corte
de Justicia de la Nación sobre la posibilidad de modificar el marco
constitucional que impide la apertura total en el sector eléctrico,
la Comisión Reguladora de Energía (CRE) ha otorgado 122 permisos
de autoabasto y 35 de cogeneración, figuras a través de las
cuales los inversionistas privados ya incursionan en el mercado eléctrico
mexicano.
Apertura progresiva desde 1994
De acuerdo con información oficial de la Secretaría
de Energía (Sener) y de la CRE, en 1994 comenzó una progresiva
apertura del sector eléctrico a la inversión privada mediante
los mecanismos de cogeneración y autoabasto, que no han requerido
modificaciones sustanciales al marco regulatorio de ese sector ni a la
Constitución.
Informes de la Comisión Reguladora de Energía
indican que de 1994 a la fecha, la inversión privada en el sector
eléctrico asciende a 3 mil 690 millones de dólares en 157
plantas de generación en las modalidades de autoabasto y cogeneración;
por otro lado, la CFE ya tiene identificados por lo menos otros 90 proyectos
hidroeléctricos, los cuales incluyen ex centrales propiedad de la
paraestatal, ''que podrían destinarse para el autoconsumo de particulares''.
Negocios paralelos
Cuando en 1994 se comenzaron a otorgar los primeros permisos
de autoabasto, algunos de los grandes consorcios industriales del país
buscaban garantizar el suministro de energía eléctrica para
no detener sus procesos productivos por interrupciones en el servicio proporcionado
por la CFE.
Pero ese fue sólo el principio. Más adelante,
en 1998 el gobierno federal flexibilizó el marco regulatorio y,
a través de la Comision Federal de Electricidad y de la Comisión
Reguladora de Energía, autorizó a esos consorcios comercializar
sus excedentes de generación eléctrica.
Algunos de estos consorcios se agrupaban para obtener
los permisos y garantizarse el suministro, pero al mismo tiempo avanzaron
en el terreno comercial. Tal es el caso de Iberdrola Energía Monterrey,
de capital español, la cual solicitó y obtuvo el pasado 10
de enero de 2002 un permiso cuya finalidad ''tiene por objeto satisfacer
las necesidades de autoabasto de energía eléctrica de los
socios de la solicitante'', que en este caso son 44 firmas. Pero la generación,
según el permiso otorgado, puede ser vendida a otras 109 empresas.
Entre los socios de Iberdrola en este proyecto participan
los consorcios Cementos Apasco, Cementos Mexicanos, Cervecería Cuauhtémoc,
Cigarrera La Moderna, Hylsa, el Instituto Tecnológico de Estudios
Superiores de Monterrey ?campus Monterrey?, Sigma Alimentos Noreste ?filial
del Grupo Alfa?, empaques Titán y Cinsa, entre las más conocidas.
Sin embargo, entre sus 109 clientes diseminados en todo
el país figuran: Altos Hornos de México, Bosque Real Country
Club, Cadena Comercial Oxxo, Cementos Chihuahua, Coca-Cola Femsa, Colgate
Palmolive, Compañía Minera Autlán, Corporación
Durango, la papelera Crisoba, Dupont y sus filiales, Femsa Cerveza, Grupo
Maseca, Industrias Across Whirpool, Kimberly Clark de México, Siderúrgica
Lázaro Cárdenas Las Truchas, Universidad de Monterrey, entre
otras.
Otro ejemplo es el del poderoso Grupo Omnilife de México,
propiedad del industrial tapatío Jorge Vergara Madrigal, dedicado
a la producción de alimentos, complementos nutricionales y artículos
de belleza, y que a penas a mediados del año pasado adquirió
un avión Boeing 737-700, cuyo precio de fábrica fue superior
a los 37 millones de dólares.
Omnilife figura como único socio de Mexicana de
Electrogeneración, que obtuvo su permiso para generar energía
eléctrica el 8 de noviembre de 2001 y después de satisfacer
sus necesidades fue autorizada a vender el fluido a los ayuntamientos de
Guadalajara, Zapopan, Tlaquepaque, Tonalá, Tlajomulco y al Sistema
Intermunicipal de Agua Potable y Alcantarillado de la Zona Metropolitana
de Guadalajara.
Otros 122 municipios del estado de México, y 37
organismos estatales de agua potable y alcantarillado de esta entidad,
se han convertido en clientes de los generadores privados de energía,
como es el caso del permiso otorgado a Eléctrica del Valle de México,
conformada por Cimentaciones y Puertos SA e Inversiones Eólicas
S de RL de CV, cuya planta está ubicada en los municipios de Asunción
Ixtaltepec y Juchitán de Zaragoza, en el estado de Oaxaca.
En los permisos otorgados por la Comisión Reguladora
de Energía figuran también como clientes potenciales de los
generadores de electricidad privados diversos municipios de los estados
de Guerrero, Aguascalientes, Veracruz, Querétaro, Colima, Morelos,
Guanajuato, Colima y Coahuila, así como del gobierno del Distrito
Federal y organismos de servicios públicos, en esas mismas entidades.
Frente a este estado de cosas, ayer se tenía previsto
analizar una propuesta de reforma al sector eléctrico elaborada
por el senador priísta Manuel Bartlett, donde se plantea dotar a
la Comisión Federal de Electricidad de autonomía de gestión
sin dejar de ser una empresa pública, y en la cual se limitaría
la producción de energía eléctrica en las modalidades
de autoabasto, cogeneración y producción independiente, así
como prohibir la venta de electricidad a empresas distintas de la paraestatal.