ASTILLERO
Julio Hernández López
PARA BENEPLACITO DE los mexicanos (adúlteros o no), el presidente Fox hizo ayer, en Jalisco, encendido elogio del Segundo Frente. Pero no habrá necesidad de que algún miembro desesperado de Pro Vida piense siquiera en hacer protesta alguna de desnudismo frente al guanajuatense para exigir explicaciones de lo que en primera lectura parecería un panegírico del concubinato. Las falsamente ruborizantes palabras presidenciales no se referían a lo que en buen español de México se denomina "casa chica", sino a las Oportunidades que (según esta visión de política social cercana a los libros de superación personal o a las páginas de avisos clasificados) forman el segundo de los cuatro frentes de la nueva estrategia para resolver los problemas patrios de pobreza que se llama Contigo (en oportuno alineamiento conceptual con la fundación conyugal que dice no estar completa "sin ti").
CONTIGO (MARTA) ES LA REPETICION de las vanidades sexenales con cargo a la cuenta de los pobres y con vista al control clientelar de la masa votante más manejable. El Solidaridad salinista pasó a ser el Progresa de Zedillo y ahora se ha transformado en el With you matrimonialmente complementario. Cuatro frentes de batalla de los cuales el más llamativo es el de las tales Oportunidades, entendido como es en el pináculo del foxismo que la viudez, la orfandad, la maternidad soltera, el desempleo y la miseria son vetas inimaginadas: šQué fortuna la de los pobres muertos de hambre que tienen la oportunidad de convertirse en millonarios, mientras que éstos carecen ya de tal chance! šQué grandiosa expectativa la de las elecciones de 2003, al estar en la ruta natural de impacto de un programa que dará empleo temporal, ayudas escolares, dinero para mejoramiento de vivienda y otros incentivos a 20 millones de personas, estén o no en edad de votar por el PAN!
ENERGICAMENTE OPTIMISTA, el presidente Fox dibujó lo que a su entender producirán los tales cuatro frentes de asistencialismo buena onda (niños, repitan en qué consisten los nuevos aviones F4: Capacidades, Oportunidades, Protección Social y Consolidación del Patrimonio): "En síntesis, en estos cuatro frentes vamos a atacar integralmente la desigualdad social, vamos a poner un cerco a la pobreza y vamos a abatir la marginación". Enseguida, sabedor de las especulaciones electoreras que tan oportuno programa generaría, el mismo Presidente advirtió, también en Tepatitlán, Jalisco (seguramente apremiado por el riesgo de que el dirigente nacional del PRI utilizase similares términos en alguna gira de trabajo por el Tabasco de erario largamente desangrado a causa del rosario de campañas políticas madracistas): "Vamos a asegurar que nadie reciba el doble y nadie se quede sin nada. En México, el clientelismo es ya cosa del pasado. No se vale que el gasto público se use con fines políticos, y los mexicanos no lo vamos a tolerar. Jamás se exigirá apoyo político a cambio de los beneficios que legítimamente merece (sic)".
EN EL PENAL DE BARRIENTOS, que está en Tlalnepantla, familiares de reclusos amotinados aprovechaban ayer las oportunidades de enfrentarse con la policía del estado de México. Desde el martes reciente se vive allí uno más de los frecuentes estallidos de las ollas de presión sin válvula de escape que son las prisiones mexicanas. Tales encierros institucionales se han convertido en infierno cotidiano a causa de la sobrepoblación de internos, la corrupción de directivos y celadores y el control de las bandas de lo que se da en llamar "crimen organizado", sobre todo el narcotráfico. El drama penitenciario tiene, desde luego, una amplia base social, de la cual ayer los familiares de los presos dieron una muestra, al enfrentarse cuando menos en tres ocasiones a los policías que irían a reprimir el motín en mención.
CON PALABRAS, Y NO CON PALOS y piedras, los opositores al presidente Fox enfrentan las maniobras con las que éste pretende redimir de penas a los estadunidenses en materia de azucaramientos. El diputado perredista Martí Batres dice que el Presidente de México parece gobernar para los vecinos norteños y no para sus electores. En Estados Unidos y en México los empresarios están de plácemes. Allá habían advertido de los graves riesgos que correría nuestro país en caso de desatarse una guerra comercial; acá también se agradece la ayuda a las embotelladoras patricias (hay una, la principal de ellas, que hasta presidentes fabrica) y la supresión de los impuestos a los consumos considerados suntuarios. Tales circunstancias rápidamente fueron convertidas por el presidente Fox en inmejorables oportunidades: al anunciar los trabajos de electrificación en una comunidad cora-huichol, el señor de Los Pinos agradeció al Congreso federal el haber aprobado una reforma fiscal (la que un día antes había "corregido") que le permitía hacer obras como las ofrecidas en la Mesa del Nayar. A los latosos autores en demanda de supresión del impuesto que les lastima en sus derechos ni quien les eche, desde luego, un lazo (la mayoría de ellos ni foxistas ni panistas son, sino, orgullosa y militantemente, todo lo contrario).
LA OPORTUNIDAD DE CELEBRAR el cumpleaños, el casorio y el triunfo electoral del presidente Fox con una visita papal se ve ligeramente afectada por las complicaciones que en una de sus rodillas tiene Su Santidad y que le ha llevado a suprimir algunos compromisos deambulatorios en las inmediaciones romanas. No parece algo que pueda poner en riesgo sus traslados trasatlánticos, a menos que los problemas de la rodilla provengan de desacomodos de la prótesis que en la cadera lleva. El inminente santo, Juan Diego, por su parte, ha recibido una oportunidad de ultratumba: su semblante y su apariencia (su look, pues) han sido adecuadamente hispanizados para que no se vayan a ensoberbecer los indios al contar con un propio en los altares. Nada de piocha despoblada ni piel del color de la tierra. E, incluso, para que se vea que no ha desaparecido el ánimo tutelar en el Vaticano, el indio de Cuautitlán aparece en su póster oficial tomado de la mano de Juan Pablo II.
COMO UNA OFERTA, como una oportunidad, también es posible comprar para la posteridad una de las monedas llamadas foxes, con que el DIF federal pretende allegarse fondos para ayudar a los niños de la calle. Moneda de cambio en el mercado de las oportunidades políticas está siendo, por otro lado, el tal segundo piso vial de la ciudad de México: los gobiernos capitalino y federal avanzan en la pelea por ver cuál gana más obstruyendo o rebasando al otro, en la revancha por la oposición lopezobradorista al nuevo aeropuerto texcocano. Cronológicamente inoportuno, el presidente Fox anunció ayer el Programa Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas 2001-2006, que como promesa de campaña habría sido muy oportuna en 2000. Y, ya para cerrar esta inoportuna columna, allí está la visita del príncipe Carlos en los festejos portuarios veracruzanos que el foxismo quiso convertir en pompa de neoporfirismo.
šAH, MEXICO, LA TIERRA de las Oportunidades!
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