Mujeres preciosas y de las otras
Rius
Esto del Día de la Mujer me huele un poco al Día de la Madre. Días ambos en que se dedican los jilgueros profesionales y amateurs a glorificar a la madre abnegada y sufrida, en tanto que el resto del año se le trata como si fuera la sirvienta mayor de la casa (cosa que en la mayoría de los casos lo es) y no vuelven a acordarse de ella hasta el siguiente 10 de mayo o, si bien le va, en su próximo cumpleaños o ''santo''.
Con la mujer está pasando lo mismo. El 8 de marzo todo mundo habla bien de la mujer (hasta el esposo) y las instituciones culturales y gubernamentales les dedican floreros llenos. Vamos, hasta la Iglesia católica, enemiga acérrima desde tiempos bíblicos de las mujeres, les suelta uno que otro elogio que termina en la Virgen María, ''ejemplo de mujer''. O alguna santa que, gracias a reprimirse, alcanzó el ''honor'' de la santidad. ƑY el resto del año? Bien, gracias. Las mujeres, la mitad de la humanidad, vuelven a ser las depositarias de acosos sexuales, mal pago, golpes del marido borracho, persecución de la jerarquía católica, maltratos del patrón, pellizcos en el transporte público, desprecio de los maestros, violaciones y asesinato tipo Ciudad Juárez o discriminaciones de todo tipo. Pero, bueno. De que no haya nada a que haya un día en que se le reconozcan a mujeres y madres sus méritos, derechos y luchas, qué bueno que haya al menos ese día.
Y ojalá que de las palabras floridas pasaran a los pétreos y sólidos hechos y esos elogios y flores se tradujeran en un verdadero reconocimiento, en leyes y en actitudes, en cambios palpables, de lo que le debemos a las mujeres. Como compañeras, como amantes, como amigas, como madres. Como seres humanos, pues. šVivan las mujeres! šY vivan todo el año, no nada más el 8 de marzo!