Lo peor de la recesión ya pasó
y es favorable la perspectiva para 2003, asegura
Plan de siete puntos para combatir la pobreza, presenta
Wolfensohn
Insta a países desarrollados a dar pasos concretos
para apoyar a las naciones más endeudadas
Se debe asegurar que la apertura del comercio mundial
sea más equitativa, plantea
ROBERTO GONZALEZ AMADOR ENVIADO
Washington, DC, 15 de abril. El presidente del
Banco Mundial (BM), James D. Wolfensohn, afirmó este lunes que la
peor fase de la recesión económica que vivió el planeta
el último año quedó atrás, y consideró
que es momento de que los países desarrollados den pasos concretos
para apoyar a las naciones menos favorecidas a combatir la pobreza.
Al
comienzo de una semana de intensa actividad, en la que se desarrolla la
reunión conjunta entre el Fondo Monetario Internacional (FMI) y
el Banco Mundial, James Wolfensohn propuso hoy un plan de siete puntos
para ''traducir el renovado espíritu de apoyo internacional a los
temas del desarrollo en resultados concretos para los pobres del mundo''.
Wolfensohn se dirigió este lunes a los integrantes
del Comité de Desarrollo, organismo encargado del diseño
de las políticas que desarrolla el banco, para afirmar que los atentados
del 11 de septiembre en dos ciudades de Estados Unidos retrasaron por seis
meses la recuperación de la economía mundial, que ya se encontraba
en una fase de recesión desde finales de 2000.
''Algunas incertidumbres sobre el futuro de la economía
mundial continúan, pero lo peor de la recesión ha pasado'',
señaló Wolfensohn. ''Hay claros signos de que la recesión
ha terminado y de que ha comenzado una recuperación económica,
particularmente en Estados Unidos y Europa. La perspectiva para 2003 es
favorable'', estableció.
Reconoció que los países en desarrollo fueron
afectados severamente en los últimos meses por la caída en
el precio promedio de las materias primas, aunque insistió en que
ahora existen mayores posibilidades de crecimiento económico.
En este entorno, apuntó la necesidad de que las
naciones desarrolladas retomen la discusión del financiamiento para
el desarrollo, tema central de la cumbre de Monterrey convocada por Naciones
Unidas en esa ciudad el mes pasado, y la lleven al terreno de la acción
concreta.
Al comunicar al Comité de Desarrollo del Banco
Mundial su plan de siete puntos, Wolfensohn estimó que la Conferencia
de Monterrey creó un ''fuerte consenso'' sobre la necesidad de aumentar
la ayuda para el desarrollo de las naciones pobres y mejorar la efectividad
en su aplicación. El reto ahora es poner en marcha los acuerdos
logrados en Monterrey, indicó.
Para Wolfensohn, por primera vez en dos décadas
existe ahora un compromiso real de los países desarrollados para
proporcionar mayor ayuda al desarrollo de las naciones más pobres.
En este sentido, los siete puntos que hoy planteó pueden ser abordados
de inmediato para incrementar la efectividad de la ayuda al desarrollo;
ellos son: emplear las estrategias para la reducción de la pobreza
(que son los programas que establece el banco en cada país y donde
se detallan los programas de ajuste estructural) como ''anclas'' para asegurar
que las naciones pobres recibirán mayores recursos; identificar
mejor los nuevos compromisos de asistencia; un ''vigoroso'' incremento
de los programas de reducción de deuda externa de las naciones pobres
altamente endeudadas, y asegurar que la apertura del comercio mundial sea
más equitativa entre países pobres y ricos.
Los tres puntos restantes de la agenda de Wolfensohn incluyen:
ayudar a los países pobres a mejorar el funcionamiento de sus instituciones;
asegurar el funcionamiento de mecanismos para atender temas de interés
mundial, como el combate de epidemias, y promover una mejor coordinación
entre instituciones internacionales, agencias y donantes.