TUMBANDO CAÑA
Ernesto Márquez
Africa, orígen de la palabra
TIENE RAZON DON Enrique Buenaventura cuando dice que si
en alguna parte del mundo se levantó la Torre de Babel fue en Africa,
ya que la cantidad de lenguas y dialectos que se hablan en el continente
negro es formidablemente cuantiosa.
YA EN SUDAN encontramos más de una docena de lenguas
sin contar los dialectos, y si bajamos a la tierra de los bantús
encontramos el dovala, el fang y el kikongo, el sonhai y el khigisan; en
fin, allí en Africa nació la palabra y aunque a algunos les
duela y a otros les consuele, Africa fue la cuna de la humanidad, la cuna
de la civilización.
"SI ADAN Y Eva existieron fueron negros y, cuando hablaron,
hablaron bámbara, peul, mandé o mandinga", precisa el maestro
Buenaventura
ESTA CUASI INFINITA variedad de lenguas y dialectos fue
utilizada por los negreros para despojar de "lengua" a los esclavos, es
decir quitarles la identidad. Quedaron palabras sueltas, decires, proverbios,
pero no quedó lengua, ni siquiera en Haití donde crearon
una: el creole, que mezcla el francés, inglés, restos de
dialectos africanos y palabras inventadas que cambiaban constantemente
para que el blanco no los entendiera.
BUENAVENTURA, QUIEN ES dramaturgo, escritor y un inquieto
por estos temas, afirma que es en Africa donde nace la lingüística,
especialmente entre los Dogón, quienes elaboraron toda una teoría
del lenguaje verbal.
"PARA ELLOS ?NOS dice? había unos que tenían
la palabra y otros que no la tenían. No la tenían los niños
ni los animales, salvo el gallo que grita de alegría anunciando
el sol. Las palabras son vivas, sinceras, falsas o palabras muertas, aquellas
que se murmuran o se dicen de dientes para dentro o de dientes para fuera.
Mucho antes de que los lingüistas descubrieran que la palabra es acción
los dogones ya lo sabían: 'El acto ?decían? es la materialización
de la palabra, su florecimiento'. Para ellos los componentes de la palabra
están 'hundidos' en el cuerpo y son 'agua' y cuando el hombre habla,
esa agua ha sido 'calentada' por el corazón y sale como un vapor
invisible. Si el hombre 'se guarda' la palabra, ésta se 'enfría'
pero es posible 'recalentarla'. Finalmente, los pensamientos que no se
expresan en palabras,sencilalmente no existen."
FINO ENTENDIMIENTO DE algo que por ser natural es cotidiano
y de lo que los antiguos (y actuales) africanos sabían como bien
emplear.
MUY POCO SE sabe de Africa y su cultura, lo "mucho" que
nos ha llegado ha sido manipulado, distorsionado o acondicionado según
los intereses de quienes han manejado tal información.
"DESDICHADO EL PUEBLO que no tiene historia", dice un
escritor francés: los negros africanos la tenían pero les
fue arrebatada, ocultada, borrada, en el devenir de los años. Quienes
se encargaban de contar las historias en Africa occidental eran los griots,
maestros del buen decir, como señala la tradición sudanesa,
que surgen espontáneamente dentro de la comunidad, sin selección
previa, sin privilegios de casta, ni vasta acumulación de conocimientos
pero capaces de levantar en vilo a cientos de personas merced al don de
la palabra, al ritmo impreso de la voz, la verdadera orquestación
de sonidos vocales.
YA EN EL siglo XVI la historia de Africa empieza a escribirse
en árabe. Por ello nos enteramos del renacimiento del imperio de
Ghana, fundado en el siglo IV por bereberes como está escrito en
el Tarikh, en Sudán, imperio que se extendía desde el Atlántico
hasta la región de los Grandes Lagos, situado al oeste de Timbuctú.
CUAN DRAMATICO HUBO de ser el cambio forzado de vida y
la defensa de los valores culturales y religiosos bajo el sometimiento
de la trata esclavista en tierras extrañas. Muchos de los que fueron
traidos a la fuerza no tuvieron más remedio que adaptarse, otros
no lo soportaron, morían en la brega o se suicidaban. Hecho que
al negrero no le importaba porque solamente eran "piezas" y por lo mismo
eran remplazables con más cargamentos, asinados en las sentinas
de los barcos españoles, ingleses, holandeses, alemanes...
"LA BARBARIE Y las atrocidades excecrables perpetradas
por las naciones que se llamaban cristianas en todas las regiones del mundo
y contra todos los pueblos que han podido subyugar, no tienen paralelo
en ninguna otra era de la historia universal por salvaje, grosera implacable
y desvergonzada", declaraba el historiador Howit en Colonisation and
christianity, Londres, 1838.