MEXICO S.A.
Carlos Fernández-Vega
UNOS ASEGURAN QUE todo está a pedir de boca y que la mesa está puesta; otros advierten que en 2002 habrá más recortes al gasto gubernamental si los ingresos públicos son menores a los montos esperados. Cada quien su fiesta, pero el problema es que los declarantes son del mismo equipo. Entonces, Ƒa quién se le hace caso?
LO ANTERIOR YA NO resulta novedoso, pero todo indica que la segunda versión tiene más sustento que la primera, toda vez que no hay elementos, más allá de los retóricos, para afirmar que en el presente año la economía mexicana crecerá a un ritmo regularmente aceptable (ni siquiera en la austera proporción prevista por la casa presidencial de 1.7 por ciento en el año); ergo, crecerá la tasa de desempleo, caerá la captación fiscal y en 2002 no habrá recursos públicos suficientes para hacer frente a la inversión y los programas oficiales comprometidos, de tal suerte que saldrá a relucir la dorada tijera del recorte presupuestal, con las consecuencias que todos los mexicanos conocen a detalle.
A LO ANTERIOR HAY que sumar la merma que registrará la captación extraordinaria derivada del esperpento fiscal aprobado en los primeros minutos de este año. Originalmente, se esperaban alrededor de 70 mil millones de pesos adicionales por ese concepto; poco después la proyección se redujo a 60 mil millones y de ahí descendió a 50 mil millones. Ahora se habla (extraoficialmente) de 25 mil millones, luego de que el presidente Fox anunciara, el pasado día 20, que haría "ajustes y correcciones" a dicho esperpento.
AYER, EL PRESIDENTE de la Comisión de Hacienda del Senado de la República, Fauzi Hamdan, confirmó que esta misma semana el inquilino de Los Pinos decidiría a qué sectores productivos exime -total o parcialmente- del impuesto especial sobre producción y servicios (IEPS), en un movimiento que pretende no "corregir ni ajustar", sino eliminar "ciertas imprecisiones" contenidas en la autodenominada reforma fiscal que aprobó el Congreso de la Unión.
PARA EL PRESIDENTE Fox, todo va viento en popa, como lo subrayó ante los empresarios jaliscienses: "en términos de macroeconomía y de (variables) fundamentales de la economía, la mesa está puesta, hay estabilidad, hay baja inflación, hay bajas tasas de interés, hay corriente fuerte de inversión extranjera directa, hay estabilidad en la moneda y hay estabilidad en el país; ahora toca, entonces, invertir, impulsar la expansión de las empresas y generar los empleos".
PROBABLEMENTE SEA cierto, como también lo es el hecho de que los millones de mexicanos que sobreviven en la pobreza y la miseria no se han beneficiado de una pulcritud macroeconómica presumida por cuarto sexenio consecutivo.
PARA EL GOBIERNO del cambio resulta muy positivo el aval que ayer le otorgó el presidente de la Reserva Federal, el gurú Alan Greenspan ("En América, los mercados se están comportando razonablemente bien, y especialmente México, que se ha desempeñado bastante bien"), pero sería sano dejar a un lado la vanidad y escuchar el mensaje completo: "Existe confianza en que la economía de Estados Unidos está saliendo de la recesión, pero la recuperación probablemente será moderada... Una serie de influencias únicas en este ciclo económico moderarán la velocidad de la anticipada recuperación".
EL OPTIMISMO DE Los Pinos es sostenido y envidiable, aunque no compartido por muchos. Tal es el caso del Centro de Estudios Económicos del Sector Privado, un organismo del Consejo Coordinador Empresarial, que pronostica un panorama no tan atractivo: en el primer trimestre del segundo año del cambio la economía mexicana caerá 0.2 por ciento, y la tan esperada recuperación de Estados Unidos, a diferencia de la bonanza de los años noventa, podría ser débil y de corta duración y vendría seguida de un nuevo retroceso. (La Jornada, David Zúñiga)
UNA NUEVA CAIDA en los indicadores de crecimiento económico no sólo confirmaría la recesión en México, sino que provocaría un mayor descenso en la ya de por sí anémica captación de ingresos públicos, al tiempo que invitaría al gobierno federal a recurrir al viejo truco de los "ajustes" a los precios y servicios del sector público, con el efecto social por todos conocidos.
LAMENTABLEMENTE, esa "invitación" ya llegó a Los Pinos y está siendo considerada, tal como lo ha reconocido el coordinador de Políticas Públicas de la Presidencia de la República, Eduardo Sojo, quien se pronunció por "una revisión más de los precios de los bienes y servicios públicos para verificar si son competitivos" (La Jornada, Humberto Ortiz).
ANTE LO OBVIO que resulta la insuficiencia de ingresos para el gobierno federal, la anterior parece ser la fórmula que anticipa el cambio para enfrentar otro año sin crecimiento económico, con todo y eventual recuperación del aparato productivo estadunidense, con todo y el espaldarazo de mister Greenspan: Recorte presupuestal, "correcciones" al esperpento fiscal, "revisión" y "ajuste" de los precios de bienes y servicios públicos, todo ello para seguir embelleciendo a la macroeconomía y seguir ahorcando a la microeconomía.
COMO LO DIJO el fiel escudero Eduardo Sojo: "Habrá más ajustes al gasto si los ingresos públicos durante 2002 son menores a los montos esperados, porque es importante mantener las finanzas públicas en orden... En materia presupuestal, prudencia y disciplina... Esa es la mejor contribución que puede hacer el gobierno federal para mantener la estabilidad".
Las rebanadas del pastel:
MEDIANTE EL PAGO de mil 240 millones de dólares, el Grupo Financiero Banamex, filial de Citigroup, compró a la empresa Aegon su participación en Seguros Banamex Aegon y en la Afore Banamex Aegon. De ese monto, 503 millones de dólares fueron por recompra de deuda y 733 de compra de las participaciones accionarias de Aegon en Seguros y Afore Banamex. El 18 de enero pasado, el GFB anunció el acuerdo definitivo para comprar el 48 por ciento de la participación de Aegon en las dos intermediarias mencionadas. La alianza que concluyó ayer data de 1995... LA OPEP intenta persuadir a Rusia, por medios diplomáticos, para que extienda hasta junio su recorte (150 mil barriles diarios durante tres meses) en la producción de crudo. Tras realizar un ajuste de producción de un millón 500 mil barriles diarios a partir del primero de enero y por seis meses, a la OPEP le queda poco poder de negociación con Rusia, que no forma parte del cártel y es el segundo exportador de petróleo del mundo. A principios de 2002, Noruega, México, Omán y Angola, también productores independientes, apoyaron a la OPEP en su política de reducción de la producción de crudo por cuarta vez en los pasados 14 meses, en un esfuerzo por apuntalar los precios del petróleo.
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