CUIDAD PERDIDA
Miguel Angel Velázquez
SE OYE ya por varios rumbos que el asunto del nuevo aeropuerto entró en lo que llaman "proceso de total pudrición", y es muy posible que los campesinos mexiquenses de San Salvador Atenco hayan ganado la partida.
SI ASI fuera, la opción Tizayuca vuelve a cobrar valor, porque la alternativa planteada ha sido desechada por quienes la propusieron: las autoridades del Distrito Federal.
DE PRONTO, ante el asombro general, la "tercera pista" se desvaneció, porque, como ya se sabe, se le consideró inviable; sin embargo, los terrenos de Texcoco guardan algunos secretos a este respecto que bien vale la pena comentar.
Y ES que según informaciones obtenidas hace apenas algunos días, la famosa tercera pista ya existe, y como dice un buen amigo mío: "ni Copperfield puede desaparecerla", aunque haya quien quiera que el asunto se olvide.
LA INFORMACION explica que esa pista fue construida durante el régimen de Miguel de la Madrid con un costo altísimo, aunque no se aclara por qué fue desechada ni por qué no se ha hablado de ella durante el lío causado por la construcción de la nueva terminal aérea.
ESTO RESULTA más extraño porque, según un informante de toda confianza, en Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA) y en la Secretaría de Comunicaciones y Transportes todo mundo sabe de su existencia.
"SI TOMAS un helicóptero -dice la fuente- y sobrevuelas la región noreste inmediata posterior al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, observarás bajo el agua la tercera pista de la central aérea.
"OBSERVANDO AL norte -precisa la fuente-, al lado derecho del 'caracol' la verás. Está ubicada al norte de las vías del ferrocarril y del Periférico. A un par de kilómetros al norte de lo que era el hangar de Taesa, en línea recta."
POR ALGUN motivo hasta ahora inconfesable nadie ha querido hablar de esa pista ni de su valor ni del porqué de su abandono. Pero si se contestan algunas de estas preguntas se podrá saber con certeza por qué allí no puede existir una pista.
EL ASUNTO parece cosa seria porque si allí hubo inversiones estatales, deberán existir los papeles que expliquen el porqué del fracaso, y deberá existir también algún culpable de que esa inversión no sirviera para nada.
NO SABEMOS a quién se está tratando de proteger, pero lo que sí es un hecho es que cuando menos el gobierno de la ciudad de México debería estar investigando ya cómo se desarrolló este asunto.
POR LO pronto se ha abierto un compás de espera mientras se confirman los rumores sobre el posible aborto del proyecto en San Salvador Atenco, que por otro lado evitaría un problema más serio al gobierno federal, que ya de por sí tiene suficientes.
MIENTRAS, EN el estado de Hidalgo todo está listo para iniciar los trabajos, siempre que se decida que esa es la opción más razonable y práctica desde el punto de vista social y económico, y se desechen los sueños de riqueza de los inversionistas de dentro y fuera del país que tienen el diente bien encajado en los terrenos de Texcoco.
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