Siempre sí incluyeron a La Negra
Graciana
Con juegos pirotécnicos concluye fiesta por
los cien años del puerto de Veracruz
ARTURO CRUZ BARCENAS ENVIADO
Veracruz, Ver., 10 de marzo. Con 20 minutos de
juegos pirotécnicos, la noche del sábado concluyeron los
festejos del centenario del puerto artificial de Veracruz, luego de la
actuación de la Orquesta Sinfónica de Xalapa, un ensamble
de 100 arpas y el Mariachi Vargas de Tecalitlán. El Paseo del Muelle
reunió a más de 10 mil personas, de acuerdo con lo previsto
por las autoridades.
Una
de las sorpresas de la noche fue la presentación de Graciana Silva
García, La Negra, arpista que había sido excluida
y que afortunadamente formó parte de esa centena de maestros músicos
de este puerto, entre los que se pueden citar a Pepe Gutiérrez,
mejor conocido en estos rumbos como El Chayote, y a Andrés
Alfonso Vergara, de fama internacional.
La dirección del ensamble arpístico estuvo
a cargo de Alberto de la Rosa, quien ya ha ofrecido este show en
el Cervantino. Fue emocionante ver esas cien arpas juntas, triángulos
de imaginación sonora y estructura sorprendentes. Todas eran diferentes
y algunas pueden ser consideradas auténticas piezas de arte. Las
había rojas, blancas, bicolores, con vivos dorados o plateados o,
simplemente, color madera.
La Negra Graciana fue presentada de manera especial,
citándola como una de las leyendas de este puerto, sus calles y
sus portales, donde se gana la vida por unos cuantos pesos, en espera de
que las autoridades, que tanto se ufanan de apoyar a la cultura, hagan
algo por ella y otros músicos populares, en términos, dijo
ella, de una seguridad económica. A cambio, La Negra ofrece enseñar
su arte, que la ha llevado a muchos lugares del mundo, inclusive el Palacio
de Bellas Artes de la ciudad de México. Las alrededor de 4 mil cuerdas
de esas cien arpas cruzaban el cielo cuyo mar resplandecía por las
luces colocadas ex profeso. Tocó de manera magistral El ahualulco,
una de las piezas clásicas del cancionero veracruzano. No faltó
El Colás y otras que la gente de acá tiene en alta
estima y cariño, y que baila a la menor provocación. La gente
a eso de las 10 de la noche ya estaba inclusive sobre las estatuas de quienes
defendieron con su sangre a la Patria, y otras lo disfrutaban desde sus
balcones del hotel Emporio. Muchos más, ante la imposibilidad de
ver de cerca, disfrutaban de un raspado o de un agua de las tantas de sabores
naturales con que se puede saciar la sed provocada por el sol que sólo
se calma cuando se presenta un norte como el de la semana pasada.
Otro momento significativo fue cuando el decimero Rodrigo
Gutiérrez dedicó a sus paisanos varias de las composiciones
que lo han hecho famoso aquí y allende el estado. Con buen humor,
recitó de manera improvisada algunas de sus décimas, como
la de "mi gorda", es decir, su mujer, quien le exigía: "Muévete,
¡con un carajo!", a lo que respondió: "¿Cómo
le hago, si estoy abajo?"
"Y apenas me estoy calentando", dijo, y se arrancó
con otra de su inspiración: "Veracruz, orgullo de nuestro historial,
/de la nación mexicana. /El conquistador de España /aquí
situó el litoral. /Por destino celestial /también plantaron
la cruz /de donde partió la luz /al resto del continente, /que aún
se mantiene ardiente/ en la heroica Veracruz". Más aplausos.
Rompiendo el protocolo de seriedad que acompaña
a sus presentaciones, el director de la OSX, Carlos Miguel Prieto, invitó
a bailar danzón a la concurrencia. Si algo marca la vida de los
veracruzanos es su gusto por el baile, lo cual les viene de siglos atrás.
Marcan los pasos con maestría y ante eso no queda otro camino que
admirarlos, verlos cómo ejecutan movimientos armónicos, en
pareja, con elegancia.
Eso se contagia. Al momento, otras parejas, a un lado
del sillerío, se pararon y dieron rienda suelta a su gusto. Una
pausa fue cuando la OSX interpretó Las bodas de Luis Alonso,
española que no es indiferente a los veracruzanos, pues Agustín
Lara les infundió el gusto por los sonidos y melodías de
la península Ibérica. Se escuchó Rayos y truenos,
polka muy difundida en este tipo de eventos.
Para romper todo lo precedente subió al escenario
el Mariachi Vargas de Tecalitlán, cuyos cantantes hicieron gala
de pulmones llenos de aire en la interpretación de Por amor,
que levantó aplausos. El maestro Rubén Fuentes no asistió
debido a su edad avanzada, que lo ha alejado cada vez más de las
actuaciones en vivo, pero sigue siendo un símbolo de la canción
ranchera.
Hoy domingo hubo otros dos actos, pero ya sin mucha importancia
para esta gente que sabe vivir, comer y bailar. Ya varios están
listos para ir a la fiesta en el Tajín.