Programación al margen de la ley
La Ley Federal de Radio y Televisión establece diversos ordenamientos para regular el contenido de los programas en medios electrónicos.
El artículo 5 establece que la radio y la televisión "tienen la función social de contribuir al fortalecimiento de la integración nacional y el mejoramiento de las formas de convivencia humana. Al efecto, a través de sus transmisiones procurarán:
"1. Afirmar el respeto a los principios de la moral social, la dignidad humana y los vínculos familiares.
"2. Evitar influencias nocivas o perturbadoras al desarrollo armónico de la niñez y la juventud.
"3. Contribuir a elevar el nivel cultural del pueblo y a conservar las caacterísticas nacionales, las costumbres del país y sus tradiciones, la propiedad del idioma y a exaltar los valores de la nacionalidad mexicana.
"4. Fortalecer las convicciones democráticas, la unidad nacional y la amistad y cooperación internacionales."
De acuerdo con diversos críticos y especialistas consultados, los talk shows, los reality shows y la nueva generación de programas de espectáculos dedicados a provocar la constante denigración o el chisme fácil, van en contra de lo estipulado en este artículo.
En el caso de Big Brother también se ha argumentado que va en contra de lo estipulado en el artículo 71 que regula los programas de concurso. A la letra, este ordenamiento señala que:
"Los programas comerciales de concurso, los de preguntas y respuestas y otros semejantes en que se ofrezcan premios deberán ser autorizados y supervisados por la Secretaría de Gobernación a fin de proteger la buena fe de los concursantes y del público".
La dirección general de Radio, Televisión y Cinematografía ya intervino en el caso Big Brother para "supervisar" el buen uso del lenguaje, de acuerdo con el artículo 63 de la misma ley que prohibe "todas las transmisiones que causen la corrupción del lenguaje y las contrarias a las buenas costumbres, ya sea mediante expresiones maliciosas, palabras e imágenes procaces, frases y escenas de doble sentido, apología de la violencia o el crimen". Este ordenamiento es considerado como uno de los más atrasados de la ley, pero sigue vigente.
En el grupo de trabajo 5 sobre Programación de la Mesa de Diálogo para la Reforma Integral de los Medios Electrónicos, en la cual participaron representantes de 15 instituciones, organizaciones y partidos políticos, incluyendo a la CIRT se acordaron diversos lineamientos para reformar la Ley Federal de Radio y Televisión que incluyan marcos más precisos para este tipo de programas. Los integrantes de la mesa señalaron que los programas en radio y televisión no deberán contener: "exaltación de violencia, explotación de la sexualidad de las personas, fomento de vicios o adicciones, corrupción en el uso del lenguaje".
El documento firmado por los propios concesionarios establece que en los contenidos en la radio y televisión deben promover "principios de convivencia civilizada como: orden, diálogo, respeto a la ley, valores familiares y sociales, negociación, respeto a la autoridad, solidaridad y principios de desarrollo personal como: estudio, deporte, trabajo, ahorro, lectura, juego, higiene, creatividad, responsabilidad, así como principios de conciencia ecológica como: respeto a los seres vivos, cuidado al medio ambiente".
En este terreno, la CIRT, a diferencia de los demás participantes, defendió el principio de "autorregulación" para los programas de los medios electrónicos y, por ende, está en contra de la instalación del Consejo Nacional de Radio y Televisión que por ley debe ser encargado de la supervisión de los contenidos.