Las estatuas develadas el miércoles ya tienen raspaduras
Entre bailes, danzones y shows tipo Disney siguen los festejos en Veracruz
ARTURO CRUZ BARCENAS ENVIADO
Veracruz, Ver., 7 de marzo. En el puerto se baila en toda ocasión. Inclusive en las tristes. Hay academias para aprender a no quedarse sentado en las fiestas, pero los mejores son los que han aprendido con el paso de los años, quitándose la pena, desechando el qué dirán si ven que no sé moverme al ritmo de la música. Bailar es cosa de familia y es parte de la familia. Raro es al que no le gusta. Muchas parejas se conocieron al ritmo de un danzón o un son, o en medio de una copla gritada por uno de los cientos de músicos que deambulan para ganarse unos pesos.
Lamentan algunos jarochos que varios funcionarios, sobre todo panistas, estén afectando la vida normal, las costumbres, la forma de ser de los ciudadanos porteños. En los portales, en el Zócalo centenario, ya no deambulan las prostitutas, que la mayoría de los lugareños no veían mal. Aquí, como en otros lados que Henry Miller situó en el trópico, el sexo es cosa más que normal. Pero ahora las autoridades las pusieron más allá. Tan sólo unas cuadras más allá.
Los dueños de las cantinas fueron instados a cambiar las puertas de madera por unas de aluminio que den, según ellos, mejor apariencia. Los comentarios son que las autoridades tienen el plan de crear un zona tipo Cancún, exclusiva para los gringos o el turismo de billete verde.
A tres días de que finalicen los festejos por el primer centenario de la modernización del puerto artificial de Veracruz, muchos naturales de estas tierras no saben que se está realizando e inclusive se sienten ajenos. Hay quienes critican el evento, considerándolo para unos cuantos y con fines puramente comerciales. A pesar de que todas las actividades son gratuitas.
En el Zócalo y el muelle
El Ballet Folclórico de la Universidad Veracruzana, integrado por 24 alumnos, ofrece el espectáculo Raíces y danzas. Ejecutan algo de lo mejor de esta tierra donde el son es "su majestad". "šDanzón dedicado al público que nos acompaña!" Nereidas, Salón México... las clásicas, que los estudiantes se avientan con gracia juvenil. Los abanicos, las marimbas, la madera, el güiro, la jarana. Algunos se levantan de sus asientos y bailan. No les basta ver y oír.
Mientras tanto, el malecón recibe a miles, quienes escucharon el concierto de gala de la Banda Sinfónica de la Secretaría de Marina y Coros, quienes interpretaron melodías de Manuel M. Ponce y María Grever. El tono fue de evento gringo, de Disneylandia. Lo mejor fue el espectáculo de luz y sonido, y la pirotecnia. Al fondo del escenario instalado en el malecón, del lado derecho, el príncipe Carlos convivía en un coctel de acceso restringido. Quizá desde ahí supo que el pueblo se reunía para vivir su puerto.
Engarróteseme ahí
El conjunto escultórico llamado Monumento a los Constructores del Puerto Artificial de Veracruz, del artista Humberto Peraza, ha comenzado a sufrir los efectos del clima veleidoso. La pintura de las figuras de fibra de vidrio ha desaparecido en algunas partes debido a la curiosidad de la gente, que para cerciorarse del material lo toca, hace como que está tocando puertas, o lo raspan con algún objeto.
La más respetada es la del buzo, que porta una escafandra pesadísima en la realidad. Pero la del constructor Pearson, inglés venerado de manera oficial en los eventos del programa, ya tiene algunas raspaduras. Según algunos es el mayor saqueador de la riqueza de México desde Hernán Cortés.
Los festejos por el centenario del puerto artificial de Veracruz continuarán hasta el próximo domingo.
