También efectúan una jornada musical,
pro construcción de un hospital en Afganistán
Víctor Manuel y neotrovadores y soneros cubanos,
reunidos en el Zócalo por La Habana
En tarde-noche de bohemia, ron, tabaco y café se
convirtió el concierto gratuito Encuentros con La Habana que este
sábado se realizó en el Zócalo capitalino para presentar
parte de los artistas que grabaron un disco tributo a Cuba, cuya recaudación
por ventas se destinará íntegramente a las escuelas y estudiantes
del Conservatorio de Música de la isla.
Pese al no tan numeroso público, como el de otras
megapresentaciones, los neotrovadores y soneros cubanos, así como
el español Víctor Manuel, hicieron reflexionar a los presentes
y desbordar sus pasiones con letras de encuentros y desencuentros.
Polito
Ibáñez, quien se inspira en la cotidianidad urbana de Cuba,
abrió la tarde una hora después de lo programado, "debido
a problemas técnicos" del Instituto de Cultura de la Ciudad de México,
según argumentaron los organizadores. Vestido de blanco y calzado
en huaraches, "la nueva voz de Cuba" se presentó por primera vez
en México con un potente registro vocal que atrapó a la concurrencia
que, después de escuchar la interpretación a capella
de la historia de Alfonsina Storni, exigió más al escritor
de prosa vehemente: Vuelve con tu imagen a desnudarme/tal vez quieras
tus sueños revelarme.
La presentación de Polito no pasó de ocho
canciones de su autoría, dadas a conocer en sus dos discos: Recuento,
editado en 1993 por la Fundación Pablo Milanés Records, y
Para no pensar, más, 1999, realizado en el estudio Unicornio,
en la Habana.
Piden solidaridad
En entrevista, el artista exhortó a los chilangos
a solidarizarse con la causa cubana de la forma en que "históricamente"
lo han hecho: ofreciéndole su amor a Cuba. Sobre lo sucedido en
la embajada mexicana, consideró que fue un acto de desesperación
y frustración de gente que no ha entendido los cien años
de relaciones afectivas entre ambas naciones.
Los trovadores contemporáneos de Cuba, Santiago
Feliú y Carlos Varela, segundo y tercero en turno, también
rindieron tributo a la hermandad isleña, donde los apoyaron en su
juventud con instrumentos.
Feliú dejó oír su voz acompañado
de su "viola". Afirmó que con autocríticas se ayuda más
a la revolución cubana.
La tarde-noche se partió entre los intérpretes
y el acompañamiento musical a los mismos por parte del grupo Habana
Ensamble, que dio muestras de su profesionalismo y del porqué algunos
de sus miembros formaron parte de la institución musical Irakere.
La sincronía músicos-cantantes fue excelsa.
Carlos Varela recordó en sus cantos la poética
de Dylan y de Joaquín Sabina. Ante la mención del embargo
económico que vive la isla, pidió que "se lo metan los gringos
por el culo".
Ismael Serrano se ganó al público con temas
profundamente emotivos como la historia de un político que por amor
a una colegiala de 15 años dejó su investidura.
Para entonces, el Centro Histórico cerraba los
ojos y abría su corazón a las confesiones del cubano: "Me
hubiera gustado ser cartero para llevar la correspondencia de Pablo Neruda,
para leer sus cartas, para conversar con él, para no sentirme tan
solo. Sucede que a veces me siento tan solo", o al reclamo a sus padres
quienes le dejaron un mundo "que no habían soñado".
Sin protagonismos, Víctor Manuel fue el preámbulo
del cierre del encuentro cubano, que culminó con el Habana Ensamble.
La leyenda de la canción española ofreció a los capitalinos,
entre otras, la rola con la que se sumó al exhorto cubano: Canción
pequeña, una de sus composiciones "más desgraciadas",
pero "más querida" porque cuando salió no tuvo el éxito
esperado.
Su breve, participación en el Zócalo terminó
ante las protestas del público que, durante cinco minutos, no cesó
de pedirle más canciones.
Des Jardins y Santa Sabina
Por otra parte, el domingo, Richard Des Jardins, poeta,
vagabundo, inconforme eterno, nacido en Quebec hace 53 años, plasmó
su arte en un Zócalo asombrosamente límpido gracias al viento,
durante una Jornada por la Paz que congregó en sus primeras horas
a escaso público.
Des Jardins dice tener conciencia ecológica dado
que nació a un par de cuadras de una fundidora de cobre por lo que
de niño pensaba que los desperdicios emanados de las chimeneas eran
las nubes.
En esta jornada el ambiente se encendió hasta que
en el escenario se apersonó Rita Guerrero con su Santa Sabina, presencia
requerida a gritos con horas de anticipación.
Esta jornada tuvo como propósito recabar fondos
para la construcción de un hospital en Afganistán.
GABRIEL LEON ZARAGOZA Y JAIME WHALEY