Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Martes 26 de febrero de 2002
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Política

ASTILLERO

Julio Hernández López

LA PRIMERA GRAN MENTIRA es la de los tres millones de votos šja, ja, ja! Divídase el número de sufragios presuntamente emitidos (3 millones) entre el número de mesas receptoras de votos (7 mil 398) y se obtendrá el promedio de personas que deberían haber desfilado por cada urna (405.5). Concédase que cada casilla hubiese estado abierta durante nueve horas (es decir, de las 9 de la mañana a las 6 de la tarde, lo que daría un total de 540 minutos), y se verá que, según esos datos, cada cuatro minutos, ininterrumpidamente, deberían estarse completando tres procesos de emisión de voto (acreditación, recepción de papeleta, señalamiento de la opción preferida, y depósito de la boleta electoral en la urna). O, dicho de otra manera, cada 80 segundos debería estarse depositando, incesantemente, un voto en cada una de todas las urnas del país. Contraste el interesado los resultados de esa operación aritmética (3,000,000 / 7,398 = 405.5; 405.5 / 540 = 0.75; 0.75 x 4 = 3) con la realidad que estuvo a su vista el pasado domingo, de urnas y mesas receptoras desairadas, si acaso con algunas aglomeraciones a la hora en que algunos personajes de la opereta fueron a votar, y concluirá que el promedio nacional de tres votantes cada cuatro minutos (o uno cada 80 segundos) es tan falso como los himnos a la democracia y los cantos de victoria que Beto y Beti están ofreciendo a todo pulmón a la nación entera. No sería esta la primera vez en que se infla la base electoral priísta para dar apariencia de cifras grandiosas. El propio Madrazo vivió experiencia similar en la elección presidencial interna contra Francisco Labastida, a partir del acuerdo básico de establecer un piso estadístico favorable para los intereses "superiores" del partido, al cual habría que sumar las cifras de las votaciones reales, sobre las cuales podría darse el pleito real.

LA SEGUNDA MENTIRA CONSISTE en pretender que los tales votos virtuales pudieran provenir de voluntades libres, de conciencias explícitas. El pasado domingo, el PRI pareció estar haciendo una exhibición de sus peores conductas electorales. Revísese el catálogo de la clase política tricolor que cada candidato seleccionó para acompañarlo en este proceso y con él se podría organizar exitosamente un curso avanzado de prestidigitación para los talladores de Las Vegas. Si hoy cayese el diluvio político, y fuera necesario seleccionar una pareja de las principales especies de la defraudación electoral y la simulación, seguramente esa arca tricolor de Noé llevaría a un madracista y un paredista. Ni siquiera hubo pudor ahora para disfrazar la tradicional práctica del acarreo, que es la expresión final de un proceso típico de compraventa de votos en el estilo priísta. Humberto Roque Villanueva tuvo miedo de que su famosa roqueseñal no fuese suficiente para inmortalizarlo y, entonces, exploró otra opción que lo volviera memorable, en este caso al institucionalizar lo que eufemísticamente ha sido llamado "traslado de votantes". Los gobernadores priístas (y los perredistas y los llamados independientes), por su parte, le metieron cuanto dinero pudieron a la tal elección. El medio rural volvió a vestir sus mejores galas, con los operadores políticos de ambos bandos dedicados a acarrear gente y a cargarle la tinta a los resultados finales.

RESULTA DISPARATADO, PUES, PRETENDER la obtención de verdades a partir de mentiras como las antes expuestas. Si las cifras correspondieran a la verdadera votación recibida, si los números reflejaran la innegable pero no tan exagerada base social y el voto duro del priísmo, entonces tendría sentido hacer esos ejercicios de exégesis que sin mayor crítica se están practicando en diversos medios de comunicación y ámbitos políticos. Asumir como reales las cifras oficiales dadas a conocer por el PRI, y enfrascarse en minuciosos análisis de tendencias, porcentajes y demás, es una verdadera pérdida de tiempo. La del domingo fue una batalla de mapaches, y lo que hoy ha quedado en el campo de pelea, en forma de actas de resultados, no es sino uno más de los famosos ejercicios de ilusionismo del PRI.

MADRAZO Y PAREDES, EN ESE escenario desprovisto del heroísmo cívico que pretenden, en realidad lo que están haciendo es caminar hacia rumbos siempre sabidos. El zedillismo-labastidismo ha mantenido el control de la parte más funcional del aparato priísta, primero con Dulce María Sauri y ahora con el lanzamiento de la diputada tlaxcalteca con licencia. Ese segmento zedillista-labastidista ha estado dispuesto a hacer cuanto fuese necesario para impedir que Madrazo se quedara con el control de lo que queda de la nave tricolor. En ese esquema, el tabasqueño está siendo virtualmente expulsado del paraíso priísta, cuyos saldos serán operados ahora a partir de una dirigencia de folclórico vestir (se habla de Beatriz, no de Dulce María), que heredará activos y pasivos (Pemex, entre estos) del mencionado zedillismo-labastidismo.

EL EX GOBERNADOR DE Tabasco, por su parte, ha trazado una línea divisoria respecto de la legalidad priísta que podría resultar de retorno imposible. Ha descalificado a los organizadores de la tal elección, pues a su entender "se cayó el sistema", y ahora ha proclamado su triunfo con desdén absoluto de la normatividad impuesta por el presunto árbitro, Humberto Roque Villanueva, quien ha dicho que será mañana cuando se den palabras más formales sobre los resultados de la contienda.

PAREDES TIENE FRENTE A sí, por lo que se podía vislumbrar hasta ayer, la posibilidad de quedarse con el cascarón del PRI, y con una nómina de apoyo que incluye a la mitad de los gobernadores del país que son militantes o ex militantes del tricolor. Habrá ortodoxia, disciplina y palabrería cargada incluso hacia la izquierda, pero en realidad la tlaxcalteca estará remando en una lancha desfondada por la escisión que pareciera en camino de consumarse.

MADRAZO TIENE MAS CAMINO y futuro. De la pelea contra Labastida emergió con títulos (falsos, obviamente) de víctima del sistema y de luchador por la democracia. Ahora parecería que por segunda ocasión le cierran las puertas en el PRI. En torno a él podría organizarse una opción electoral que congregaría al perredismo que ya no tiene lugar en lo que ellos mismos llaman el sistema solar cardenista (los chuchos y los amalios), la escisión priísta, y partidos satélites o menores como Convergencia por la Democracia, de Dante Delgado.

MUCHO HABRA DE VERSE todavía en el contexto del choque de dinosaurios habido este domingo. Pero, desde luego, las cifras, los porcentajes, las estadísticas, son lo de menos.

Y PREPAREMONOS, MIENTRAS TANTO, para la buena nueva: hoy se develará el misterio, pues Su Santidad reunirá a buena parte de los cardenales del mundo para decidir si canonizan a Juan Diego (entre otros aspirantes a subir a los altares). šQué emoción! ƑCuál será el resultado, ganará Roberto o Beatriz, no, perdón, santificarán o no al indio de Cuautitlán, al que ya le tiene su fiestecita el obispo del golf, los toros y la buena vida, el enésimo Cepeda? Y, siguiendo con los grandes misterios, Ƒde qué tamaño será la venganza de los Arellano Félix por la muerte de Ramón, que a algunos parece haber sido una celada de policías sinaloenses a sueldo del tal Mayo Zambada?

Fax: 55 45 04 73 [email protected]

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