La estación local Stéreo Max FM
festejó 6 años de vida
Durante 10 horas se entregaron a lo grupero más
de 60 mil texmeluquenses
ARTURO CRUZ BARCENAS ENVIADO
San Martin Texmelucan, pue. Catorce conjuntos musicales
amenizaron el pasado jueves la sexta Explosión Grupera, con la que
se festejó el sexto aniversario de la estación de radio número
uno de esta zona del país: Stéreo Max FM, en el 98.1 megahertz,
que ha logrado altos niveles de audiencia gracias al trabajo del equipo
dirigido por la programadora Maricela González. Este evento ha crecido
en popularidad, es de entrada gratuita y refleja el gusto de los texmeluquenses
por los géneros norteños, de banda y tropicales de barriada.
A
lo largo de las 10 horas que duró la fiesta, 350 elementos de seguridad
privada evitaron desmanes. Salvo algunos incidentes provocados por los
alegres a los que se les pasaron las cucharadas, todo corrió
con tranquilidad. Cinco ambulancias equipadas y 70 socorristas, más
bomberos, personal de protección civil y varias fuerzas del orden
constituyeron el marco necesario de logística.
Abrieron el fuego (literal, pues el sol caía a
plomo en el enorme estacionamiento donde cada semana se instala un tianguis
automovilístico) los iztapalapenses de Super Potro, que ahora cantan
sus lentas rolas motivados por el lanzamiento de su segundo disco en Sony
Music. Interpretaron Corazón salao, Mujer (que algunos señalan
como la rola de la mota, porque en su letra se dice: "Y te busqué
aquí y allá, debajo de las piedras y del fondo del mar, pero
tú ya no estás, y quizá ya no volverás"). El
polvo comenzó a levantarse; las parejas iniciaron el huateque de
diez horas.
Subieron al escenario Los Abelardos, grupo Super G, Los
Extraños (con su look marciano), Cañaverde, Yaguarú,
Jorge Domínguez y su grupo Super Class; el acabose fue con Super
Lamas, que por estos terrenos es de los preferidos. Siguieron los cabezones
de Avila Boys, de la dinastía de Los Baby's, yucatecos que han hecho
bailar y cantar a tres generaciones.
La esencia grupera
Caía el sol pesadamente, los vendedores de nieves
y aguas no se daban abasto para entregar sus productos, el jueves más
exquisitos que nunca. "¿Cómo aguantan esos muchachos bailar
en medio de ese calor que quema?", preguntaba un taxista de esta localidad.
"A esa edad les vale. Van a ver qué agarran, dos o tres para cada
quien". "¿A poco son tan abiertas a las relaciones?" "Aquí
es como en todos lados. El chiste es aventarse. Ya nadie ni nada los detiene".
Cientos entraban y salían del sitio del reventón
grupero. Las notas de los éxitos de El Poder del Norte cruzaban
el cálido ambiente. El olor, no a machaca o a cabrito sino a tacos
de suadero, que por acá abundan, provoca un antojo difícil
de contener. Las tortas de milanesa, "de cartón", así es
como las piden, más el infaltable chesco, son invitadas por
el galán en turno, para la aspirante a ser la dueña de todo.
Casi caía la noche y el reventón se puso
de a peso con los jalisquillos de Espuela de Oro, que en unos meses
lanzarán su primera película, largometraje que ojalá
no sea un churro más de la lista. Causaron conmoción. Si
eso estuvo bien, La Arrolladora Banda El Limón de René Camacho
hizo que la masa de gente se balanceara. Fue como un oleaje. El romanticismo
de los arrolladores triunfó.
Faltaba el plato fuerte. Cuando se escuchó La
llamada, del grupo La Firma, el sentimentalismo colectivo se levantó
en un coro de más de 50 mil gargantas. Fue emocionante. "Esto es
lo grupero, ¿verdad?". Porque la esencia grupera no se da en todos
los toquines. Hay conciertos o bailes donde se siente, a veces sólo
a ratos, por unos minutos.
Si eso estuvo grueso, fue más cuando tocó
Intocable, de Zapata, Texas, para muchos los número uno de lo norteño.
Tocaron El perdedor, el himno del amor trunco, la referencia autocrítica
de que cuando un amor se va marca el pasado y el futuro, y el presente
ya no tiene caso. "Porque fallé y fallaste". Ni modo.
Los organizadores señalaron que estuvieron unas
60 mil personas, pero dado que entraban y salían, fueron muchas
más.
Fue la fiesta de una estación de radio en auge
a la que la competencia ha tratado de boicotear, por su éxito, pero
no han podido.